Dice El Mundo en su
edición del domingo: “Desde que la Casa Real anunciara ayer el compromiso del
Príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz, las reacciones y muestras de
apoyo se han sucedido. Todas las fuerzas políticas han expresado su
felicitación a la pareja, los editoriales de la prensa del país han subrayado
el acierto de la elección del Heredero y la sociedad española también se ha
manifestado en su mayoría a favor del enlace de Don Felipe”. La noticia ocupó
también las primeras planas de El País, La
Vanguardia, La Razón, ABC y El Periódico, además, por
supuesto, de la del diario asturiano La Nueva España, donde la
protagonista de esta historia hizo sus pininos periodísticos.
En su memorial de la guerra civil española Hombres
en guerra, Alvah Bessie, integrante de la Brigada Lincoln, consignó algunos
ataques de la aviación fascista ocurridos a mediados de 1938: “En Granollers
mataron a 300 personas, entre mujeres, niños y ancianos; en Alicante hicieron
volar en pedazos sangrantes a 250 e hirieron a 300 más. En Roma, el Papa
deploró nuevamente el bombardeo de poblaciones civiles; pero demostraba
ingenuidad: los civiles, en nuestra época, son objetivos militares”.
Con masacres como ésas, con papas como ésos y con la ayuda
de Hitler y Mussolini, Franco destruyó la república, impuso su larga dictadura,
dejó bien pegado en el trono a Juan Carlos I de Borbón --legitimado en su
momento como jefe del Estado español por todas las fuerzas políticas-- y ahora,
felizmente, el vástago del soberano anuncia su enlace matrimonial con una
plebeya ilustrada que algún día llevará la digna representación de la sociedad
civil en el Palacio de La Zarzuela. La vida monárquica y sus episodios rosas
actúan como caramelo seductor que no sólo anestesia los malos recuerdos, sino
también alivia las noticias infortunadas, los escándalos de corrupción, las
traiciones políticas, los indicadores económicos desfavorables, las inquietudes
separatistas, las derrotas anunciadas en las guerras contra el terrorismo, los
informes sobre cuerpos de inmigrantes reventados por el sol en playas
mediterráneas. Hoy, todos los medios informativos de la península esperan,
babeantes y arrobados, a que el príncipe acuda a pedir formalmente la mano de
la periodista.
Sería injusto desconocer que este cuento de hadas está
aderezado con una abundante salsa de modernidad: a fin de cuentas, como
recuerda la avalancha noticiosa de menudencias nupciales, la novia trabajó en
las coberturas de los atentados del 11 de septiembre, la más reciente guerra
contra Irak y el naufragio del Prestige, que
llenó de chapopote las costas gallegas; el novio, por su parte, se dejó
fotografiar en un barco de guerra español --anclado, como es razonable, a
prudente distancia de los combates-- durante la guerra de 1991 en el golfo
Pérsico y hace poco más de un año posó cautelosamente sus patas reales en
Bosnia-Herzegovina “para conocer sobre el terreno la labor de pacificación”.
Además, Felipe Juan Pablo Alfonso de la Santísima Trinidad y de Todos los
Santos de Borbón, príncipe de Asturias, de Gerona y de Viana, duque de
Montblanc, conde de Cervera y señor de Balaguer, contra lo que su nombre
indica, es un hombre moderno, licenciado en derecho por la Autónoma de Madrid y
con un master en
Georgetown.
No hay nada de vergonzante y ni siquiera de frívolo, pues,
en el epitalamio mediático con que hoy se emborracha España: “Antes de hacer
oficial el compromiso, el Rey comunicó la noticia personalmente a la presidenta
del Congreso, al presidente del gobierno y a los líderes de PP y PSOE. Inmediatamente,
se sucedieron las felicitaciones.
“El secretario general del PP, Mariano Rajoy, envió un
telegrama a don Felipe para transmitirle su 'más sincera y cordial
felicitación' por el compromiso. El PSOE expresó a los prometidos sus 'mejores
deseos tanto en lo personal como en las altas responsabilidades que asumirán en
el futuro'. Lo mismo hizo IU, que como 'organización de carácter republicano y
al mismo tiempo respetuosa con lo prefijado en nuestra Constitución' quiso
transmitir sus 'respetos y felicitación a la pareja'.”
Franco le ganó la guerra a la república. Muchos años
después, la revista Hola demostró
que tiene un proyecto periodístico infinitamente más coherente, realista y
sólido que el de El
País. Me pregunto si en algún lugar quedaron consignados los nombres de los
550 españoles que la aviación fascista descuartizó en Granollers y en Alicante
en el verano de 1938. 65 años ya. Qué rápido se pasa el tiempo. Un parpadeo, y
estaremos en el bautizo de los nietos del príncipe Felipe.
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