El asesino Álvaro Uribe al menos podía argumentar que estaba en guerra contra las FARC. Lo que no tiene justificación posible, ni nombre, es la embestida de los comentócratas mexicanos que aplaudieron el ataque criminal perpetrado por las fuerzas militares colombianas contra un campamento de la guerrilla en el vecino Ecuador, en el que murieron los jóvenes Juan González Castillo, Verónica Natalia Velázquez Ramírez, Fernando Franco Delgado y Soren Ulises Avilés Ángeles, y fue herida Lucía Andrea Morett Álvarez.
Además de festejar los asesinatos de Sucumbíos, esos exponentes del servilismo a las versiones oficiales –ya ni siquiera las de México, sino las de Colombia– atizaron el linchamiento social y jurídico contra la única sobreviviente del grupo y emprendieron una campaña de calumnias en contra de la Máxima Casa de Estudios, a la que acusaron de servir de refugio a guerrilleros y terroristas.
Por esos días particularmente amargos del calderonato, El Chamuco publicó estas coplas alusivas.
“Nido de guerrilleros”
Con muy poco rigor, sin documentos,
hallaron los plumíferos comprados
–mercenarios del verbo y los teclados–
un dato que los tiene descontentos:
que el campus de la UNAM es semillero
de un grupo terrorista y guerrillero.
Que Bin Laden despacha en Rectoría,
que Hizbollah dirige Arquitectura,
ETA está en Difusión de la Cultura,
las FARC manejan la cafetería
y Corea del Norte, que se sepa,
diseña los programas de la Prepa.
En Contabilidad, se da por hecho
que se estudian manuales subversivos;
en Trabajo Social hay explosivos
y armas antiaéreas; en Derecho,
y en Química (la nota es objetiva),
armas de destrucción cruel y masiva.
Lo escrito por tamañas eminencias
es una información verificada;
viene de buena fuente: fue filtrada
en el CISEN y en otras dependencias;
la confirma un discurso que suscribe
el narcopresidente Álvaro Uribe.
Por si faltara un hecho fehaciente,
el lema de la UNAM se ha revelado
como un mensaje turbio y encriptado
y lo que dice verdaderamente
es horrible, vulgar y subversivo:
“Por mi Raza hablará el cuerno de chivo”.
Ay, desinformadores, es muy fea
la forma en que con ese desatino,
al régimen corrupto y asesino
de Uribe facilitan la tarea
y el modo en que a tal sátrapa extranjero
le vendieron la pluma y el trasero.
Cuatro jóvenes muertos, mexicanos,
a ustedes les importan un pepino.
Conceden la razón al asesino
y le limpian la sangre de las manos
pensando que su mancha es muy distinta:
que en las manos de ustedes sólo hay tinta.
Podría ser el clásico dilema:
el que publica un hecho deformado
obra por idiotez o por malvado.
Pero ustedes cambiaron el esquema:
ya pueden contemplarse, en sus espejos,
malos al mismo tiempo que pendejos.