Un diálogo con palabras reales e
históricas: las que decía el general Efraín Ríos Montt (ERM),
presidente-dictador de Guatemala entre el 23 de marzo de 1982 y el 8
de agosto de 1983 (y quien hace un par de días se convirtió en
procesado por genocidio), las que consignó la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico de la ONU (CEH) establecida el 23 de junio
de 1994 en el marco del Acuerdo de Oslo, y que concluyó su tarea con
un informe titulado Guatemala: memoria del silencio,
y algún caso mencionado en
el documento
Guatemala: nunca más elaborado por el
Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica
(REMHI). Los fragmentos de ERM están tomados de Los discursos de domingo de Efraín Ríos Montt: ¿Un Discurso Evangélico?
(Virginia Garrard-Burnett, Instituto de Estudios
Latinoamericanos, Universidad de Texas.
Los que siguen son, por supuesto, sólo unos poquísimos ejemplos de
las palabras y de los actos.
ERM: Amnistía quiere decir perdón, la
nación en aras de la unidad de la familia pretende perdonar, quiere
perdonar, está extendiendo su mano, la patria su abrazo, su regazo
para que vuelvan a ella sus hijos, los hogares esperan la presencia
de sus familiares [...] el que perdona se ennoblece, el que acepta el
perdón es una persona noble, hagamos de nuestra patria algo noble.
(29/05/1982)
CEH: Manuel Toll Canil murió después
de cuatro machetazos. Antonio Castro Osorio fue macheteado seis
veces; en una de las tandas intervino incluso un familiar; pero como
tardaba en morir, un soldado le dijo al teniente: '¿Qué vamos
a hacer? Éste no se muere.' El teniente ordenó que le partieran la
cabeza. Entonces, el soldado le quitó la cabeza. (Caso Ilustrativo
53, San José Sinaché, Zacualpa, Quiché, 05/1982)
ERM: Óiganme bien, guatemaltecos:
vamos a combatir la subversión por los medios que quieran,
totalmente justos, a la vez con energía y rigor. Estamos dispuestos
a cambiar Guatemala, estamos dispuestos a que reine la honestad y la
justicia; paz y respeto para aquellos que son pacíficos y respetan
la ley. (30/06/1982)
CEH: Pedro Ramírez Ajmac, su esposa e
hijos y su hermano Tomás salieron de Chacagex hacia la aldea
Chuahoj, cuando vieron que por el camino se acercaba un grupo de
patrulleros de San Sebastián. Al verlos, Tomás huyó de inmediato
pero Pedro salió corriendo después y le dieron alcance, lo ataron
de un pie al vehículo y se lo llevaron arrastrándolo
aproximadamente dos kilómetros hasta llegar a la sede de la
patrulla de San Sebastián. Llegó en un estado terrible; aparecía
con graves heridas, en especial, en el rostro; su esposa e hijos
corrían detrás de él gritando y llorando por lo que le estaban
haciendo. Pedro pidió agua a los patrulleros y el jefe de las PAC le
ofreció orina. Después los demás patrulleros hicieron una hoguera,
lo quemaron, abrieron una fosa y lo enterraron. (Caso 16016,
Sacapulas, Quiché, 06/1982)
ERM: Somos una nación sin identidad,
nuestras raíces no las conocemos [...] la identidad de una
nacionalidad está precisamente en la comprensión y la interrelación
entre historia, entre abuelo y nieto, y ese enlace que es papá y
mamá. (13/06/1982)
REMHI: Llegó un pelotón de soldados,
guiados por Fernando Jom Cojoc (patrullero civil de ese lugar), que
dijo: 'Ellos son guerrilleros y ahí está la prueba, las hojas de
los tamales que han quedado, ya que ellos alimentan a la guerrilla'.
Y los soldados, sin hacer pregunta alguna, los amarraron a todos
dentro de la vivienda, rociaron con gasolina la casa y le prendieron
fuego. Todos murieron quemados. Entre ellos un niño de
aproximadamente 2 años de edad. (Caso 3164, Aldea Najtilabaj, San
Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, 1982)
ERM: En usted y en su casa hay
entendimiento de lo que es la patria; patria es amor, patria es el
sentimiento de nación, nación es resultado de Estado y de país a
la política tiene que ser raíz de tierra nuestra. (18/07/1982)
CEH: En Santa Marta el Ejército
capturó a tres refugiados y luego los llevó al destacamento en
Ixquisis. Allí los pusieron en un horno de cardamomo donde los
quemaban cada día poco a poco, a fuego lento. Esto duró unos tres
días. Las víctimas estaban en muy mala condición, con muchas
quemaduras. El cuarto día obligaron al hijo a matar a su
propio padre con un machete. Después de esto, los soldados mataron
al hijo con sus armas de fuego”.(Caso 5296. Barillas,
Huehuetenango, San Mateo Ixtatán, 07/1982).
ERM: Guatemala es una gran nación y le
explico por qué: por la excelencia de su alma y porque usted, como
hombre o como mujer, sabe cumplir con su deber de esposo, de esposa,
de hijo, de hija, por eso es grande y es fuerte, porque fuerte es
usted, que da el ejemplo, que teme a Dios y que da a su Patria toda
su alma, todo su amor. (22/08/1982)
CEH: Pusieron a los cuatro hombres, dos
de ellos muchachos, en una pila de agua durante ocho días. Durante
estos días los cuatro no recibieron comida y fueron pateados y
golpeados duramente. Después de los ocho días, los pusieron en la
secadora de café del dueño de la finca. Echaron fuego a la secadora
y durante tres días calentaron a las cuatro personas, quienes poco a
poco se murieron de calor y sed. (Caso 6176. San Mateo Ixtatán,
Huehuetenango, 08/1982).
ERM: Entre nosotros hay miseria,
nuestra pobreza es de valores, de respeto, de honra a los demás, de
falta de servicio, de ausencia de honestidad, de falta de amor, de
ignorancia. [La] pobreza es de hombres, hace falta en Guatemala
hombres íntegros, decentes, honestos, verdaderos, honrados, dignos
de su hombría, una hombría que se fabrica en base a una cosa muy
sencilla: cumplir la ley, hacerla cumplir”. (05/09/1982)
CEH: El 15 de septiembre de 1982
regresábamos con mi padre del mercado de Rabinal. Nos detuvieron los
soldados cerca del destacamento y nos encerraron por separado. Me
quitaron la ropa a tirones, todos se subieron, el capitán primero,
ocho soldados más [...] los demás me tocaban, me trataban muy mal y
entre ellos decían al que estaba encima que se apurara, a mí me
decían que me moviera y me pegaban para que me moviera. De pronto vi
que entraban con mi papá, estaba muy golpeado, lo sostenían entre
dos. Yo estaba desnuda sobre una mesa, y el capitán le dijo a mi
padre que si él no hablaba lo iba a pasar mal. Entonces hizo que los
hombres que tenía ahí comenzaran a violarme otra vez. Mi padre
miraba y lloraba, los hombres le decían cosas, él no hablaba, yo
estaba cansada, ya no gritaba, creo que también me desmayé, pensé
que me iba a morir, no entendía nada. Yo no creo que mi papá fuera
guerrillero, no sé qué querían. De pronto el capitán pidió un
machete y le cortó el miembro a mi papá y me lo metió a mí entre
las piernas. Mi padre se desangraba, sufrió mucho, después se lo
llevaron. A mí me dieron otra ropa y me dijeron que me fuera. Le
conté a mi marido lo que pasó, él me contestó que el Ejército
tenía el poder, que no se podía reclamar, que si yo no hubiese ido
al mercado nada me habría pasado. Un mes después mataron a mi
marido. (Caso 9364, Rabinal, Baja Verapaz, 09/1982)
ERM: Una actitud mística, una actitud creadora, una legitimidad nacional cuyo fundamento se encuentra en el cumplimiento de la ley, respeto a la justicia, la veneración a lo sagrado, la admiración a nuestro paisaje, fe en la verdad, orgullo de nuestra cultura, y práctica del bien en beneficio de nuestros conciudadanos. (21/11/1982)
ERM: Una actitud mística, una actitud creadora, una legitimidad nacional cuyo fundamento se encuentra en el cumplimiento de la ley, respeto a la justicia, la veneración a lo sagrado, la admiración a nuestro paisaje, fe en la verdad, orgullo de nuestra cultura, y práctica del bien en beneficio de nuestros conciudadanos. (21/11/1982)
CEH: En El Naranjo Roberto Castillo
Manzanero fue capturado en la noche. Lo torturaron cortándole los
dedos de los pies y las manos, luego los pies y manos, y así
prosiguieron poco a poco hasta que sólo quedó el torso y la cabeza,
y murió desangrado. (Caso 10195, La Libertad, Petén, 11/1982)
ERM: Tenemos que darnos cuenta que la
identidad nacional es otro de los propósitos del Gobierno: la
identidad nacional es conjugar nuestra nacionalidad, que es fruto de
país y de pueblo; [debemos] conjugar esa nacionalidad y dar una
proyección, dar un carácter, dar una imagen de Guatemala al mundo
que somos un país diferente. (12/12/1982)
CEH: Los militares reunieron a 150
hombres en el cementerio del pueblo. Allí, un “guía” (delator encapuchado), después de ser fuertemente presionado y
amenazado por el oficial, señaló como guerrillero a Diego Nato, un
patrullero joven, y éste señaló entonces a Santos López Tipaz,
también patrullero. 'Sólo yo soy guerrillero, yo no voy a entregar
a ninguno, si me matan me matan a mí, pero a balazos, no quiero que
me amarren y me torturen', exclamó Santos López, y, en un intento
desesperado por escapar, salió corriendo. Fue acribillado a tiros
por el teniente. Acto seguido, comenzaron a torturar a Diego Nato.
Estaba en el piso, lo golpearon, lo patearon, le sacaban pelos a
montones. Nato dio los nombres de otros patrulleros, que fueron
detenidos (...). 'Hay que sacar los que están podridos, para que no
pudran a los demás (...)', reprendió el oficial. A continuación
ordenó a los patrulleros que pasaran, uno por uno, y que cortaran el
cuello de sus compañeros (los recién nombrados por Nato bajo
tortura), hasta matarlos. Un testigo presencial afirma que debieron
hacerlo 'hasta quitarles la cabeza; también tuvimos que darles
con piedras y palos.' De esta manera el Ejército obligó a los
hombres de Cucabaj a matar a sus vecinos Santos López López, Tomás
Ventura González, Tomás López Tiño y Diego Ventura López. Diego
Nato también señaló a Tomás Lux, Juan González y Miguel Lux
Tiño. Estos, junto con quien los había delatado, fueron llevados
detenidos por los militares, que reanudaron las torturas para
obtener más nombres de guerrilleros de la comunidad. (Caso Ilustrativo 43, Cucabaj, Santa Cruz, Quiché, 12/1982).
“La mayoría o casi la totalidad de adultos esta vendado de ojos pero los niños y niñas, no. Pareciera que los militares querían que fueran testigos de lo que allí pasaba. En una de las fosas se encontró a 43 niños, 15 mujeres y dos o tres hombres ancianos”.
NUESTRA VOZ, NUESTRA MEMORIA:
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