Fue tormenta serena y apacible
en un jardín intenso y agitado.
Fue como recibir lo que se ha dado
con una prendidez indescriptible.
Fue toda una mudanza inamovible;
fue encontrar el futuro en el pasado.
Es la casualidad que ha derribado
la puerta donde habita lo imposible.
Fue noche deslumbrante y es mañana
que invita a no salir en todo el día;
es viento celestial y carne humana.
Fue dolor que al dolerse se reía;
es un ritual de comunión profana
entre vida, canción y poesía.
11.10.10
Lo que pasó entre
Chavela y Sócrates
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