3.12.07

Dan vergüenza

Azuela Güitrón, Sánchez Cordero, Ortiz Mayagoitia

Señores magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Salvador Aguirre Anguiano, Mariano Azuela Güitrón, Margarita Luna Ramos, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero y Sergio Valls Hernández:

Ustedes tienen en las manos una vasta experiencia jurídica y el conocimiento profundo de la menudencia legal. Disponen de bibliotecas digitalizadas de jurisprudencia y cuentan con equipos de asesores e investigadores. Disfrutan de unos emolumentos que les permiten llevar un tren de vida equiparable al de los grandes empresarios, y además cuentan con alimentos, transporte, telefonía y gastos médicos mayores, todo ello pagado por nosotros, el resto de los ciudadanos. Ustedes tienen oficinas alfombradas y cómodas a fin de que puedan examinar en condiciones óptimas los graves asuntos que son sometidos a su consideración. Ustedes han sido provistos por el país de todo lo necesario, y con exceso. La idea es que no les falte nada para adoptar las decisiones correctas. Esto es así no porque ustedes sean particularmente simpáticos o preciosos o héroes de la película, papá, sino porque se espera que no nos fallen a la hora de tomar determinaciones que son inapelables e inatacables y que, por ello, no deben ser contrarias a la verdad, al sentido común y al decoro.

En el caso de las acciones emprendidas por el gobernador de Puebla, Mario Marín, y por funcionarios de su gobierno, para agredir y silenciar a una periodista honesta, ustedes tuvieron a su alcance todos los elementos, así como un generoso lapso para reflexionar, allegarse datos adicionales y consultar, en la quietud y la comodidad de sus oficinas, las páginas de la Constitución y sus propias conciencias.

La sociedad mexicana estaba particularmente pendiente de sus actuaciones en este caso porque en él se había hecho evidente hasta la náusea el ejercicio de un poder torcido, el influyentismo como factor de atropello a los ciudadanos, el nudo de complicidades –presente en tantas instancias de la República— entre el poder económico y el poder político. En ese expediente y en el fallo de ustedes estaban en juego el inicio del siempre postergado combate a la impunidad, la vigencia de la libertad de expresión, la capacidad de los órganos del Estado de corregir y sancionar abusos cometidos en oficinas públicas. Los votos de ustedes eran cruciales para poner un límite al enorme poder de las redes que trafican con menores explotados. De ustedes dependía en buena medida la restitución de las facultades de los órganos impartidores de justicia y el freno al guarurismo como estilo de gobierno.

Poco o nada podía esperarse de un candidato que criticó acremente la obscenidad del maridaje coñaquero entre Kamel Nacif y Mario Marín y que unos meses más tarde, ya en la Presidencia, optó por darle al gobernador poblano abrazos del tamaño de una factura política. Poco o nada podía esperarse de usted, Mariano Azuela Güitrón, luego que, en su calidad de presidente de un tribunal constitucional, opinó que algún fragmento de la Carta Magna está “escrito con los pies” y se descalificó a sí mismo de manera inapelable e inatacable. Del resto de ustedes, en cambio, podía (¿podía?) esperarse un poquito de independencia, distancia y ecuanimidad.

Góber precioso, presidente espurio

La sociedad confió en ustedes y se equivocó. Ustedes decidieron que la ley está divorciada de la verdad, que el principio jurídico abomina de la ética, que la Constitución ampara la impunidad.

Ustedes decidieron que no hay nada de malo ni de punible en una procuración de justicia a punta de “pinches coscorrones a las viejas cabronas” (nada que lamentar de este lenguaje, ¿verdad Margarita Luna Ramos y Olga Sánchez Cordero?), ni en escamotear notificaciones legales, ni en ser partícipe y encubridor de una conspiración para propiciar la violación de una periodista.

Después de semejante toma de posición, ya pueden ustedes, señores magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Salvador Aguirre Anguiano, Mariano Azuela, Margarita Luna Ramos, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero y Sergio Valls, poner una demanda por difamación, ir con el góber precioso de su preferencia y ofrecerle dos botellas de coñac (o una suprema absolución) para que mande guaruras a encarcelar y atropellar a los ciudadanos que pensamos, decimos y escribimos que ustedes dan vergüenza.

Valls Hernández, Aguirre Anguiano, Luna Ramos

15 comentarios:

Champy dijo...

Gracias por tus palabras.

Ya en mi espacio he sentido la solidaridad de ucha gente, pero al ver que tu haces uso del tuyo en tremendo foro, da gusto ver que aun hay quien se atreve a encarar a estos sinverguenzas.

No se que sentir por ellas.

Un afectuoso saludo

marichuy dijo...

Estimado Pedro

Muy lamentable la decisión, y luego como cereza en este inmundo pastel, viene la actitud de la dama magistrada defendiendo la "probidad e independencia con que tomaron su decisión”. No se como verlo (el que la hayan mandado a ella a dar la cara), si como una falta de arrestos por parte de los magistrados hombres, o como una burla para Lidia Cacho. En cualquier caso, aún peor es que la vergüenza y decepción que nos inspiran los magistrados, ellos ni la sienten, ni un asomo de ambas.

Ya solo falta que vayan por ahí, por los rincones mediáticos, cual Luis Carlitos Ugalde, chillando porque han sido injuriados.

Un abrazo

Hugo Benitez dijo...

Hola Pedro.

Con esta decisión, el tribunal se convirtió en cómplices de ese “pinché coscorrón”.
Ellos son los verdaderos héroes de esta película papa.
Me pregunto, ¿será que después de la decisión, Mario Marín descolgó el teléfono e invito una botella de coñac a cada miembro del tribunal que votaron a favor de el?

Aquí, afuera ahí una profunda indignación e impotencia, al ver como nos escupen a la cara a todos en general con esta decisión.
Desde aquí va un ¡YA BASTA!
Saludos.

pk dijo...

lo leí en la jornada.
acá veo las fotos de estas deleznables personas.
qué ignominia, y
¿qué más se puede hacer, capitán, qué más (¿recurso epr o qué más?)?
vaya un saludo de apoyo que se suma al hartazgo.

y que lo escuchen bien:

dan vergüenza!

--

saludo, capitán.

Unknown dijo...

A mi francamente me da asco.

por cierto, de una vez me disculpo por hacer mención de otro espacio aqui pero me parece importante y está relacionado.

Denisse Dresser mencionó, en el espacio que tiene con Carmen Aristegui los martes en la mañana, que platicando con Lydia Cacho en la FIL la empezaron a llamar por telefono las niñas que se atrevieron a denunciar a Jean Succar Kuri preocupadas por lo que pudiera pasar y por saber que es lo que ahora podian hacer.

Asi de grave es lo que estos ministros de la "S"CJN decidieron el pasado jueves.

Anónimo dijo...

Pedro Miguel

Excelente comentario. Me incluyo contigo y con esos ciudadanos que mencionas, que pensamos, decimos y escribimos que esos magistrados dan vergúenza. Que sepan que protegiendo a delincuentes de la calaña de Mario Marín y de Kamel Nacif se hacen cómplices de esas redes de pederastas y de delicuentes que tanto daño hacen en nuestro pais. Que sepan además que el pueblo que le pagamos sus sueldos y sus prerrogativas no sólo los denunciamos, sino que nos avergonzamos de ellos.

jmo dijo...

Que triste se ve el futuro de un país con instituciones que no se atreven a castigar a los que abusan del poder, más triste cuando este abuso se manifiesta en misoginia y quienes lo exculpan son mujeres. Parece ser que, al menos en las instituciones, habrá impunidad y machismo para rato. Todo gracias a la falta de honradez y valor para castigar "los pinches coscorrones a las viejas cabronas".

El patio trasero dijo...

la SCJN ya comenzó con el furor navideño anticipando el regalo a los tres reyes mexicanos (el de la mezclilla, del cognac y de las prepubescentes).
Pero este regalo otorgado a Mario Marín tiene un remitente más allá de la SCJN, lo firma el mismísimo licenciado Calderón como pago por los favores recibidos durante la elección federal del año pasado.
Es repugnante que lo que esté detrás no sea sólo la corrupción bien conocida en las esferas gubernamentales, sino la impunidad al abuso sexual contra menores.

maría de lourdes aguirre beltrán dijo...

Dan vergüenza, y causan desaliento:

La Corte de la injusticia,
ha vomitado su fallo
con la destrucción de un rayo
desplegando su estulticia.
Se precian de su malicia
dan carta de impunidad
a quien viola sin piedad
los derechos de la gente,
y atropella brutalmente
a quien dice la verdad.

Un abrazo

Lourdes.

Anónimo dijo...

...y luego se escandalizan cuando decimos "al diablo con las instituciones"... ¿podemos mandarlas con alguien más?...

Anónimo dijo...

Coincido enteramente con su opinión, las razones esgrimidas por la corte por el "No" son más que infantiles, completamente indignos de una Suprema Corte, hasta ahi nuestra esperanza de que algo cambie en este país, más sin embargo debemos seguir el ejemplo de Lydia de seguir inistiendo para que nuestra voz tenga eco, involucrarnos y expresar nuestra opinión para que sepan que efectivamente nos dan verguenza.

Pedro Miguel dijo...

¿Saben qué? Hay que juntar tanto repudio social que obligue a estos traidores a la justicia a renunciar a sus magistraturas en la Suprema Corte. Pero pacífico, PK, porque al gobierno usurpador, el "recurso EPR" le vendría como anillo al dedo. No nos vamos a subir con el boxeador, hay que bajarlo del ring a chiflidos.

Anónimo dijo...

¿Miopía? ¿torpeza? ¿estupidez? ¿ineptitud? ¿sinverguenza? ¿valemadrismo? ¿poca madre? ¿corrupción? etc. etc. etc. Hay tantos adjetivos que podrían ser considerados para ésta decisión tomada por la ¿SCJN? que la verdad no tengo el más adecuado para ella ( o ellos). Pero de algo puede estar segura la periodista Lydia Cacho: no está sola. Hay muchisisma gente que la apoya, así como también la admira como persona, como mujer, como profesionista. Ese que hasta el momento se embriaga con cognac, pronto dejará de hacerlo, cuando este detrás de las rejas.
Gilberto Contreras Rivero.

Gataza Gueden dijo...

Ya no quedan instancias "legales" en este país, nos hemos quedado ante un Estado completamente sordo. Pero es el pueblo el que es soberano ¿cierto? en nosotros los mexicanos radica el poder de cambiar tanta mierda. Debemos hacer algo y lo primero e inmediato es INDIGNARNOS y decirles coómplices, irredimibles. Dan vergüenza!!!

Anónimo dijo...

Dile lo que piensas a los integrantes de la SCJN
Eso si, nomás esta info obtuve pero, algo es algo.

Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, directo: 51.30.13.03
Sin correo electrónico.
Mariano Azuela Güitrón, directo: 5130-1009
ysoberanes@mail.scjn.gob.mx (si este es el correo de Azuela)
Sergio Salvador Aguirre Anguiano, directo: 5542-0254 / 5522-9342
saguirrea@mail.scjn.gob.mx
José Ramón Cossío Díaz, directo: 51.30.10.06
jramoncd@mail.scjn.gob.mx
José Fernando Franco González Salas, directo: 5522 5037 / 5130 1008
Genaro David Góngora Pimentel, directo: 5130-1630
gdgongorap@mail.scjn.gob.mx
José de Jesús Gudiño Pelayo, directo: 5522-9756
jgudino@mail.scjn.gob.mx
Margarita Beatriz Luna Ramos, directo: 5130-1004
mbluna@mail.scjn.gob.mx
Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas, directo: 5522-5018
mbauerj@mail.scjn.gob.mx
Juan N. Silva Meza, directo: 5522-4309 / 5130-1003
Sergio Armando Valls Hernández, directo: 51.30.10.99
savallsh@mail.scjn.gob.mx

Dice el protocolo que se debe referir uno a estas caballeros y damas como Señor ministro o excelencia....
Si alguien tiene otros datos que los comparta....
Felices fiestas!