27.1.09

El Encuentro Mundial
de la Familia

Para disimular su pedofilia,
y por otras razones muy oscuras,
convocaron solícitos los curas
al Encuentro Mundial de la Familia
y optaron, porque así les dio la gana,
por realizarlo en tierra mexicana.

No sé si fue la hueva o fue la gripe
pero el Papa no pudo estar presente
y con gesto aburrido y displicente
delegó sus funciones en Felipe:
“Como el vuelo hasta México es muy largo,
hijo mío pelele, te lo encargo.

“Debemos defender nuestra doctrina:
que no cunda el divorcio, y las mujeres
que cumplan dócilmente sus deberes
y no quieran salir de la cocina;
sobre todo (eso sí no lo soporto),
no vayan ni a pensar en el aborto

pues un menor que no llega a la vida
en la divina lógica del clero
vendría a ser, poniéndome sincero,
una oportunidad sexual fallida
o, por decirlo en términos blasfemos,
si no hay niños, a ver, ¿con quién cogemos?”

Dispuesto a darle gusto al Vaticano
porque halló razonable su demanda,
ciñó el pelele la usurpada banda
y, tarareando un canto gregoriano,
partió con sus guaruras aquel día,
listo para decir una homilía.

Invocando a María Innmaculada,
pensó: “Pues esto del Estado laico
es un rollo obsoleto y bien arcaico
que ya puedo mandar a la chingada.
Total que, si es pecado, me echo un Credo
y con eso seguro ya no hay pedo”.

Poco faltó para que el primer día,
en el acto puntual de la mañana,
Felipe se pusiera una sotana
y diera de una vez la eucaristía
(si hubiese sido el caso, me imagino
que se habría tomado todo el vino).

Qué escándalo. Qué pancho. Qué irigote.
Mas pensándolo bien, si éste se siente,
sin haberlo ganado, presidente,
qué más da que se sienta sacerdote:
ya que usurpa poderes más terrenos,
dar misa sin ser cura es lo de menos.

2 comentarios:

marichuy dijo...

Pedro

Esta "rabiosa talibana de laicismo", te deja un fuerte abrazo

Pedro Miguel dijo...

Ya somos dos, querida Marichuy.