25.2.08

Vendan Pemex


Está bien. Encuentren un eufemismo políticamente correcto para bautizar la operación: apertura, desincorporación parcial, modernización, fortalecimiento, reforma, bursatilización, liberalización dentro del marco constitucional, y vendan Pemex. No se sonrojen con sus contradicciones e inconsecuencias: postulen un día la pertinencia de “permitir la incorporación de capital privado” en la paraestatal y, en función de las conveniencias coyunturales, aseguren al siguiente que ésta “tiene que seguir siendo del gobierno y de los mexicanos”. Siembren la confusión y el desconcierto, y vendan Pemex.

Sigan quemando el dinero que obtienen del petróleo y manden a Calderón a entrevistarse con todos los alguaciles de Estados Unidos, y a Sergio Vela, a conocer más a fondo la Muralla China. Agasajen con bonos, coches y retiros millonarios a ministros de la Suprema Corte que encubren la pedofilia y a senadores y diputados tan modernos que la inviolabilidad del domicilio les resulta una antigualla. Destinen una parte sustancial del presupuesto a pagar indemnizaciones por los daños que sufrieron los banqueros y otros deudores privados como consecuencia de su propia falta de escrúpulos y de su torpeza.

Confiesen a voz en cuello disparates como la adquisición de gasolina en Asia (“a un precio mayor al que la vende Pemex”) y cierren el paso, valiéndose de todo –del presupuesto que todavía ejercen, de los loros mediáticos, del fraude electoral, del arzobispo, de sus dos capillas de intelectuales orgánicos, de la procuraduría, de los juramentos de asistencia mutua entre pederastas, de los toletes, de las dirigencias sindicales maceradas en dinero sucio—, a proyectos de gobierno como el que proponía la construcción urgente de refinerías en el territorio nacional para reducir la dependencia de productos refinados de petróleo. Perseveren en su empeño de lograr una paraestatal oxidada y desgajada en concesiones y convenios de riesgo y coinversión, y adquieran ustedes mismos, a precios de liquidación, los pedazos resultantes. Así estarán en condiciones de disfrutar legalmente de las ganancias petroleras, sin tanto riesgo como ahora, cuando tienen que esconder sus maniobras de apropiación subrepticia que la gente llama raterías.

Compren conciencias y votos; garanticen la permanencia en el cargo a gobernadores abiertamente delincuenciales; mantengan instituciones y siglas de relumbrón, secretarías virtuales, dependencias fantasmagóricas que justifican su existencia mediante páginas web; reduzcan la acción gubernamental al pago puntual y preciso de pagos de Pidiregas y a la concesión de contratos públicos para ustedes mismos y sus familiares. Reduzcan la sustancia de la administración pública hasta volverla insustancial; alcancen esa suerte de orgasmo regresivo del neoliberalismo, realicen el postulado del anarquismo de derecha, culminen su viaje a las raíces históricas del Estado y vuélvanse una banda de hombres armados (qué bien va la Policía Federal Preventiva en su desarrollo institucional, ¿eh?), asistida por contratistas particulares para todo lo demás. Inspírense en la ocupación de Irak y apliquen en México esa primitiva ecuación de dos términos: músculo policiaco-militar para hacerse con la propiedad de los yacimientos petroleros.

No se dejen intimidar por la cólera del populacho y de la turbamulta. Minimícenla a conveniencia en sus canales de televisión, en sus estaciones de radio y en sus periódicos, criminalícenla con ayuda de sus legisladores y procuradores, ridiculícenla como un “round de sombra”, redúzcanla a delirio sin fundamento de un dirigente resentido. No vacilen: el triunfo es de los audaces y a ustedes les espera la gloria con que la historia premia a los arrasadores de naciones. Ustedes son los elegidos para derrotar a su propio país. Gánense una fortuna y una mención de honor, junto a los mexicanos Lorenzo de Zavala y José Antonio Mexía, en los libros de historia de Estados Unidos. Vendan Pemex.

9 comentarios:

pk dijo...

y limpien su conciencia en los atuendos del obispo, por los siglos de los siglos, amén...

qué buen texto!

saludos respetuosos, capitán.

mascapalabras dijo...

Brutal y directo. Verdades en cascada que provocan desasosiego, pero al final franqueza para despertar. Excelente, gracias.

Jesusito dijo...

Y la expropiacion petrolera de 1938 fue un fraude?

Champy dijo...

Ay hermanoooo....

Sabes lo quen siento y la rabia que me incha las venas...

Un afectuoso abrazo...

10.

guajolota dijo...

Soñé que la gente de ojos vendados y oídos sordos, leían algo así. Que saltando de un lugar a otro , en el internet, se encontraban -como me pasó a mi- con tu página y: SHAZAM, tus palabras entraban por sus ojos, sus oídos por fin escuchaban los clamores del pueblo y todos nos uníamos para evitar tan terrible hurto a Territorio mexicano.
Lo soñé...

Saludos.

Pedro Miguel dijo...

Pk: Me imagino perfecto a Millonésimo Zepeda invirtiendo sus ahorritos en acciones de las empresas beneficiadas por el festín petrolero.
Abrazo.

Hola, Luis. Bienvenido, y te visito por allá. Un abrazo.

Jesús: Perdón, pero no entiendo tu pregunta.

Abrazo, Champy, y vamos a seguirle. En una de esas, impedimos que vendan Pemex.

Guajolota: Gracias por tu sueño, y ojalá. Pero si no es con sueños, será con movilizaciones.
Abrazo.

Anónimo dijo...

PARA EL PUEBLO DE MEXICO REFORMAR PEMEX ES VALIOSO, PARA LA IZQUIERDA ANTI PATRIA ES TRAICION Y EXPROPIACION!!

¿SABEN QUE?

CHINGUEN A SU MADRE!!

Arturo Roldan Campos

azulyoro dijo...

Pedro:

Mis respetos por tu texto...
Da coraje nomás con leerlo; pero igual y a algunos que están sordos a los NO SE VENDE... la Psicología inversa les abra los ojos...

¿Me permites fusilarme tu texto y reproducirlo en mi blog? Si dices que no, lo quito... ja,ja,ja

Un abrazo...

Pedro Miguel dijo...

Azulyoro: fusilarse un texto, a mi modeo de ver, consiste en hacer pasar como propio uno ajeno. Tú no fusilas sino que difundes, y te lo agradezco.
Abrazo.