13.9.17

Carta abierta a
Ricardo Monreal

Apreciado Ricardo:

Ya párale.

Nadie te condenó a muerte (ni siquiera a la muerte política) ni te ofendió ni te faltó al respeto ni dejó de tomarte en cuenta. Simplemente no obtuviste una candidatura. No es para tanto. Hay vida (política y de la otra) más allá de las jefaturas de gobierno.

¿Te eligen? Bien, pues a fajarse con la responsabilidad. ¿No te eligen? no importa: perteneces a una organización en la que confías y otro compañero hará el trabajo y estarás bien representado. Hay muchísimas otras tareas en las que resultas necesario y puedes desempeñar con gran eficiencia y experiencia. Bueno, yo así pienso.

Y pienso también que estás quedando como un niño berrinchudo, como un ególatra y como un ambicioso. Estás haciéndote a ti mismo un daño infinitamente mayor que el que le haces a Morena y a la causa de López Obrador. Estás despedazando tu prestigio y tu autoridad moral. Te expones al menosprecio de quienes han sido nuestros adversarios desde hace mucho tiempo. No digo que no se apresten a sacarte el jugo pero harán precisamente eso: utilizarte; nada más.

Me parece que sería lamentabilísimo que recorrieras hasta el final la ruta que empezaste a andar tras la selección de la candidatura para el GDF; sería una pérdida para el proyecto de transformación del país y para ti mismo, y una ganancia magra y circunstancial para quienes se empeñan en mantener al país en su rumbo actual al abismo.

Una rectificación de tu parte, en cambio, sería un acto de grandeza que miles de compañeros en Morena recibiríamos con empatía y con admiración.

Casi no nos conocemos y no hemos tenido más que una o dos ocasiones para platicar. Te cuento ahora: no me gusta tu estilo de hacer política pero por encima de asuntos estilísticos, que no son muy sustanciales, te considero un dirigente y un compañero que durante muchos años ha ostentado una militancia leal, honesta y tremendamente eficaz, y pienso también que eres un político y un funcionario hábil y muy inteligente.

Penúltimo: escribo exclusivamente por mí y firma mi conciencia. Y, claro, dudo mucho que lo expuesto en esta misiva tenga alguna incidencia en tus decisiones, pero me siento obligado a expresarte con franqueza mi sentir.

Y antes, en todo caso, de que nos encontremos en trincheras confrontadas, te mando un abrazo.

Pedro Miguel
México, D.F., 13 de septiembre de 2017.-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen punto , ojalá acepte la grandeza que puede recibir de muchos , si logra ser humilde y anteponer el proyecto de morena ,a su ambición personal!

Luis Valadez dijo...

Estimado Pedro, ¿sabe si alguien se ha acercado personalmente a Ricardo a hablar con él? Realmente creo que este tipo de palabras y el acercamiento personal, humano, reflexivo, es lo que hace falta para conciliar los ánimos en este tipo de situaciones. Para ello también haría falta una carta igual pero dirigida a MORENA (o en el mejor de los casos a Andrés Manuel), exhortándolos a que se acerquen a Ricardo.

Alfredo dijo...

Pedro:
Coincido plenamente con el contenido de tu carta. Igual esperaría una rectificación de Monreal porque hay militantes de Morena en las diversas colonias de la Cuauhtémoc, afines al Delegado, que ven el resultado como un agravio y falta de transparencia en el proceso.
Pareciera que es la primera piedra de consideración en el camino de una organización política que se pretende conducir con rectitud y ética política. Ojalá y Morena cruce el pantano de las aguas fétidas de podredumbre de las organizaciones partidarias, sino límpida, que al final de este procesos electoral lo trascienda y mantenga su integridad. Sino ya nos llevó la chingada.
Saludos
Alfredo Martínez