La vida eterna es consuelo
del ánima insustancial;
frente al esplendor carnal,
que chingue a su madre el cielo.
Ante el afán y el desvelo
por escudriñar el clima,
cáiganos la lluvia encima
y chingue a su madre el cielo.
Si algún astronauta lelo
prefiere su profesión
a la amorosa emoción,
que chingue a su madre el cielo.
Con ese su idiota celo
de excluir al homosexual,
jódase usted, cardenal
y chingue a su madre el cielo.
La pobreza es un flagelo
que se debe erradicar
esta tarde, a más tardar,
y chingue a su madre el cielo.
5.12.09
Que chingue a su
madre el cielo
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3 comentarios:
Querido Pedro
Pero ¿el cielo qué culpa tiene de las imbecilidades de "iluminados" clérigos como Javier Lozano?
Y la foto te quedó linda, hasta parece cielo magrittiano (nomás que más nubladito, jeje)-
Un abrazo
Si, el cielo nada tiene que ver. El que ahora veo de otoño es estupendo.
Desde Cancun leo este poema y si, es agradable y hasta disfrutable. Pero sucede que no me da tanto coraje el cielo y las fantasías sobre él, como los sacerdotes y la gente que lucran y se aprovechan de los miedos de la gente. Hay de cielos a cielos.
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