Lancé la red a la Red, caí en un foro de asuntos locales de Ujo (concejo de Mieres, Asturias, España) y encontré una discusión encendida entre los defensores de la memoria y los partidarios del olvido. Entre los primeros, Blanca Alvarez González (no confundir con la escritora homónima, también asturiana, del mismo nombre, pero natural de Cartavio, Coaña), ha transcrito allí cartas conyugales, paternas, maternas o filiales, escritas antes del paredón desde la cárcel de Oviedo, tras la caída de Asturias en manos de los fascistas. Son letras dignas y gallardas de personas buenas: republicanos capturados o individuos que no tomaron parte en la contienda y a los que algún enemigo o rival denunció como “rojos” ante los esbirros de Franco. A la fecha siguen enterrados en fosas comunes. Me dolió mucho la lectura y sentí pudor por husmear en correspondencia ajena. Pero conforme avanzaba en las líneas fui entendiendo que entre los destinatarios de esas viejas cartas estamos también tú y yo y todos nosotros, y pensé que ceder la palabra a esos asesinados por el fascismo es la mejor ofrenda que se puede hacer a los muertos en este día. Gracias por traerlos de regreso, Blanca.
“Constituye este lóbrego edificio cinco amplias galerías, con tres pisos cada galería y cinco chaflanes, que en tiempos normales son destinados a talleres de trabajo. Cada piso tiene 14 celdas individuales o sea 42 celdas en cada galería y que con arreglo a lo que nos dicen las matemáticas es cárcel para 210 reclusos. En la actualidad estamos en la Cárcel Provincial de Oviedo unos 4.000 reclusos sociales más unos 100 comunes. Convergen en una pequeña plazoleta donde se alza un edificio reducido de proporciones y de forma de quiosco que desempeña una doble finalidad: como oficina de trabajos para organización interior y como capilla (por cierto que no estaba en los cálculos de aquel arquitecto, que ésta había de ser muy insuficiente). La impresión que me causó la prisión no fue grande, a pesar de no haber tenido que jamás dormir una sola noche en una. No obstante me la causa, lo que pasa en el interior. Yo que toda mi vida estuve en casa al calor del hogar y recibiendo el mimo, primero de mis padres y hermana y más tarde de mi amada esposa. Yo que jamás tuve que preocuparme de nada que se refiriese al aseo, comidas etc., me veo sumido de golpe en un infierno de lo que yo nunca me pude imaginar. Antes de yo ingresar en la prisión preventiva de Pola de Lena, ya me doy perfecta cuenta de lo que ha de ser el infortunio de la prisión, ya que los que me han detenido, dan a demostrar con su falta de civismo, que ya en la cárcel nada bueno puede ocurrir. Las palabras groseras que oigo, me hacen dudar que sean pronunciadas por personas que por sus puestos y posición no deberieran proferirlas. Dudo si estarán en su sano juicio. Jamás mis oídos han percibido frases tan insolentes, ni en los más despreciables fondos sociales se oye esto. Hay frases que hieren como la bala más mortífera, palabras éstas que de haberlas percibido en otra ocasión que no fuera la de hallarte amarrado, hubiesen sucedido cosas que nunca estuvieron en mis cálculos. Temí cuando fui apresado de no ser llevado a ninguna parte y ahora pienso cuánto más valía que me hubiesen tirado de aquel puente en que me amenazaron tirarme. Cuánto más y mejor hubiese sido que dándome cuenta del refinamiento en los procedimientos que se habían de emplear, me hubiesen matado en el momento en el que fui cogido por la horda. Con ello me hubiese evitado de ver cosas tan vergonzosas e inhumanas como las que voy a procurar describir... Al menor ruido o desliz que cometamos, somos duramente recriminados o castigados a la ‘leona’ cuya celda es en la forma de emparedamiento. No es posible sentarse y en este lugar es muy fácil que al más mínimo descuido ser mordido por las ratas, gigantescas y que parece están de acuerdo con nuestros opresores. En la celda nos contamos mutuamente nuestra vida y la tragedia que se cierne sobre nuestro hogar, posición de cada uno y condiciones en que queda la familia, motivos por los cuales estamos condenados a la última pena. En una de las celdas a que me refiero al principio, de unos diez metros cuadrados y que son individuales, somos metidos quince individuos. En este pequeño espacio hemos de permanecer encerrados durante 21 horas diarias, las tres restantes son las destinadas al paseo o patio. Los penados a muerte ocupamos la planta baja de cada galería. Las órdenes son severísimas y la puerta sólo no es abierta un momento para recoger el rancho.
A. V.
1/07/1938 desde la Celda 11 de la Cárcel Modelo de Oviedo” (carta a sus padres)
“[...] La vida carcelera en estos trances se hace odiosa y como tal no importa la privación de la vida más que por la familia, en cuyo punto vienen todos nuestros pensamientos, todos los sueños. A los toques de corneta, se reciben en la cárcel todas las órdenes: diana, fajina, paseo, retreta y por último silencio, más esto que nos mandan a las nueve de la noche lo vulneran nuestros guardianes a las dos de la mañana con bastante impertinencia. Lo interrumpen con ruidos de cerrojos, lo cual nos anuncia que al día siguiente varios compañeros ya no acuden a las órdenes de corneta [...]”.
R.C.
Cárcel Modelo de Oviedo, 20 de junio de 1938 (carta a su esposa)
“Cárcel de Oviedo, abril 1938. Para mi querida compañera y para mis queridos hijos: En mis últimos días os escribo estas líneas de recuerdo para vosotros. [...] He sido detenido en alta mar en un barco cuando pretendíamos llegar a Francia para poder juntarme con vosotros. [...] Solo deseo que os queráis mucho y que en la vida seáis ejemplo de honradez y virtud. [...] No quiero que guardéis luto por mi y no os preocupéis dónde reposan mis huesos. [...] Tú, mi querida compañera, no dudes en juntarte con un hombre que pueda hacerte feliz y olvidar tanto como has sufrido. Recibir muchos besos de este que mucho os ha querido
J.R.A.
Cárcel de Oviedo, abril 1938.”
“Queridísimo cariño: Primeramente unas letras todas llenas de cariño de tu nena, y quiero que me perdones por no haberte escrito antes. No ha sido porque no he querido, sino que me ha sido imposible. [...] Quiero que al leer estas letras, y a pesar de todo el dolor que te puedan causar mis palabras, que tan duras son al llegar de una persona que tanto te quiere, ahogues las lágrimas en tu garganta, piensa que no me acusan de ningún crimen, sino por mi idea política. Por esto quiero que te sientas tranquilo y sereno que no te tiemble la voz al leer lo mismo que a mí no me tiembla el pulso al escribirlo. [...] Recibe todo el cariño que sabes te tiene tu nena, y un millón de besos y abrazos de tu cariño. Adiós.
De.”
“A todos los trabajadores metalúrgicos y al pueblo en general.
Compañeros:
Habiendo pasado mi vida de luchador a vuestro lado para vosotros son, pues, mis últimas palabras. Somos muchos los socios del Sindicato que estamos pronto para ser fusilados. Por defender nuestros ideales de enmacipación social. Hoy, ha sido fusilado el inolvidable compañero Higinio Carrocera, mañana lo seremos nosotros y formaremos legión las miles de víctimas escogidas por el fascismo para saciar su sed de muerte. Todo esto lo hacen para que el pueblo trabajador no pueda triunfar en la lucha contra el fascismo, pero el pueblo sabe que el triunfo del despotismo fascista es el triunfo del crimen, así como la muerte de todas las libertades populares. [...] Vamos a ser fusilados, no podremos ver la terminación de la guerra, pero estamos plenamente convencidos que el triunfo del pueblo sobre el fascismo será total, y los que tengáis la suerte de salvaros podréis dedicaros a reorganizar nuestro Sindicato, baluarte siempre, de las inquietudes populares. La descarada intervención del fascismo internacional en la guerra española no han de demostrar que los ideales de los trabajadores deben traspasar el marco de las fronteras e ir a una acción internacional, para acabar con las injusticias sociales. En el cargo que me habéis nombrado, como miembro del Comité del Sindicato, me siento orgulloso con haber desempeñado dicho cargo si he sabido cumplir con vuestros mandatos. Solo pido a la hora de la muerte, que los compañeros que queden, sepan hacer justicia y sigan adelante con nuestras ideas enmacipadoras. ¡Adelante metalúrgicos!¡Adelante compañeros!¡Adelante mujeres idealistas! Todos por el triunfo de nuestras ideas! ¡Viva el Sindicato! Vuestro compañero
J.R.
Escrito en la cárcel de Oviedo comienzo del día 8 de Mayo de 1938.”
“Con gran emoción y sentimiento te escribo, querida hija, mis últimas letras, pues espero de un momento a otro ser fusilado. Hija, no recibiré más tus besos infantiles ni te pondrás más sobre mis piernas jugando como niña mimada, todo lo recuerdo en estos últimos días de mi vida. Tengo un gran pesar, que te pido me perdones: no haberte dado la pluma que el día de nuestra despedida me pedías. Como a tu hermano te ruego seas buena para tu madre y con él para que podáis vivir queriéndoos mucho como os quise siempre. [...] Te aconsejo como a tu hermano que hagas lo posible para que en tu edad de mocita seas una joven libertaria, que luches contra el fascismo que asesinó a tu padre. Me despido sin saber donde estás con tu madre y hermano, pues no he recibido ninguna noticia vuestra desde que te di mis últimos besos. [...] Recibe de tu padre a la hora de morir, muchos besos y abrazos nunca me olvides... Tu padre,
H.R.A.Viva la República!”
“Querida hijita: Tu papá te pide que quieras mucho a tu mamá, a tu hermanito y a los abuelos y tíos. [...] Que no te engañen los que hoy matan a tu padre, queriendo haceros ver que si nos mataron fue por crímenes que cometimos. Te advierto esto por si el fascismo fuera el que venciera en la lucha que hoy está entablada, no creo que esto suceda. Pero si la maldad pudiera más que la razón, te pido desde esta celda en que me encuentro condenado a muerte que no ayudes en nada a esa organización. [...] Lo mismo tú que tu hermano estais sin bautizar, pues no he querido bautizaros porque no creo. Pues si siguieran la doctrina que predican, no consentirían que en el mundo ocurrieran las cosas que pasan, pero si vosostros os quereis bautizar podeis hacerlo. Lo que sí te pido es que no seas falangista y, si te obligan a hacerlo, te esforzarás por hacer lo menos que puedas en favor del fascismo. [...] Bueno hijita, quiere mucho a los abuelos y tíos, a tu hermano y no disgustes nunca a mamá, esto es lo que te pide tu padre a las puertas de la muerte.
Te besa tu papá
No.G.”
“Cárcel Modelo de Oviedo 3/7/1938
Queridos padres: Me alegraré que cuando reciban éstas mis últimas líneas estén bien en compañía de mis hermanos y de mis hijos, a quien hasta los últimos momentos no dejé de pensar y preocuparme por la suerte que correrán. [...] Sé que me espera la muerte segura. Pero no por ser un ladrón ni tampoco un criminal, se me fusila por ser español y defender a mi patria. [...] Así que ánimos, pues tú, madre, has cumplido con tu obligación. Cuántas madres quisieran honrar a España con cuatro hijos comunistas, pero no has hecho nada más que lo que tenías que hacer como española.
Y para terminar un Viva a la República.
Firma: Ig. Te.”
“Mi querida compañera: Salud. [...] Querida mía, no te extrañe, que te trate así porque es la última vez que lo hago y espero me perdones si alguna vez te he hecho sufrir en algún momento porque veinte años que vivimos juntos por necesidad habíamos de discrepar en algo. Pero muero con la seguridad que me has sido fiel y me querías con todo el cariño de una buena compañera y una buena madre para nuestros queridos hijos. [...] Procura que una vez que triunfe la República que hagas los posibles para que a nuestros hijos les enseñen como corresponden a mis ideales. A ver si no llegan a ser tan esclavos de la vida como yo lo fui. [...] Si alguna vez encuentras algún hombre que te quiera de verdad, que no sea para hacer burla de ti, no dudes por hacerlo compañero tuyo y que te ayude en todo lo que haga falta para criar a nuestros hijos queridos. [...] [...] Besos y abrazos de éste tu
F. (Hasta la eternidad)”
“Querido no.: Todos los seres, llegados a su desarrollo siente una necesidad que en muchos de ellos, el no saciarla, les trae trastornos. Dicha necesidad consiste en que el macho precisa de la hembra y viceversa. En el macho es más fácil cubrir la necesidad sin que sufra por ello el desprecio de sus semejantes, como por ello en la hembra. Pero debe tener precauciones sino quiere verse más despreciado aún que la mujer, pues existen enfermedades que dejan inútil para siempre a la persona que tiene la desventura de cogerlas. Para no enfermar es necesario se tenga mucha limpieza y no abusar demasiado de los organismos, te advierto de esto para que no tengas que lamentarte más tarde. Lo mejor para evitar las enfermedades es poner el remedio antes de que existan. En éstas el remedio está en cortejar a una muchacha y conseguir de ella consentimientos para cubrir esa necesidad, tomando precauciones que hay muchas, y sobre todo, en tus tiempos, para que no quede en estado. Y así podeis estar libres de uniros si quereis, pero nunca debes hacer de menos a esa mujer propagando ‘que si esto, o lo otro’. ¡Bueno hijo mío, salud!
¡Viva la República! ¡Viva el comunismo!
No.G.
Cárcel Modelo, segunda galería, celda número 11. Oviedo, abril del 38.”
“Carta escrita a su hijo de tres años en la Cárcel Modelo 2a Galería celda 11. Oviedo abril del 38.
Querido hijo: Tan sólo puedo dejarte estas cuatro letras y con ellas unos consejos, ya que personalmente no puedo hacerlo en los momentos que los precisarás. Sólo consejos es la herencia que vuestro padre puede dejaros. [...] Cuando sepas leer eso ya sabrás las causas de la muerte de tu padre, no te pido que vengues mi muerte, solamente por ser tu padre el que ha sucumbido bajo el despotismo de una organización de criminales, cual es el fascismo, sino en bien de la humanidad entera, lucha contra la fiera que quiere bañar el mundo con sangre. No hagas caso de lo que te cuenten, pues hoy su propaganda es ‘no se fusilarán más que los que estén manchados de sangre’, mienten descaradamente, matan porque sí, porque quieren, por el gusto de matar, no importa que esté o no, manchado de sangre. [...] No creo que llegues a vivir en régimen fascista, pero por si la desgracia así aconteciera, no permanezcas en España más que el tiempo preciso en preparar el viaje para una nación democrática y, lleva contigo a tu madre y hermana. Nunca seas fascista, nunca hagas causa común con los que mataron a tu padre y te privaron de su ayuda y cariño, sigue los consejos de tu madre y no la disgustes, en agradecimiento a los sacrificios para alimentaros y vestiros tuvo que pasar.
Quiérela mucho.”
“Oviedo, Cárcel Modelo 18/2/1938
Queridos padres: Les deseo toda clase de felicidades, siempre, hasta la hora de la muerte, a ustedes, y a mis hermanos y demás familia. Que tengan más suerte que yo, hasta el fin de la vida. Yo muero, pero muero con mucha honra, no muero por criminal, ni asesino ni ladrón, muero por ser de izquierdas, por dar el pecho en la guerra, y defender el Gobierno legal y nuestros intereses, que todos debemos defender, la paz, la justicia, como hombres ciudadanos, no como esos asesinos, destructores de la humanidad proletaria. Esto que os sirva de ejemplo para todos, no hay que tener consideración con ellos, no la tienen con nosotros, ni de viejos, ni de jóvenes, ni de mozas ni de niños, todos somos igual. Así que teneis buen espejo, no mirar atrás, adelante siempre. Salud y República. Viva el Frente Popular. Vivan las Juventudes Unificadas. VivaR.C.G.”
“A mi queridísima esposa: En estos momentos recibo tarjeta de mi hermana y en ella me dice que te has quedado desde el lunes aquí en Oviedo. ¡Pobre Parmenia! Ya sé a qué te quedas. Sé que esperas quedar viuda de un momento a otro. También sé que no dormirás ni un solo momento y que acaso estés vigilante por las cercanías de la cárcel esperando que llegue el momento del desenlace fatal, mas no haces bien, querida. ¿Qué crees adelantar con ello? Nada. Me verás acaso muerto, acribillado a balazos, recibiré tus besos cariñosos, tus lágrimas resbalarán por mi rostro de cera. Claro está, te lo agradezco mucho, pero no quisiera por nada, que estos terribles trances los hubieses presenciado. Por el mucho cariño que nos hemos profesado, quisiera haberte evitado todo eso. Mis pensamientos en estas noches de insomnio sólo conciernen en ti, en nuestro hijo y en mi hermana. En otra carta que os dejo ya veréis mis deseos. Habeis cumplido cual heroínas, y aunque no habéis conseguido los fines que perseguíais, cual yo lo sabía, debeis estar orgullosas. Muero por un ideal del cual no reniego y vosotros no quedais sumidos en el fango, pues yo no soy ningún criminal, como tampoco lo fueron mis padres y tus hermanos que ya hoy están situados en el plano que en esta semana iré yo a parar. Besos sin fin a mi hijoto querido, a mi hermana y sus hijos, recuerdos a tus hermanos y familia. Y tú ten presente lo que siempre te he querido.
Amador
Celda 11. 2 de julio de 1938”
“Prisión de Oviedo, 27/9/1938. Galería 4 Celda 46.
A mi querida esposa: Salud. Ante estos momentos de angustia y dolor te escribo estas cuatro letras desde capilla. Te digo, que muero sereno, tranquilo y orgulloso, porque sé que el triunfo está próximo. Querida, si cincuenta vidas tuviese, cincuenta vidas daría por defender las libertades democráticas del pueblo español. Te pido de que no me llores, la República hará justicia. Cuida a nuestra hijita y dale la educación que yo deseo, dile siempre por qué murió su padre. Mis últimas palabras ante el piquete serán, de Viva la República. Son las 5, 30 de la madrugada y me falta sólo una hora.
Besos y abrazos de tu
M.”
“Querida madre: Deseo que cuando recibas esta estés bien de salud en compañía de mis hermanos. Mamá, he recibido el paquete y el mensaje en el que me dices que quieres venir a verme aquí. No tienes que preocuparte, estoy bien en lo que cabe, con muchas otras mujeres de ahí, todas nos conocemos y nos ayudamos, yo soy una de las más jóvenes y las mayores nos cuidan. Tú preocúpate de ti y de los nenes que te necesitan, los otros con un poco de suerte, dentro de poco te ayudarán a salir adelante. Mamá, la vida aquí es muy triste, nunca pensé verme entre cuatro paredes y mirando a través de las rejas, tenía tantas ilusiones y planes para el futuro, y me veo aquí contando les baldoses de un patio intento no volverme loca, en esta falta de libertad en esta situación de indigencia, hacinadas y sin ninguna intimidad ni siquiera para poder llorar a solas. Os recuerdo tanto a vosotros, a mis amigas, a toda los conocidos que hasta hace poco eran parte de mi vida, echo de menos la libertad de poder moverme y respirar sin este agobio, me cuesta tanto habituarme al olor de este aire viciado que me ahoga. Madre, no quiero que vengas aquí porque no puedo soportar el pensar de verte y de no poder abrazarte y dejarte marchar sin saber si volveré a verte. Intento resignarme pensando que por muy larga que sea mi condena soy joven, no he cometido delito alguno así que no te preocupes, espero poder salir pronto de aquí. Muchos besos para todos con cariño de tu hija
P.G.de.”
“A mi muy querido José: cuando aún eres un niño, tu padre por “virtud” de unos patentes criminales, muere asesinado por el hecho de sentencia, un ideal y practicar el bien. Cuando eso leas y te des cuenta de ello, ya quizá hayas leído quienes fueron Franco y el Gobierno de la República, yo seguí al Gobierno en cuanto a sus nobles órdenes han dictado. Tu nombre no queda mancillado a pesar de ser asesinados tus abuelos paternos y tu padre, también ha caído víctima de las asesinas balas fascistas. Muero asesinado por ser republicano, y con el puño en alto daré el pecho a las balas, no soy un asesino, tampoco robé. Siempre tuve que trabajar para comer, y con aquello trabajaba para forjarte un porvenir. No lo pude conseguir y ello se lo debes a tus enemigos y mis asesinos. Tu buena madre te dirá quiénes son. No te digo nada de la calidad de esta guerra, ya que primero tengo que tener cuidado que estas líneas no me las encuentren y lo segundo porque los más autorizados ya lo harán. Por alguien sabrás quién he sido yo y quiénes han sido tus abuelos. Ahora te quiero hacer saber que tu mártir madre y mi buena hermana han hecho por mí más de lo que estaba a su alcance en estos tiempos de terror. Respétalas y haz feliz a tu madre, obedeciéndola y no dándole disgustos que demasiados ha llevado ya con lo que en estos tiempos ha pasado. Sé bueno, estudioso y abomina la ociosidad, que es la mejor arma para la adquisición de vicio. Sé consciente y honrado, que tu conducta jamás dé lugar a que nadie puede decir de ti. Camina siempre por el sendero de la legalidad y del derecho, fíjate bien con los amigos que te acompañas y ten en cuenta que la amistad ha llevado, o por lo menos contribuido, a llevarme al sepulcro, los secretos díselos sólo a tu madre. Creo firmemente que me obedecerás y marcho por esto tranquilo. Pero no creas que voy llorando a la tumba, no, la vida ya la aborrezco en estas mazmorras sombrías. Sólo siento no poder dar a tu madre y a ti el bien que mereceis... Pero como sé que mi sangre ha de ser el tributo al ideal, la doy generoso, porque sé que mi sangre y la de estos mártires, ha de ser la que ahoga a nuestros viles asesinos. Con mi adiós final y besos en tus mejillas tiernas me voy a la tumba. ¡Viva la Escuela Libre!
A.V.
Celda número 11 - primera Galería - Cárcel Modelo 20/6/1938
Que nunca las armas de los obreros se vuelvan contra los obreros mismos!
Guerra a los asesinos de Falange ! abajo la esclavitud! Vivan las reivindicaciones proletarias!”
“A mi querida hermana: Sólo dos líneas para despedirme de ti, de tu compañero y de tus queridas hijas. Besos a todos - besos mil. Hermana: mi compañera e hijo hoy están desamparados, ayúdalos. Ya sé que lo harás y os doy las gracias. He de ser breve, ya que si escribo mucho, nada llegará a vuestras manos. Os dejo un escrito del cual haréis uso a fin de ver si rescatais algo de lo mucho que nos han robado. Tú ten paciencia, no te sumas en la desesperación, ya que ello es peor y puedes dejar huérfanos a tus hijos. En lo presente: resignación. Esto se ve acabarse con nuestro triunfo y cuando él llegue si veis vacilar a los hombres, levantaros vosotras en contra de todos y haced una justicia estricta. Todos nosotros os damos hoy las gracias. No te describo los horrendos crímenes que aquí se hacen, por no poder, pero ya algún día lo sabreis, por plumas que lo han vivido. Esto para ellos se acaba y yo no les daría a esos criminales mayor castigo, que el que ellos nos dan a esta legión de inocentes. Hay varios libros de cuentas y si podeis lo cobrais todo. Bueno querida hermana, da un abrazo a no., besos a las niñas, muchos besos, recuerdos a la madre y hermanos y a cuantos por mí se han molestado en particular a A. Y tú muchos besos de tu hermano que muere por un ideal justo y noble.
A.V.C.
Cárcel Modelo- Primera galería- Oviedo.”
“Querido, muy querido hijo de mi alma: en estos últimos momentos tu madre piensa en ti, en mi niñito de mi corazón que es un hombre, un hombrecito, y sabrá ser todo lo digno que fueron sus padres. Perdóname hijo mio, si alguna vez he obrado mal contigo. [...] Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena: tú mejor que nadie lo sabes, hijo mío. Sólo te pido que seas muy bueno, muy bueno siempre. Que quieras a todos y que no guardes nunca rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca. [...] Tu padre y yo vamos a la muerte orgullosos. No sé si tu padre habrá confesado y comulgado, pues no le veré hasta mi presencia ante el piquete. Yo sí lo he hecho. Hijo, que no se te borre nunca el recuerdo de tus padres. Que te hagan hacer la comunión, pero bien preparado, tan bien cimentada la religión como me la enseñaron a mí. Te seguiría escribiendo hasta el mismo momento, pero tengo que despedirme de todos. Hijo, hijito mio hasta la eternidad, recibe después de una infinidad de besos el beso eterno de tu madre.
B.”