10.12.07

Paradojas de Chávez


Los mexicanos sabemos, por experiencia propia y muy dolorosa, que la no reelección, incluso elevada a principio constitucional, es insuficiente, por sí misma, para evitar la perpetuación de un régimen antidemocrático. Para aparentar lo contrario y no cambiar nada de fondo, ese régimen realiza ejercicios regulares de legitimación que, en caso necesario (1988, 2006), se convierten en verdaderas emboscadas a la voluntad popular. Eso no implica que la posibilidad de una reelección indefinida de los gobernantes no resulte, en los albores del siglo XXI, impresentable, y no sólo porque se asocie con gerontocracias que, sea cual sea su ideología, inhiben o reprimen el desarrollo político de las sociedades a las que gobiernan; ocurre, además, que la idea misma del caudillo eterno e imprescindible –se apellide Díaz, Franco, De Gaulle o Castro—, choca de frente con valores sociales hoy irrenunciables, como la mayoría de edad de los ciudadanos y el necesario protagonismo de la colectividad en la vida política.

La posibilidad de reelecciones ilimitadas fue uno de los puntos más socorridos para descalificar la propuesta de reforma constitucional presentada por el gobierno de Hugo Chávez y que los electores venezolanos rechazaron, por un margen mínimo, el domingo antepasado. La oposición se aferró al Artículo 230 de la iniciativa –que aumentaba en un año el periodo presidencial y dejaba abierta la posibilidad de reelecciones indefinidas— para dibujar en el escenario venezolano el espantajo ominoso de un buró político a la soviética o de una perpetuación en el poder a la cubana.

Ya se verá. Si la Revolución Bolivariana es un mero proyecto de la presidencia chavista, no persistirá sin la repetición de su protagonista en el cargo. Si, por el contrario, la jefatura de Estado está al servicio de un movimiento social coherente, la reelección indefinida será innecesaria.

Más allá de ese tema, la iniciativa parecía contradictoria en su aspecto político: por un lado otorgaba a la Presidencia poderes excesivos que, hasta ahora, Chávez no ha necesitado y que no necesitaría a menos que pretendiera ir a contrapelo de la voluntad popular, pero por el otro generalizaba los refrendos aprobatorios para todas las autoridades, leyes y decisiones gubernamentales de trascendencia. En la práctica, esta contradicción aparente apuntaba a reducir el peso de las mediaciones institucionales y de la clase política.

En lo social, las reformas constitucionales chavistas proyectaban un ideario plausible y resultaban mucho más moderadas de lo que pretendían tanto sus detractores como sus impulsores. En su vertiente económica, se parecían mucho más a las legislaciones europeas y a la versión de la Constitución mexicana que estuvo en vigor hasta antes del salinato que a las de los países que han vivido bajo el “socialismo real”; tenían, además, la virtud de negar algunos de los dogmas sagrados impuestos por el consenso de Washington, como la autonomía de los bancos centrales con respecto al Ejecutivo, que en la práctica se ha traducido en la alineación transnacional de esas entidades con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y en la pérdida de la soberanía monetaria de las naciones.

Da la impresión de que chavistas y antichavistas se enredaron en sus propias estridencias y confusiones, y ahora la victoria de los primeros parece tan incierta como la derrota de los segundos. Y es que, en buena medida, el presidente venezolano debe sus fracasos a la virulencia poco sustancial de su discurso, que en esta ocasión impregnó la propuesta constitucional con adjetivos muy poco afortunados.

La victoria de la oposición fue pírrica no por el apretado margen de ventaja, sino porque constituyó una rotunda descalificación de las acusaciones urdidas contra Chávez: el hombre será lenguaraz y antes muerto que mesurado, pero ha dejado patente su afiliación demócrata y su respeto a la voluntad popular y con ello ha destruido el argumento principal de sus detractores. Ojalá que sea capaz de percibir el gran triunfo que entraña su derrota.

7 comentarios:

Hugo Benitez dijo...

Hola Pedro,

Creo que Chávez es un extraordinario militar de la política, después de haber ganado varias elecciones (ninguna de ellas manchada por la duda del fraude) y después de reconocer el triunfo del NO, en el referendo, Chávez sale muy fortalecido, nos dice que es un extraordinario estratega y que sabe jugar ajedrez. Mañana nadie podrá disputarle un triunfo en una elección, y quien lo haga, será solo un anti-demócrata que solo reconoce la democracia cuando lo favorece. Por eso los imperialistas, a pesar de todas estas muestras de democracia en Venezuela, no lo bajan de dictador. Eso es, solo una prueba más, de que la democracia solo funciona, cuando esta favorece a los grandes intereses.

PS y si, Chávez, se resbala con la lengua (solo a veces)

Saludos

Anónimo dijo...

chavecismos de la paradoja:

quizás cuando las derechas se hacen hacia el centro, muchos afirman que hay progreso; cuando las izquierdas se hacen hacia el centro, afirman que el populismo empieza a reinar. Chavez es un populista de izquierdas con coentarios lengualargas de de un moderado de derecha centristas. Aún así el coperativismo es la mejor manifestación de la democracia representativa, aunque esto siempre sea perfectible.

Una victoria pírrica no es una victoria de margen pequeño, es una victoria donde se invirtió mucho para lograr poco. Viene de Pirro II rey de Epiro (295-272). Tras intentar ampliar su reino hacia Macedonia, se dirigió al sur de Italia y, gracias a la sorpresa causada por sus elefantes, obtuvo las victorias de Heraclea y Ausculum. Sus éxitos logrados a costa de enormes pérdidas, son el origen de la expresión "victoria pírrica".

Don Pedro, si ya sabías todo esto ni hagas caso.
Tom

marichuy dijo...

Pedro

Si Chávez es listo -como creo que lo es, más allá de su pertinaz incontinencia verbal, no como la de Fox, pero incontinencia la fin- habrá percibido que este marginal triunfo de la oposición, a quien más fortalece es a él. Nada habría fascinado más a la opinión publica internacional -incluidos, of course, los de Washington-, que ver como Chávez regateaba los votos opositores. Su lección debería ser tomada en cuenta por nuestros bonitos gobernantes panistas.

Y ya que andamos por los rumbos de Sudamérica y hablando de un tema que has tratado con anterioridad, ¿qué tal mi favorito de aquella región, Alvarito Uribe? Cómo estarán las cosas, que el colombiano ha logrado mejorar, levemente, mi poco favorable opinión sobre Nicolas Sarkozy.

Saludos

Roque Nuevo dijo...

Tu artículo me dio un momento de claridad, de repente. Si no, dime que me fui por un tangente imaginario que nunca quisiste decir. Me lo provocó el "hasta ahora" en la frase "poderes excesivios que hasta ahora Chávez no ha necesitado". Reflejaste la famosa "Por ahora no pudimos" de su declaración de derrota. También refleja las compras de armas de todo tipo que ha hecho y--por ahora--no ha usado. Tal vez se trata de una probabilidad alta de que irá "a contrapelo de la volundad popular" si consideramos lo poco que conocemos de la historia. ¿Cuándo fue la última vez que un régimen acumuló poderes excesivos políticos y militares y no fue "a contrapelo de la voluntad popular"? Lo único que puedo recordar son puros contra ejemplos, tipo Robert Mugabe. ¿Piensas que Chávez es un Mugabe en ciernes? ¿O es sólo mi imaginación?

Pedro Miguel dijo...

Hugo: Ese referéndum perdido le ha hecho tanto bien a la causa de Chávez que a veces me pregunto si no planificó todo para perderlo. Y pues sí, los demócratas de la derecha sólo lo son cuando sus intereses se ven favorecidos.

Tom: Plenamente de acuerdo. Se debate si después de su victoria Pirro dijo "Otra victoria como ésta y estamos pérdidos" o bien "otra gvictoria como ésta y volveré sólo a Épiro", en referencia a las graves pérdidas que sufrió su ejército.

Mme. Toulouse -Lautrec: Uribe apareció gravemente devaluado en la toma de posesión de Cristina Fernández, y Calderón ni siquiera apareció. Coincido contigo en lo de Sarkozy, pero por ahora la que se ha ganado toda mi admiración es la nueva presidenta argentina. ¿Oíste/leíste su discurso de toma de posesión?
Abrazo.

Roque nuevo: Ponlo en estos términos, si quieres: hasta hoy, Chávez es un demócrata impecable, y los viejos principios jurídicos recomiendan juzgar hechos y no intenciones. Me sorprende que escojas de "contraejemplo" de un mal uso de poderes excesivos a Mugabe, y no a Bush, cuyas guerras son un ejercicio más claro, más conocido y mucho más sangriento que los desmanes (sin duda condenables) del africano.
De las compras venezolanas de armamento: si yo estuviera en los zapatos de Chávez (confrontado con una superpotencia mundial intervencionista y hostil), compraría el doble. Este tema ha sido muy manipulado para presentar al gobierno venezolano como agresivo y amenazante. Pero en la lista de los 15 países que más gastaron en armamento durante 2006 no aparece Venezuela; Estados Unidos realiza casi la mitad de los gastos militares mundiales y en los lugares 14 (per cápita) y 9 (gasto bruto) aparece Brasil, vecino de Venezuela. En el año anterior, Chile, Venezuela y Brasil fueron los que más gastaron en armas, en términos brutos, pero Ecuador, Chile y Colombia fueron los que mayores proporciones de su PIB dedicaron a la adquisición de artefactos bélicos. "La gran diferencia está en el tipo de material adquirido. Mientras Chile ha optado por la tecnología más avanzada, Venezuela se ha centrado en material que permita armar a un porcentaje importante de la población civil. Brasil, por su parte, ha incidido más en medios de combate y transporte para asegurar la zona del Amazonas, y Argentina ha comprado radares y misiles de combate aéreo."
Significativamente, los vendedores de armamento en América Latina son, por volumen de ventas y orden de importancia, Estados Unidos (proveedor principal de Colombia y de Chile), España, Holanda, Francia y Rusia (proveedora de Venezuela y, en menor medida, de Perú y México).
La campaña orientada a presentar a Chávez como un consumidor compusivo de armamento se debe, a mi juicio, a que Washington se encabronó porque el venezolano adquirió aviones y sistemas antiaéreos rusos. Pero que conste que su primera opción fue Estados Unidos, y que el Departamento de Estado no sólo vetó las operaciones, sino que dejó sin repuestos (valga decir, sin poder volar) a los F-16 venezolanos, y que luego impidió que España le vendiera a Caracas aviones de vigilancia marítima.
Detesto los excesos discursivos de Chávez y me desagrada su falta de claridad conceptual, pero en materia de seguridad y defensa le doy toda la razón.

Roque Nuevo dijo...

¿"Chávez es un demócrata impecable"? Según la perspectiva analítica ¿no? Si adoptamos la tuya, es decir, "reducir el peso de las mediaciones institucionales y de la clase política", claro que sí. Pero sólo si esta política de masas (¿populismo?) se concibe como "democracia impecable." Si se conciben otros elementos--el estado de derecho, por ejemplo--tal vez aparecen unas "pecas" sobre la democracia venozolana.

Claro que "los viejos principios jurídicos recomiendan juzgar hechos y no intenciones." Pero Chávez no está sujeto a ningún proceso jurídico. Está sujeto al análisis político. Aquí sí cuentan las intenciones, por supuesto. Para esto, la acumulación de poderes políticos y militares excesivos es una señal, nada más. ¿Qué tan probable crees que sea que use sus poderes excesivos para ir en contrapelo, etc? No más una pregunta para el análisis, no para condenar a nadie en ningún tribunal

¿Así que Venezuela está en riesgo de ser invadido por los Estados Unidos? Aparte de que aquel país sea hóstil a Chávez, el riesgo de una invasión u otro tipo de ataque militar es tan ínfimo que casi ni entraría en la explicación de por qué acumula Chávez las armas. Pero dejémonslo allí. Es un riesgo y por lo tanto parte de la explicación. ¿Hay otras partes? ¿Ir en contrapelo de la voluntad poplular también entraría como posible parte de la explicación? ¿Qué tanto?

En cuanto a los contra ejemplos, puse dos criterios: poderes excesivos militares y políticos. Evidentemente, Bush no tiene estos poderes políticos excesivos. Chávez tiene muchos más de éstos que Bush, relativos a sus respectivas constituciones políticas. Pero los contra ejemplos específicos no tienen que ver con la sustancia de mi argumento. Vamos a aceptar, sin conceder, que Bush también ha acumulado los poderes excesivos. Según tú, él es el contra ejemplo más importante. Está bien. ¿Dónde están los ejemplos a favor? ¿Dónde están los regímenes que han acumulado los poderes excesivos y que no han ido a contrapelo de la voluntad popular? Te repito que no más se trata de una pregunta para el análisis político, no para condenar a nadie en términos morales. Recuerda que tú fuiste quien hizo la pregunta, no yo. Yo no más estoy pidiendo tu respuesta a tu propia pregunta. Claro que estoy pidiendo con mucho respeto y el cariño que te tengo de siempre.

Champy dijo...

Humildemente lo que intentaba comentarte, ya, al leer los comentarios noto que no aporto nada nuevo.

Pero no me reprimo las ganas de decirlo.

Hay Hugo para rato.

Y que la mercadotécnia y los reflectores, el populismo y los detractores no nos hagan perder el objetivo.

Bienestar para la hermana república de Venezuela.