28.2.10

Adiós, Montemayor


Cuántas orfandades vamos a vivir.

2 comentarios:

marichuy dijo...

Una gran pérdida sin duda, mi estimado Pedro. Y sí, parece ser que nunca terminaremos de acumular orfandades

Un abrazo

Pedro Miguel dijo...

No, querida Marichuy; la buena noticia (si es que hay alguna) es que las pérdidas nos obligan a construirnos.