Tiene razón Y: ya se fue, y no hay razón para estarlo jodiendo a deshoras.
Además, nadie le ha hecho a Neruda burlas mejores que las que él se hacía a sí mismo:
Nací tan malo para competir
que Pedro y Juan se lo llevaban todo:
las pelotas,
las chicas,
las aspirinas y los cigarrillos.
Es difícil la infancia para un tonto
y como yo fui
siempre más tonto que los otros tontos
me birlaron los lápices, las gomas
y los primeros besos de Temuco.
Ay, aquellas muchachas!
Nunca vi unas princesas como ellas,
eran todas azules o enlutadas,
claras como cebollas, como el nácar,
manos de precisión, narices puras,
ojos insoportables de caballo,
pies como peces o como azucenas.
Lo cierto es que yo anduve
esmirriado y cubriendo con orgullo
mi condición de enamorado idiota,
sin atreverme a mirar una pierna
ni aquel pelo detrás de la cabeza
que caía como una catarata
de aguas oscuras sobre mis deseos.
Después, señores, me pasó lo mismo
por todos los caminos donde anduve,
de un codazo o con dos ojos fríos
me eliminaban de la competencia,
no me dejaban ir al comedor,
todos se iban de largo con sus rubias.
Y yo no sirvo para rebelarme.
Esto de andar luciendo
méritos o medallas escondidas,
nobles acciones, títulos secretos,
no va con mi pasmada idiosincrasia;
yo me hundo en mi agujero
y de cada empujón que me propinan
retrocediendo en la zoología
me fui como los topos, tierra abajo,
buscando un subterráneo confortable
donde no me visiten ni las moscas.
Esa es mi triste historia
aunque posiblemente menos triste
que la suya, señor,
ya que también posiblemente pienso
que usted es aun más tonto todavía.
Perdón y salud, soldado dormido, desde el águila equivocada que circula en tus venas.
2 comentarios:
Maravilloso Neruda. Sin duda, ácido en las venas y un corazón de buey.
Absolutamente genial!
Remata absolutamente con el lector, que es universal...
y es real, yo soy más tonto... je je
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