30.10.11

Calaveras de 2011



LOS SUSPIRANTES DEL PRI

En un agarrón atroz
y en un follón indiscreto,
Manlio Fabio y Peña Nieto
están trenzados los dos.
En la disputa feroz
se asesinan mutuamente
y la Huesuda, inclemente,
que toma su chamba en serio,
coloca en el cementerio
su cadáver pestilente.


Camila Vallejo

Cuando Camila murió,
poco antes de Nochebuena,
una masiva verbena.
al Panteón la acompañó.

La muerte se la llevó
mas no le quitó lo buena.
Y dicen que esta alma en pena
magno movimiento armó,

pidiendo en la eternidad,
y aunque a Piñera le duela,
para los muertos, escuela
gratuita y de calidad.


RÁPIDO Y FURIOSO

El vecino presidente
armó a Calderón, al Chapo
y no sé a cuál otro capo
en una acción indecente.
Por eso dice la gente,
que Obama está muy cabrón,
porque por este panteón
anda amarrando navajas
y ante esas prácticas bajas
se hace el muerto Calderón.


Steve Jobs

Máquinas produjo en aras
de su fortuna, qué colmo,
encantadoras y caras
como putas de Estocolmo.

Caso inédito: un humano
que se convirtió en manzana,
pero la Muerte, tirana
igual le metió un gusano.


LOS SUSPIRANTES DEL PAN

Josfina Vázquez Mota,
el torvo Santiago Creel
y un corderito servil
que en la vida ni se nota,
traen tremenda broncota
por una candidatura.
La Muerte, con gran cordura,
hace a los tres mentecatos
oficiales candidatos
a ocupar la sepultura.


Muamar Kadafi

Berlusconi lo abrazó
Sarkozy lo agarró a besos;
Aznar le sobó los desos,
Hillary se los chupó
y Obama se los limpió.
Mas hoy, en medios impresos,
lo exhiben, estos obsesos,
ya curados del amor,
masacrado sin pudor
y reducido a los huesos.


EL RETIRO DE ETA

Está feliz la Catrina
pues, para su conveniencia,
ya no le hace competencia
una terrible asesina
que tuvo como doctrina
matar, matar y matar;
hoy, con González y Aznar,
ya se fue de este planeta
y este final de la ETA
es digno de festejar.


AMLO y Marcelo

Ya era cadáver Marcelo
y el Peje lo revivió,
mas pronto se arrepintió
y andaba clamando al cielo,
pues miren que este flagelo
de salinista pasado
se fue por su propio lado,
y con notoria indecencia,
en pos de la presidencia
que siempre había anhelado.


ATENTADO EN EL
CASINO ROYALE

Está feliz Calderón
pues su estrategia letal
en el Casino Royale
le dio frutos a montón
y hubo proliferación
de “bajas colaterales”.
Y sueña, con hechos tales,
el espurio presidente,
cerrar “a tambor batiente”
sus hazañas infernales.


Julian Assange

Eficiente exhumador
de secretos y otras cosas,
abrió tumbas apestosas
y así cumplió su labor.
Lo acusan del mal olor
autoridades mafiosas,
y esas palabras odiosas
no son de una mente cuerda
porque si se entierra mierda
no se puede exhumar rosas.



27.10.11

Drogas: política social
y gobierno honesto


La pobreza no conduce en automático a la delincuencia y el éxito social no garantiza la honradez. No todas las personas que se quedan sin empleo optan por dedicarse a la delincuencia, y no todos los delincuentes lo son por falta de oportunidades laborales en entornos lícitos. No hay, pues, una relación directa y mecánica entre las tasas de desempleo y los índices de criminalidad, como no la hay tampoco entre éstos y los indicadores que miden las carencias educativas, alimentarias, de salud, vivienda y servicios. Además, las cifras oficiales en el México contemporáneo están tan maquilladas que resulta muy osado inferir cualquier cosa a partir de ellas. Un ejemplo emblemático es el del desempleo abierto, que en este país, dicen, ronda el 5.20 por ciento: si el dato fuera representativo, habría que preguntarse por qué no llegan a las playas del Golfo hordas de náufragos miserables procedentes de España, en donde la cifra correspondiente anda en 20 por ciento, o por qué en la frontera norte no tenemos una invasión de desempleados desde Estados Unidos, cuya tasa de desempleo es casi del doble que la mexicana.

No puede, entonces, establecerse en términos cuantitativos una relación causal entre el prolongado deterioro de los niveles de vida de la población mexicana, y el estallido delictivo en curso. Pero el sentido común indica que la adopción de una política social orientada a garantizar el acceso de las mayorías a empleos dignos, alimentación adecuada, educación gratuita y de calidad y servicios de salud, transporte y esparcimiento, contribuiría a reducir en forma significativa la comisión de delitos y el engrosamiento de las filas delictivas con individuos carentes de cualquier otro horizonte de sobrevivencia.

Piénsese en todo ese universo de narcomenudistas, sembradores de amapola y mariguana, transportadores o camellos, carteristas, deshuesadores y vendedores de partes robadas, entre otros que no son, en su mayor parte, sociópatas, sino individuos a quienes la necesidad material ha empujado a violar la ley. Considérese a esos jóvenes que están en la piedra y en el chemo porque la sociedad no les ofreció otro sitio para estar. Concíbase por un momento qué posibilidades de consumo reales tienen los menudistas y los compradores de baratijas de contrabando –técnicamente, delincuentes ambos– en el comercio formal. Recuérdese la persistente canallada cometida por los régimenes de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón contra comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios del agro, muchos de los cuales no tienen más horizontes de subsistencia que la mendicidad, la emigración o la transgresión de los códigos penales.

En el mediano plazo, la construcción de un estado de bienestar, con prioridades orientadas a satisfacer las necesidades de la población en general y no a garantizar tasas máximas de dividendos para los grandes capitales, reduciría en mucho los recursos humanos de los que actualmente dispone la delincuencia en general, y el narco en particular, y contribuiría a restablecer el imperio de la autoridad en las regiones actualmente dominadas por el crimen organizado. Si la autoridad garantizara los derechos constitucionales al trabajo, la salud y la educación, y los ampliara a los servicios, la cultura y la recreación, muchas personas que hoy delinquen optarían, así fuera para evitarse los riesgos, por dedicarse a labores legales. No se trata únicamente de un dilema moral sino también de un cálculo costo/beneficio bastante obvio.

Los portavoces de la oligarquía gobernante tienen una variada panoplia de alegatos contra el estado de bienestar: desde que es “populista” y “demagógico” hasta que es contrario a las leyes del mercado mundial o que está fuera del alcance presupuestal del país. La razón de todos esos alegatos es que el negocio principal del gobierno oligárquico consiste en privatizar la riqueza y cualquier medida que tienda a socializarla, en esa lógica, significa pérdida.

Pero, incluso con un gobierno social y solidario en escena, sería necesario reorientar la estrategia de seguridad para reducir el narcotráfico a un nivel en el que no representara una amenaza grave para la seguridad nacional y la paz pública. En esa reorientación, las medidas más obvias consistirían en armarse de voluntad política para perseguir el lavado de dinero hasta los confines del sistema financiero –los bancos y la bolsa, hoy intocables–, sanear los aparatos administrativos que controlan las entradas y las salidas de la droga: fronteras, aduanas, puertos y aeropuertos, y orientar a esos puntos los empeños represivos oficiales.

Es un tanto grotesco observar el despliegue de transportes militares en el Periférico capitalino mientras los cargamentos de cocaína atraviesan con suma facilidad, tanto en las modalidades de importación como de exportación, las fronteras del país. Hay una inocultable mala fe en la siembra del mapa nacional con retenes peligrosos e intimidantes cuando, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, policías federales y empleados de la transnacional de seguridad Eulen conspiran para permitir la salida de alijos de cocaína de 42 kilos con destino a Madrid, como lo reveló una investigación reciente. Hay que ser muy tontos para creer que los traficantes de precursores químicos y de seudoefedrina pueden realizar traslados masivos de sus mercancías sin complicidades bien cimentadas de personal aduanero. Tercera medida: la investigación y el desmantelamiento de las cadenas de corrupción que van desde policías rasos de todas las corporaciones hasta funcionarios de alto nivel. Por ejemplo.

Aunque la adopción de una política de bienestar social por el Estado mexicano y un manejo honesto y sensato de la estrategia de seguridad pública permitiríar reducir el fenómeno delictivo a dimensiones manejables, no serían suficiente para acabar con el narcotráfico, porque si bien éste se nutre y fortalece en la pobreza, la marginación, la corrupción y las complicidades oficiales implícitas o explícitas, su razón de existencia no está en esos fenómenos, sino en la prohibición de una cantidad de sustancias sicotrópicas. En tanto la producción, el transporte y la comercialización de drogas ilícitas permita la obtención de utilidades de diez o o veinte mil por ciento anuales, el narcotráfico seguirá siendo un destino atractivo para la inversión, como lo son el tráfico de personas, la explotación sexual de menores, el secuestro y el contrabando.

La eliminación de la lista de sustancias prohibidas es, pues, indispensable e inevitable. De manera periódica, diversos funcionarios de los gobiernos de México y de Estados Unidos afirman, además, que es inviable, y fuera de los ámbitos oficiales nos hemos acostumbrado a escuchar que la despenalización unilateral resultaría contraproducente, que agravaría la violencia y el descontrol, que desembocaría en una invasión militar, que conduciría al fin del mundo, etcétera.

Y como nadie argumenta la supuesta inconveniencia de suprimir lisa y llanamente la persecución oficial de las drogas, vale la pena imaginar qué consecuencias concretsas podría conllevar una medida semejante, adoptada en solitario por México, y en qué escenarios políticos y diplomáticos podría realizarse. Dejemos eso para la semana entrante.

25.10.11

WikiLeaks en tiempo de canallas

Mientras en Wall Street, en donde todavía se ubica el corazón financiero del mundo, miles repudian la avaricia desmedida e insensata de las grandes corporaciones financieras, algunas de las más prominentes de éstas prosiguen su ataque contra WikiLeaks, la organización cibernética que tanto ha contribuido a desnudar el funcionamiento podrido del sistema político y económico mundial. Bank of America, Visa, MasterCard, Western Union y PayPal, que controlan la enorme mayoría de las transacciones electrónicas en el planeta, decidieron bloquear toda donación destinada al portal de las filtraciones. De esa manera, han logrado reducir en 95 por ciento los ingresos de WikiLeaks. Las directivas de esas empresas, que no le rinden cuentas a nadie más que a sus socios, se han rehusado a explicar los motivos de su actitud. Ante tal silencio, es lógico suponer que decidieron acatar solicitudes del gobierno estadunidense para asfixiar económicamente al sitio fundado por Julian Assange.

Sean cuales sean sus inconfesables motivos, este pentágono financiero actúa en forma ilegal e inmoral, porque el propósito manifiesto de Bank of America, Visa, MasterCard, Western Union y PayPal es hacer que sus respectivos dueños ganen dinero, y no acosar a quienes denuncian las inmundicias del poder público ni ser guardaespaldas mediáticos del Departamento de Estado, la Casa Blanca y el departamento de Defensa. El boicot a WikiLeaks pone de manifiesto, en toda su crudeza, la realidad de los poderes fácticos: en la lógica, de por sí perversa, de las democracias parlamentaria capitalistas, los conglomerados financieros tienen patente de corso para reventar empresas competidoras, pero no para erigirse en gestores de la censura, para atropellar la libertad de expresión y el derecho a la información o para decidir quién vive y quién muere en el ámbito de las instancias informativas.

La incursión ilegítima de poderío empresarial en la opinión pública ha servido, entre otras cosas, para que el olvidable Fernando Collor de Mello tomara la presidencia de Brasil, en la década antepasada, para que el delincuente Silvio Berlusconi se hiciera con la primera magistratura en Italia o para que en México Televisa emitiera un voto de calidad a favor de Felipe Calderón en las fraudulentas elecciones de 2006 y para que pretenda ahora imponerle al país un candidato forjado a la publicitaria manera de la comida chatarra: Enrique Peña Nieto.

Obviemos la paradoja de que por las venas financieras de dos de esos pudorosos pilares del sistema, Bank of America y Western Union, han corrido generosamente las narcodivisas, como lo reveló la agencia Bloomberg hace poco más de un año. Aun si se tratara de instituciones verdaderamente apegadas a la legalidad, ninguna de las cinco entidades, y ninguna otra, tiene el menor derecho a decidir qué podemos y qué no podemos saber sobre los enjuages secretos de los gobiernos.

Ayudar a WikiLeaks en este trance difícil es un deber moral de quienes, por medio de su labor de difusión, han podido enriquecer la comprensión de sus propios entornos políticos y económicos. Permitir que la asfixia financiera acabe con esa organización significaría una pérdida para la verdad y para la libertad.

Se puede colaborar divulgando esta historia digna de una dictadura travestida en democracia como la que Lillian Hellman retrató en Tiempo de canallas. Aquí y acá hay videos que la reseñan.

Más información.

24.10.11

WikiLeaks: escapar de Visa


WikiLeaks: The Great Visa Escape from WikiLeaks on Vimeo.



En respuesta a la exhibición de las embajadas estadunidenses en el mundo por WikiLeaks, cinco grandes instituciones financieras de Estados Unidos, tratan de estrangular financieramente a esa organización informativa. El ataque ha logrado bloquear cerca del 95% de las donaciones, lo que significa pérdidas de decenas de millones de dólares. Se trata de un boicot con motivos políticos y al margen de la ley. EL Departamento del Tesoro admitió que no existe ninguna base legal para someter a WikiLeaks a un bloqueo financiero.

Se puede donar a la organización por medio de




21.10.11

Los gangsters imperialistas

Guillermo Almeyra

Un video, que publica Le Monde, muestra a Muammar Kadafi capturado vivo y linchado por sus enemigos. No murió pues, en un bombardeo de la OTAN cuando huía en un convoy ni a consecuencia de las heridas recibidas cuando lo llevaban en una ambulancia. Fue lisa y llanamente asesinado, para no llevarlo ante ningún tribunal porque allí habría podido contar todo lo que sabía sobre las relaciones entre su gobierno y la CIA, el gobierno y los servicios de inteligencia británicos, Sarkozy y sus “barbudos”, Berlusconi y la mafia y habría podido recordar quiénes son Jibril y Jalil, principales líderes actuales visibles del Consejo Nacional de Transición y antes sus fieles servidores y agentes.

La lista de los limones exprimidos es larga: el panameño Noriega, agente de la CIA convertido en un estorbo, se salvó del bombardeo a Panamá que buscaba asesinarlo y jamás fue presentado en un tribunal creíble. Saddam Hussein, agente de Estados Unidos durante la larga guerra de ocho años contra los kurdos y contra Irán, tuvo sí un proceso ante un tribunal, pero compuesto por sirvientes y verdugos, nada trascendió de su defensa política y terminó ahorcado de modo infamante. Bin Laden, agente de la CIA junto con los talibanes durante toda la guerra en Afganistán contra la invasión soviética y socio del presidente George Bush en la industria petrolera, fue asesinado desarmado en una gran operación gangsteril y arrojado después al mar para que no hablase en un proceso y para que ni siquiera su tumba pudiese servir como punto de reunión a todos los que en Pakistán y Afganistán repudian el colonialismo de los criminales imperialistas. Ahora los imperialistas franco-anglo-estadounidenses acaban de utilizar la barbarie y el odio intertribal para desembarazarse de Kadafi que, como prisionero, era para ellos un peligro.El nuevo gobierno libio que surgirá después de una lucha feroz entre los diversos clanes e intereses que integran el actual CNT, podrá renegociar así la relación de fuerzas entre las diferentes regiones y tribus sin el kadafismo y bajo el intento imperialista de someterlo, pero ha ahogado el pasado en un baño de sangre y nace cubierto de horror y de infamia ante el mundo.

Kadafi no será recordado por los libios como un nuevo Omar Mukhtar, el líder de la resistencia al imperialismo italiano ahorcado por los fascistas porque antes de ser asesinado por su ex socios y servidores él fue también responsable de innumerables crímenes y de enormes traiciones. Pero su linchamiento caerá como una mancha más sobre a sus victimarios y sobre los mandantes de la jauría feroz que lo despedazó aplicándole la pena de muerte salvaje que los imperialistas tienen decretada contra sus agentes que necesitan desechar.

18.10.11

La máscara de Fawkes

Hace 163 años, por ejemplo, las masas ya estaban hasta la madre del capitalismo y por eso el fantasma del comunismo recorría Europa. Y antes de eso, hace 282 años, el afamado autor de Los viajes de Gulliver descubría y denunciaba que el modelo económico que aún nos rige era un productor nato de miserables y, retomando la estricta lógica utilitaria impuesta a la sociedad por el capital y por el mercado, propuso rescatar a los niños pobres de Irlanda –y contrarrestar, de paso, los efectos de la explosión demográfica en las urbes– con un método simple: comérselos. Y en las postrimerías del siglo XIX y en los albores del XX, socialdemócratas y anarquistas auscultaban las gráficas de la economía y escudriñaban el firmamento en busca de señales para adivinar el momento preciso de la siguiente crisis, del próximo hundimiento, con el propósito de aprovecharlo para emprender la emancipación mundial de la clase trabajadora.

Pero la superación de este modelo aberrante ha resultado ser mucho más difícil y lenta de lo que esperaba; los avances suelen ser precarios, y los retrocesos, fulminantes y devastadores. Ahí tienen a Grecia, cuyos habitantes están siendo vendidos por kilo a los grandes inversionistas especuladores, o a México, conducido a la guerra por la combinación de intereses de Washington, de la burguesía local delictiva y de una clase política mayoritariamente traidora y acanallada.

Este es el contexto en el que se desarrollan las movilizaciones mundiales del momento, herederas inmediatas del altermundismo: los ocupas, los indignados, los que están hasta la madre. El descontento es generalizado, y si hace 16 décadas el fantasma del comunismo recorría Europa, hoy la exasperación es mundial y nada fantasmagórica, y no sólo se manifiesta contra la implacable lógica económica que machaca individuos y desarticula sociedades, sino también contra la esfera política, convertida en mercado por la dinámica corruptora del principio de la ganancia: la corrupción globalizada y generalizada vuelve insumo la colocación de sirvientes empresariales en posiciones de poder público, e inversión, el financiamiento de fuerzas parlamentarias formales.

En ese entorno, la proliferación de los rasgos faciales de Guy Fawkes en las calles del mundo, convertidos en ícono universal –y fortuito– de la revuelta, en elemento articulador entre Julian Assange y jóvenes anónimos de México y Chile, es un factor de esperanza pero también un síntoma de insuficiencia. De la cruz a la hoz y el martillo, para cambiar el mundo no basta con un símbolo, si éste no representa una fuerza social articulada. Por sí misma, la máscara de la venganza puede convertirse en victorias que sean sólo máscaras. Que alguien explique, si no, qué cambió, en el fondo, en Egipto tras la esperanzadora insurrección de este año, salvo que la jeta impresentable de Mubarak fue retirada de la escena pública.

La revuelta ciudadana tiene la fuerza de la prisa, pero los aparatos político-económicos tienen la fuerza de la inercia y de la paciencia. Así las cosas, y como nadie está pensando seriamente en hacer volar recintos parlamentarios, como en la inspiradora película de los hermanos Wachowski, en vez de hacerle ascos a la política (por más que los merezcan las democracias de opereta, desde Washington hasta Roma y Santiago de Chile) es necesario asumir a plenitud la dimensión política de los ciudadanos y empezar a contrarrestar la despolitización atomizante y desintegradora inducida por el capital, sus medios y sus propagandistas en amplios sectores de la población. El desafío consiste en encauzar los movimientos de protesta del momento en organizaciones políticas, no necesariamente parlamentarias ni partidistas, pero sí perdurables y sólidas, transformar la indignación en programa, y articular los muchos y variados descontentos que recorren el mundo en una propuesta planetaria de civilización que ponga las necesidades y los derechos de la gente por encima de los intereses corporativos y facciosos. Nada menos.


13.10.11

Narcos, mitos, mitotes y narcotes / I


Tuve un amigo que cada noche, durante toda su vida, cenó un litro de Coca-Cola. Murió de cáncer de colon a los cincuenta, y no es claro si el consumo inmoderado de esa bebida fue determinante en la gestación del tumor o si es meramente indicativo de sus malos hábitos alimenticios. Posiblemente sea lo segundo, porque parece ser que su sistema digestivo se mantuvo virgen de vegetales. Mi padre fue asesinado a esa misma edad por Philip Morris, y he enterrado ya a varios colegas que, incluso antes de llegar a ella, sucumbieron ante el embate de los cárteles de Domecq o de Bacardí, o de otro semejante, con el hígado hecho pedazos. En una ocasión compré en una tienda de barrio una lata de bebida de taurina, la ingerí y me puse muy loco, pero ninguna patrulla de la policía me detuvo por beber en plena calle esa porquería empalagosa y acelerante. El consumismo en grado de adicción y el uso compulsivo de la tarjeta de crédito destruyen hogares y entornos sociales y Bimbo induce obesidad y diabetes en los segmentos infantiles de la población. Las ludopatías destrozan familias, carreras laborales y patrimonios personales, mientras sus víctimas se cuecen los sesos en un caldo de endorfinas, sentadas frente a la máquina tragamonedas o la ruleta, en establecimientos bendecidos por la Secretaría de Gobernación. Hay muchos otros ejemplos, pero con esos basta para pedir que no nos vengan con la monumental hipocresía de que las drogas prohibidas lo están porque son dañinas para la salud de usuarios y de sociedad en general. Sí, sí lo son, pero no necesariamente más que el alcohol, el tabaco, el juego, las relaciones de codependencia o el azúcar refinada. Si a esas vamos, el catálogo de prohibiciones tendría que tener las dimensiones de un directorio telefónico.

En tiempos de Juárez la mariguana circulaba y se consumía libremente, y a nadie se la cruzó por la cabeza que pudiera destruir al país –como sí estuvieron a punto de destruirlo las sórdidas conspiraciones de la reacción y la intervención francesa–, y mucho menos acuñar frasecitas estúpidas como esa de “Para que la droga no llegue a tus hijos...” Los narcóticos prohibidos han sido definidos de manera perfectamente arbitraria, casi por efecto de casualidades históricas, y su veda no sirve para proteger de algo preciso a la nación, a la población y a las personas, pero ciertamente tiene varias utilidades no muy ocultas: en primer lugar, le sirve al gobierno para normar, con mano policial, conductas personales, en lo que constituye, en la era contemporánea, uno de los últimos territorios en los que el poder público tiene facultades para determinar lo que pueden y no pueden hacer las personas con sus cuerpos, sus vidas y sus muertes: herencia del poder religioso al Estado secular. Por añadidura, la militarización del espacio público y el terror primorosamente cultivado por matones y por gobernantes sirven para coartar, perseguir y reprimir expresiones de descontento, movimientos sociales, oposiciones políticas y hasta enemistades personales.

Pero la prohibición también sirve para generar una enorme plusvalía negra que beneficia al sistema financiero, a incontables empleados públicos de todos los niveles y diversos rubros (tal vez las fortunas súbitas y grotescas de los capos no causarían tanto escándalo si salileran a la luz las que amasan, en periodos igualmente breves, muchos encargados de combatirlos) y, también, cómo no, aunque no principalmente, a narcos, narquitos y narcotes, con sus respectivas cortes de sicarios, pozoleros, cortadores de cabezas, contadores, músicos y embalsamadores: si la mercancía que producen y trafican no estuviera prohibida, el gramo de cocaína valdría algo así como lo mismo que un sobrecito de sal de uvas, y así qué chiste.

Además, la utilidad real de las drogas rebasa, con mucho, el territorio mexicano. De hecho, el principal promotor de la prohibición, Estados Unidos, es también, fuera paradojas y fuera máscaras, el mayor narcotraficante del planeta. Si esto les parece una exageración, revisen lo que pasó con los cultivos de amapola en Afganistán antes y después de la invasión gringa: el talibán será impresentable, pero había logrado erradicar tales sembradíos. En cuanto desembarcaron los marines y los rangers, las amapolas volvieron a florecer en los campos afganos y hoy el negocio ha sido restaurado. Recuerden –quienes estén en edad– cómo, durante la guerra de Vietnam, el tráfico de drogas de Indochina a territorio estadunidense se organizó en las tripas mismas del Pentágono. Consulten las memorias del Teherangate, y vean cómo, en los años ochenta del siglo pasado, la CIA pasó toneladas de cocaína de Sudamérica hacia el Río Bravo y cómo estableció, en nuestro territorio, las primeras rutas de la droga. Y si no quieren remontarse tan lejos en el tiempo, lean los diarios y conozcan los pormenores de Receptor abierto (2005-2007) y de Rápido y furioso (2010-2011), los operativos secretos mediante los cuales la oficina gubernamental de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) envió miles de armas de alto poder a los cárteles mexicanos, mientras con la otra mano Washington armaba al régimen de Calderón por medio de la Iniciativa Mérida.

El volumen de negocios del marcotráfico en México es objeto de polémica. Cuando Ernesto Cordero estaba en la Secretaría de Hacienda, habló de entre 10 y 19 mil millones de dólares (mmd) que entraban anual y misteriosamente a la economía. Hace unos años, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías calculó una cifra próxima a los 60 mmd, y estimó en ocho veces ese monto los recursos que se blanquean en Estados Unidos: cerca de 500 mmd. Tranquilos: eso sigue siendo menos que el presupuesto de Defensa (664 mil millones el año pasado). Supongamos que esas cifras están infladas y que la dimensión real del lavado sea de una tarcera parte: tendríamos, entonces, 20 mmd para México y 166 mmd para el país vecino. Obviamente, si la prohibición despareciera, esas cantidades dejarían bruscamente de fluir a los grandes centros financieros. Imagínense las consecuencias, particularmente en momentos en que las aguas de la crisis amagan con inundar el barco agujereado del capitalismo contemporáneo. Así fuera sólo por ese motivo, el giro del narcotráfico es una bendición para la precaria estabilidad de Estados Unidos y la clase político-empresarial de ese país no es tan tonta como para matar, vía liquidación total de los narcos o despenalización de sus productos, matar a esa sórdida gallina de los huevos de oro. Pero hay otros beneficios: cuando la guerra en Irak languidece y la de Afganistán se orienta, después de una década de atrocidad, hacia la derrota sin atenuantes de Washington, los pactos explícitos o implícitos con mafias formales o informales (Plan Colombia, Iniciativa Mérida, Rápido y furioso...) es un balón de oxígeno para la industria militar de la superpotencia. Por si fuera poco, la “guerra contra las drogas” le ha dado a la Casa Blanca un margen de intervención en diversos países de Latinoamérica (México y Colombia, para empezar) inimaginable hasta hace unos años. Ahí tienen, para botón de muestra, a Genaro García Luna ofreciendo a funcionarios gringos todo el material de inteligencia y seguridad del gobierno mexicano, o al ex embajador Carlos Pascual operando el retiro del Ejército de Ciudad Juárez.

“Sólo critican pero no proponen”, es una de las chillonas favoritas del calderonato para defender su dizque guerra contra la delincuencia. Vamos a las propuestas, el jueves entrante.


12.10.11

Veracruz ensangrentada

Una masacre muy cruenta
se realiza en Veracruz:
están saliendo a la luz
los cuerpos, de treinta en treinta.
Ya se ha perdido la cuenta
mas dice el gobernador
que eso sólo es un rumor
y que tanta balacera
es pura invención tuitera
para sembrar el terror.

Javier Duarte, es de pensar,
entre rumores inciertos,
está regateando muertos
con tal de minimizar
el sangriento muladar
al que condujo al estado.
Mas queda descobijado
porque cualquiera que piense
puede ir a ver el forense
de cuerpos sobrepoblado.

Tras la primera matanza
dijeron sus corifeos
que esos cadáveres feos
sufrieron justa venganza
y afirmaron con confianza,
cuando en bolsas los metían,
que todos ellos tenían
un pasado criminal
y que en virtud de lo cual
la muerte se merecían.

Se supo, tarde o temprano,
por medios independientes,
que había hasta adolescentes
entre tanto cuerpo humano
y uno que otro ciudadano
previamente detenido
con móvil desconocido
por la propia policía,
y que esa carnicería
echaba olor a podrido.

No acabaron los entuertos
pues la siguiente jornada
dejó una triste camada
de más de catorce muertos.
“Esos sí que no son ciertos”,
gritaba el gobernador,
cuando, sin ningún pudor
ni espíritu de verdad,
negaba la mortandad
que andaba de mal en peor.

Se sospecha, en general,
que operan en estos lares
cuerpos paramilitares
de inspiración oficial
para “limpieza social”,
como dice el eufemismo,
que en este calderonismo
es matar a gente pobre
y a todo aquel que le sobre
al poder público mismo.

Muy pronto, Alejandra Sota,
vocera de Calderón,
afirma con convicción,
y poniendo tal carota,
que en el país no se nota
paramilitar alguno,
que eso pasará en Neptuno
mas no en el México actual
y la limpieza social
sólo es fantasía de uno.

Quién hace mejor el oso
habría que decidir
y al mismo tiempo, elegir
cuál es el más mentiroso:
si este góber pavoroso
o si la falaz vocera;
pues da lo mismo, cualquiera
oculta esa realidad
detrás de la mortandad
que sufre la patria entera.

Atrapada entre dos frentes,
se desangra la nación
en esta conflagración
que libran los delincuentes,
pues son igual de indecentes
–eso se sabe desde antes–
sicarios y gobernantes
y ya se está comentando
que van negocios cerrando
con crímenes indignantes.

Mañana lo van a ver:
que sus derechos humanos
irán los veracruzanos
con ánimo a defender
y ya le sabrá poner,
–pronto vendrá ese mañana–,
entre notas de jarana
y en salva sea la parte,
su buena patada a Duarte
la gente veracruzana.

11.10.11

LFC: dos años


A 24 meses del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), emitido por Felipe Calderón, los saldos político, institucional, social y económico de la medida resultan un desastre. El régimen se echó encima a decenas de miles de trabajadores, a los cuales se sumaron incontables ciudadanos, inconformes con la manera noctámbula y alevosa del golpe asestado a una empresa de propiedad pública, a una organización sindical histórica y, en general, a los derechos laborales. Ha de agregarse a los descontentos el de numerosos usuarios de energía eléctrica que han venido padeciendo una caída en picada en la calidad del servicio y un alza inversamente proporcional de las tarifas a cobrar.

Sólo por lo que hace a liquidaciones de trabajadores, la extinción de LFC le ha costado al país más de 12 mil millones de pesos, en cifras redondas, pero eso no incluye lo gastado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en las inversiones realizadas –otros diez mil millones de pesos– para asumir las tareas de la paraestatal liquidada, cuyos bienes han sido manejados en forma oscura y discrecional. Botón de muestra: el 16 de octubre de 2009, a cinco días de la extinción calderónica, el que escribe presenció y fotografió a una cuadrilla de empleados de Gas Natural que, con máquinas aún marcadas con el logotipo de Luz y Fuerza, hacían obras de mantenimiento en un rumbo de la Delegación Tlalpan.

A esos dispendios y presuntas malversaciones hay que agregar las pérdidas –mucho más cuantiosas, presumiblemente– sufridas por sabrá Dios cuántas empresas de todos tamaños y por profesionistas como consecuencia directa o indirecta de los apagones prácticamente cotidianos ocurridos en el Valle de México durante los últimos meses de 2009 y la primera mitad de 2010.

Por supuesto, el régimen de Calderón no se tomó la molestia de censar las carnicerías, las imprentas, los salones de belleza, los despachos de contabilidad, los consultorios odontológicos, los cibercafés y muchos otros negocios que debieron cerrar sus puertas como resultado de las interrupciones en el suministro eléctrico, ocurridas, para colmo, en el tramo más duro de una crisis financiera mundial que aquí no pegó en forma de catarrito sino de neumonía. Tampoco entran en el balance de la catástrofe las inundaciones sufridas en esas épocas en el oriente de la mancha urbana y que se originaron, o se complicaron, por las fallas eléctricas en el sistema de bombas para achicar las aguas negras. No se contabiliza la pérdida de productividad debida a los colapsos de la telefonía celular y a los embotellamientos causados por semáforos apagados.

Si se hiciera la cuenta global, tal vez el total de lo invertido por el país en la demolición de una de sus empresas públicas resulte siendo superior a los 67 mil millones de pesos que la CFE pretende pagar a transnacionales privadas para que hagan la chamba de generación eléctrica que, por mandato constitucional –así se pretenda atenuar con una ley secundaria– corresponde al Estado.

Es difícil imaginar un ataque más preciso y contundente a la seguridad nacional que la decisión de suspender de golpe la operación de la entidad que surtía de electricidad al centro del país. Eso, y el daño causado al tejido social, no tiene precio.

La operación contra LFC ha sido, en suma, característica de los empeños de esta administración por impulsar la ingobernabilidad en todos los frentes. El calderonato no ha desperdiciado ni una de las oportunidades que se le han presentado para complicar y agravar un conflicto hasta lo exponencial. No ha dejado pasar una cuando de destruir o deteriorar instituciones se trata. No ha construido nada –ahí tienen la famosa refinería– y ha presentado, en disfraz de logros trascendentes, puñados de aire, como su cosa de Atención a Víctimas, que nace sin fundamento legal sólido, sin presupuesto y sin líneas de teléfono.

Está próximo el final del tramo calderonista, siempre y cuando a su protagonista principal se le frustre el afán de quedarse. Ojalá que la sociedad sea capaz de convertir ese término ritual en el fin del régimen oligárquico. A México le urge.

9.10.11

Accidente


Siendo las 8:32 pm del domingo 9 de octubre de 2011, procedo a registrar el accidente doméstico más interpretable de mi vida, hasta ahora:

hace unos instantes, el reloj de pared de la cocina se liberó del clavo único de su crucifixión, se despedazó en la sartén en la que preparaba la cena y me puso de golpe ante la visión de una carne deshebrada con manecillas.

Y ahora, a cenarme a Cronos.

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5.10.11

De Quevedo a la duquesa



Ven, Himeneo, ven; honra este día,
no cual sueles, bañado en alegría,
pero de horror compuesto.
A éste, que funeral ha de ser presto,
con pie siniestro asiste,
unión de enigma y casamiento en chiste,
que desmintiendo siglos, se acomoda
a parecerte boda.
No tardes, [y] contigo
un ataúd traerás, mancebo amigo;
pues si tardas, sospecho
que en él para la esposa traerás lecho,
y al infausto velado,
piadoso, quitarás de ese cuidado.
De antorcha o de torcida,
luz traerás prevenida:
que no hallarás con poca
luz (si le buscas) lo que en ella es boca.
En la llegada te engañará el tiento;
a no saber que avisos de su aliento
te librarán bien antes
de dar en tus narices garamantes.

Buscaron cien ducados
bolsa, a quien ser de un gato trasladados
nunca dieron con ella;
mas dieron con buen cuero, de que hace ella
dos costales de huesos y dinero.
Su cepo y su carnero
muchos años buscaron,
y por cepo y carnero un loro hallaron.

Ésta, entre mil pellejos de alma en pena
(sólo en su boda para flauta buena),
pasar quiere sus cuartos o chanflones
entre algunos doblones,
y ver la luz a sus dineros deja,
y sus reales da a saco.
¡Ay de ti, protovieja!
Si Venus toda se revuelve en Baco,
daráos un San Martín mil Santïagos;
tu vida toda, ¡ay triste!, será tragos;
pero será ventura,
pues no te afrentarán la dentadura.

A la Invidia me dice que parece
tu figura, el que más me la encarece.
Mas si la Invidia fueras,
por lo menos mordieras.
Las niñas de los ojos te han faltado,
que dicen que hasta aquesas te has chupado,
y que de tus quijadas
escapan tus palabras lastimadas.
Cobrara yo sus tercios; tu obligado,
tus años a ducado;
mas que le quede aun ciento
ducados que cobrar, con llevar ciento.

Dicen todos que, vana en tus dineros,
tomas tu esposo en cueros;
mas ¿qué importa que él beba, vista y coma,
si en carne, aunque quisiera, no te toma?
Tu dote va en vellón, cosa admirable;
dicen que vendrá a ser oro potable
en poder de tu esposo,
soldado a muchas pruebas animoso,
pues así se averigua
con hacerse mitad de una estantigua;
y furioso arremete
a terraplenar tal, sin buen mosquete,
laberinto de rugas,
entre quien son centauros tus pechugas.

No quita angustia, pero angustias tienta,
guadaña de la muerte más hambrienta.
En lo antiguo y sutil no habrá persona
que, acomodada al lado
de aqueste gran soldado,
no te juzgue en sus lides por Tizona;
y yo digo que yerran, pues su espada
siempre ha de ser Colada.

No lleva el sobrehueso;
mas muchos que roer, yo lo confieso;
y aunque airada lo tomes,
no lo podrás mascar, si te lo comes;
que aunque irritarte intente,
no le podrás mostrar un solo diente.
Su sobrecarga eres,
no carga, como las demás mujeres:
que nuestro desposado
anduvo siempre, aun sin casar, cargado.
Que guardes tu marido te aconsejo
con la misma atención que tu pellejo.

Cien pascuas le darás, con que le agrades;
mas dicen que son todas navidades.
Dime: ¿a qué cimenterio
hizo este hombre, sacándote, adulterio?
Mas su calva y tu osario,
si el matrimonio es cruz serán calvario.

Si él huye de la carne, tierra harta
ha puesto en medio, pues tras ti se aparta;
pero, sin levantarte testimonio,
¿cómo huirá contigo [d]el demonio?
Que del mundo, está cierto
que podrá quien se casa para muerto.

Del requiebro de Adán sola una parte
ha de poder tocarte,
que es la de huesos de mis huesos; déos
el cielo carne, o máteos los deseos.
Él se casa (perdóname el decillo)
con un martes, que es miércoles Corvillo;
en él tu vista lo carnal destierra,
y entrará la memoria de ser tierra.
Mas quien de l'agua fue tan enemigo,
ame la tierra en quien dará consigo;
que ahora, si cayere (¡gran consuelo!),
en ti dará, como antes en el suelo.

Al menos, con tal dueño,
tierra serás de muy gentil vidueño;
y él contigo, o a tenor de melecinas,
tendrá tierra que echar en sus mohínas.
Tendrá aparejo harto,
en tu edad y en tu gesto,
no de huir el sexto,
mas de guardar el cuarto
casamiento, por cierto, de respeto:
que él es ya abuelo, y puede ser su nieto.
Su impulso de ser madre
buscarte hizo a tus antojos padre
(¡oh, tú, de este rocín esposa o taba!),
y a las segundas bodas te invitaba.

Del matrimonio en vano te aprovechas,
pues, si engendrara en ti, serán sospechas.
En vano lo cudicias,
pues si concibes de él, serán malicias.
Si él, que de las Dunas
sus armas sacó ayunas,
las ceba (¡ay de él!) sin cólera precisa,
no en Brabante o Ruán, sino en la Frisa,
ambos lleváis ganancias;
que tú hallaste tus Flandes, y él sus Francias.
¡Ay, seca, y larga, más que la de España,
novia espirituada, siringa en caña!

Eres, por excelencia,
fénix de la vejez, la quintaesencia;
vieja superlativa,
en quien la Muerte dicen que está viva
y anda la vida muerta;
vieja censumadísima y experta:
de vieja gradüada,
parienta muy cercana al primer nada.
Si es grado el ser casado,
él lleva gran vejamen en su grado.
Bien yo le aconsejara
que al Jordán, doña Estatua, te llevara;
mas será desvarío:
que te querrá más vieja que ir al río,
como en sus aguas, al entrar, no vea
lo que en las de Caná de Galilea.
Pero si no en Caria, toda mañana
habrá de amanecer pegado a Cana.

Habrá en tu lecho, amigo,
olio de eternidad, caduco abrigo;
donde, por más que hoy hablas,
tus huesos crujirán, que no sus tablas;
a cuyo infame yelo
martas aplicará de Coca en pelo.

Pero ¿qué preguntarte un poco queda,
si es de tu edad acaso tu moneda?;
que te tendrán con ella por durmiente,
si bien corres dinero.
Vimos sin ésta alguna vez de cuero:
aunque, por lo que tiene eso de fuente,
ni aun el dinero querrá ver corriente.

Mil años os gocéis libres de daños;
mas él será el que en ti goce mil años.
Quedaos a Dios, que veo
muerto de risa en ambos a Himeneo,
que asiste a la batalla
en medio de Alanís y de Cazalla.


(Francisco de Quevedo y Villegas: Epitalamio en las bodas de una viejísima viuda con cien ducados de dote, y un beodo soldadísimo de Flandes, con calva original)