Los atentados de días recientes fortalecen las probabilidades políticas, legislativas y propagandísticas, de esta vieja utopía:
Una tanqueta, o cuando menos un Humvee, en cada esquina y en cada crucero del país; vigilancia permanente, con artillería ligera, en los barrios residenciales; razzias y rondines intimidantes en las colonias populares, con aprehensiones y allanamientos domiciliarios sin trámite judicial de por medio; ocupación del espacio aéreo por helicópteros, aviones de reconocimiento y aeronaves no tripuladas (pero sí artilladas), una parafernalia que escapa a las posibilidades financieras y tecnológicas de las autoridades mexicanas y cuyo control directo recaería, en consecuencia, en las estadunidenses; acciones de limpieza social discreta, pero efectiva, capaces de causar una merma de escala demográfica en las filas de la informalidad delictiva.
Imposición del principio de respeto a la autoridad, que empieza por dar penas de privación de la libertad a borrachos escandalosos, que sigue con el establecimiento del derecho de los policías a impedir que los delincuentes los hagan quedar como tontos ante el juez (juicios expeditos y sumarios, con prevalencia de la palabra de la autoridad sobre la del presunto culpable) y que culmina con la supresión de las críticas al funcionario público, por parte de los ciudadanos, y al patrón, por parte de los empleados.
Tipificación de los delitos de lucha social, huelga, manifestación, protesta, concentración en espacio público, organización política, sindical y agraria (en modalidades de tentativa o de consumados), difusión de información contraria a los intereses de dependencias y de empresas, defensa de los recursos nacionales y resistencia de particulares a la entrega de la soberanía.
Eliminación del principio de rehabilitación que rige (muy en teoría) al sistema de justicia penal y su remplazo por el de castigo y venganza social contra los infractores.
Despenalización de facto de los delitos corporativos, electorales y “de cuello blanco” (evasión fiscal, fraude bursátil y bancario, fraude electoral, desvío de recursos, prevaricación, tráfico de influencias, lavado de dinero, homicidio industrial, afectaciones al entorno, etcétera) e intensificación de la lucha contra los delitos cometidos al margen de la Bolsa de Valores, fuera de la jurisdicción de la Condusef y más allá de las atribuciones de la Comisión Federal de Competencia.
Para los segundos, aumento de las sanciones, desde la multiplicación de años de cárcel hasta la reintroducción de la pena de infamia, los azotes, la pena de muerte, la confiscación de bienes, el tormento y las deudas por herencia.
Restablecimiento de una división social en castas, aunque simplificada, para ejercer el principio de presunción de inocencia, como beneficio para la gente honorable, y la sospecha previa de culpabilidad, para proteger a la sociedad de su propia mayoría, conformada por malvivientes, lúmpenes, indios, comerciantes ambulantes, migrantes. ninis, pervertidos sexuales, pejistas, zapatistas y mujeres adictas al aborto.
Regularización y legitimación del actual modelo fiscal, consistente en la exención absoluta y universal a las fortunas, y confiscación de salarios, desde el mínimo hasta diez veces la suma equivalente.
Todo el peso de la ley a los ejecutores de crímenes de sangre relacionados con la delincuencia organizada, y a sus jefes directos, en caso de que éstos no cuenten con la documentación correspondiente a la gente honorable, y beneficio de la libertad incondicional para todos aquellos empresarios, políticos y funcionarios que obtengan provecho lícito, electoral, legislativo o pecuniario, del clima de violencia, de la descomposición institucional y de la zozobra ciudadana.
Estos son, en el fondo, los objetivos en torno a los cuales México debe “unirse”. No es otro el escenario que proponen el CCE y la Coparmex, con su rebaño anexo de logotipos y siglas ciudadanas, y los cuadros panistas y priístas que decidieron estar hartos de la violencia causada por el régimen del que forman parte. Así va el guión de la paz a la que aspira la derecha. Y lo hará realidad si el resto de la sociedad se descuida.
7 comentarios:
Hola Pedro:
Y saludos de nuevo...
¿Se te olvidó un elemento clave en tu utopía? Yo digo que sí:
Los cuidadanos haciendo uso extensivio e intensivo de su derechos de la denuncia ciudadana para que en cualquier grupo de cinco personas haiga por lo menos un denunciante. En un grupo de diez, que haigan dos. Etc etc.
Según mis estudios, esto es la vía más rápida de atomizar la sociedad y de destruir la confianza natural y la libertad que está en la base del tejido social de este país, lo cual ha servido durante siglos de mantenerlo (más o menos) libre e independiente. Quizá esto será más destructivo a largo plazo que la misma violencia generado por los humvee, razzias y demás. Es más: esto es condición previa para que opere lo demás y que creamos de nuevo la sociedad de castas. Ya hay cholos por ejemplo, ie, los xolotl [de india y negro, nace el xolotl o algo así]. Vamos bien. Pero hay que echarle más ganas. ¿no?
Con mucho aprecio
Roque Nuevo: Tienes razón.
Un abrazo.
"Roque Nuevo: Tienes razón. Un abrazo".
¡Esta histórica frase la voy a guardar para mi lápida!
Estamos de acuerdo que esta guerra, que en realidad se trata de una insurgencia, aunque no sabemos exactamente quienes son, fue impuesto por los EEUU con métodos gangsteriles, ie, con extorsión. Vease RM Nixon, GG Liddy y la fundación de la DEA.
Pero no sabía que "During the 1930s, Harry Rosen http://en.wikipedia.org/wiki/Harry_Rosen_%28mobster%29 and Meyer Lansky worked on expanding drug trafficking operations in Mexico as an alternative to older routes such as Japan now closed with United States entry into World War II. By 1939, a lucrative heroin network had been established from drug traffickers based in Mexico City to major cities across the United States including New York, Philadelphia, Miami and Los Angeles as well as Havana, Cuba."
Tu eres el poeta. Dime si se trata de la ironía trágica: los gangsters de los años 30 establecen el tráfico de drogas acá en México, por razones políticas y ajenas al país. Treinta años después el gangster presidente, Nixon, establece la guerra en contra de los gangsters que ellos mismos, ie, los gringos, habían formado una generación atrás. Treinta años después, están muriendo en violencia extrema miles de mexicanos.
No encuentro ironía: creo que el narco es, desde siempre, uno de los instrumentos de la política exterior de Washington. De China a México, de México a Vietnam, del Irangate a Noriega, de Noriega a Afganistán, de Afganistán a Fast & Furious...
OK. Se trata de una situación catastrófica. No hay ironía. Tú eres el poeta. ¿Podria considerarse ironico que mucha gente (me incluyo) prefieren un gobierno de narcos que el gobierno actual de soplones y cobardes? ¿Que podemos mejor con el narco que con los soplones y cobardes? ¿O esto seria no mas una señal entre tantas de la decadencia de nuestra civilizacion?
"el narco es, desde siempre, uno de los instrumentos de la política exterior de Washington."
Cierto, hasta cierto punto, como quien dice. Pero el "desde siempre" debe coincidir con la criminalización de las drogas, más o menos desde hace unos setenta años. Tal vez esto es suficiente para que digamos "desde siempre." ¿Podemos guardar cierta distancia analítica si marcamos los límites con más claridad?
En cuanto a la política exterior de los EEUU, la adicción a las drogas para esto tampoco empezó "desde siempre." Empezó durante el gobierno de FD Roosevelt, un "progresivo" como le dicen ahora. Un presidente con claras simpatías con la izquierda, etc etc. En un inicio, se penalizó el uso y distribución de las drogas porque, según el gobierno de Roosevelt, fueron la causa de tantos problemas sociales—crímenes, etc etc. También en aquel entonces las drogas fueron identificados con el dizque problema social de la inmigración de "ciertos grupos" sociales, que el gobierno quería reprimir, los inmigrantes mexicanos, que, como hoy, disfrutan de la mota para hacer sus jornadas menos brutales.
Después, Roosevelt llevó el asunto a los foros internacionales cuando un total de cinco países (más o menos) estuvieron de acuerdo que fuera tanto problema social que necesitaba de la intervención del gobierno. Si nos remitimos a aquellos años, veremos que esta dizque guerra de las drogas nunca tuvo el acuerdo que tu frase "desde siempre" implica. Se logró el acuerdo con el uso de la política, o sea, con el uso del poder.
Ya no recordamos aquellos tiempos de uso libre de las drogas. No recordamos que la gente sí pudo hacerlo responsablemente y no necesitaba del gobierno para cuidar sus estados de ánimo, que manipulaban cuando querían con sustancias.
Contrasta esta situación con la de la prohibición del alcohol. Ahí sí, todo el mundo recordaba los tiempos de libre consumo del alcohol y fue evidente que los "problemas sociales" se habían exacerbados con la prohibición, no al revés. Hoy carecemos de esta memoria y decimos que "desde siempre" ha sido así como es hoy.
¿Cómo lograron insertar la idea que los drogas son un "problema social" en las mentes individuales de casi todo el mundo?
Aunque a uno le da una mezcla de asco, incomprensión y coraje al contemplar esto, queda un poco de admiración para el uso del poder dizque blando, de la cultura, por parte de los EEUU. Es ahí cuando deviene un instrumento de la política exterior.
Es por esto que la batalla está perdida. Podemos estar "en contra" de la guerra de las drogas y gritar "no más sangre" pero estamos luchando a los márgenes del asunto, cuando el núcleo fue establecido por Roosevelt hace tantos (pero no muchos) años, ie, que las drogas son "un problema social." Discutimos cómo resolver este con o sin la DEA, con o sin la "despenalizción" de ciertas drogas bajo ciertas circunstancias y demás pero nunca discutimos los valores que están en la base
Estimado Pedro,
El anónimo acá es un perfecto ejemplo del dicho que el antisemitismo es el Marxismo de los tontos. Yo creo que se trata de un lector asiduo de Salvador Borrego, quien intentó propagar el Nazismo (el verdadero y no el metafórico) acá en este país sin éxito. El problema fue que los Mexicanos no tienen la historia de odio a los judíos que tienen los Europeos y nunca pegó acá, aparte de unos ignorantes, como el anónimo, quien con su teoría de conspiración tan estúpida, se delata a sí mismo como racista idiota. ¿Banca sionista/angloisraéli" etc etc? No tiene ni pies ni cabezas si se trata de un análisis. Sirve mucho, sin embargo, si se quiere fomentar el odio en contra de los judíos y a la vez se quiere infundir a los tontos, como el anónimo, con la idea que estén super mucho muy enterados, más allá de los medios, etc etc, porque éstos, se sabe por los tontos, están manipulados por la misma banca sionista, etc etc. No más los tontos, como el anónimo, de acuerdo con él mismo, saben la verdad detrás de la noticia.
Por lo demás, es hasta trivial decir que la guerra de las drogas sirve para proyectar el poder de los EEUU. Yo mismo he puesto muchas razones para esto acá.
Partiendo de esto ¿por qué crees que los tontos, como el anónimo, tienen la necesidad de inmiscuir a los judíos en su dizque análisis?
Roque Nuevo: Tú lo has dicho: por tontos. El confundir capitalismo con sionismo equivale a reducir a la delincuencia a la figura de El Guasón.
Publicar un comentario