12.4.11

Los otros conflictos

Los grandes corporativos de las telecomunicaciones están en plena guerra civil. El duopolio televisivo pretende obligar a Telmex-Telcel a rendir las plazas de la telefonía fija y móvil y de internet, en las que tiene clara dominancia. Las empresas de Slim, por su parte, pretenden abrirse paso en el mercado televisivo, que les está vetado por un designio gubernamental arbitrario disfrazado de laberinto burocrático. A la rebatinga se acaba de sumar MVS, que busca dar el primer golpe de mercado en la banda ancha móvil de nueva generación (LTE).

Otros conglomerados empresariales también están de pleito: así compartan visión, misión y valores, por decirlo de alguna manera, el PRI peñanietista y el PAN calderónico han entrado en una fase de desavenencias por intereses encontrados en materia de explotación de regiones y de filones de sufragio. El PRI quiere ganar a toda costa el Estado de México y el partido en el poder federal, desgastado e imposibilitado para triunfar desea cuando menos impedirle la victoria al tricolor. Unos y otros ponen el ojo en Michoacán y, después, en la capital de la república.

Luego, está también la guerra entre los empresarios con mayor influencia en la economía real, que son los narcos de las dos especies: los que se ocupan de la chamba, y aparecen en la lista del FBI, y los que les lavan las ganancias, que se agrupan, en cambio, en el listado de Forbes (hay uno que repite en ambos registros).

Todo indica, además, que las agencias del gobierno gringo están también trenzadas en una seria confrontación cuyo escenario principal parece ser, hoy por hoy, el territorio mexicano. La DEA es incansable en eso de filtrar secretitos vergonzosos de la CIA, y ésta no ceja, diríase, en la aplicación de su conocido programa de fomentar el narcotráfico. Sabrá Dios en qué bando realmente juegan el Pentágono y el Departamento de Estado.

Otra guerra soterrada es la que libran las corporaciones de seguridad del Estado: civiles de la Policía Federal contra militares de las Fuerzas Armadas, y ambos, contra los menguados cuerpos policiales estatales y municipales, allí en donde todavía queden algunos.

Antaño, el Estado, y especialmente su cabeza formal, el Ejecutivo, se daba a la tarea de arbitrar los conflictos en todos esos ámbitos. Legalmente o no, y de manera explícita o implícita, el gobierno federal repartía tajadas entre las distintas ramas del empresariado, veía que ningún cártel peligroso se quedara sin ruta o mercado, se ocupaba de atemperar rivalidades interinstitucionales y hasta se daba un poco de tiempo para enterarse de lo que hacían en el territorio nacional los enjambres de espías y de agentes extranjeros que han medrado por acá más o menos desde siempre; si el fraude electoral no le salía, compraba o acomodaba liderazgos opositores y, en última instancia, repartía garrotazos entre los inconformes residuales.

La inmoralidad de aquellos arreglos estuvo siempre a la vista, pero mucha gente miraba hacia otra parte porque, mal que bien, había autoridad, reglas claras, crecimiento económico y derrama monetaria, lícita o no. La crisis del modelo desembocó en el golpe de estado neoliberal de 1988, a partir del cual diversos personeros del capital se dieron a la tarea de destruir desde adentro la institucionalidad y de transferir a particulares el conjunto de las atribuciones públicas, salvo una: la de controlar las fábricas de sufragios (de Solidaridad a Oportunidades) para aferrarse al poder como garrapatas por tiempo indefinido.

Ese propósito se logró, y a la vez no. Ante el desgaste irremediable del logotipo del PRI, el propio Salinas ideó el trasvase de estrategias y de funcionarios hacia Acción Nacional. Desde el punto de vista del control oligárquico del país, su idea fue providencial. En la lógica del la continuidad 1988-2011, Felipe Calderón ha sido únicamente el encargado de culminar la demolición, lo que pasa por rendir los restos de la soberanía nacional a la embajada gringa e incorporar la violencia permanente y creciente al esquema de negocios del saqueo.

Como resultado de ese climax execrable, hay conflictos, confrontaciones y balazos por todas partes y entre todas las partes de la oligarquía. Si la población, de la clase media para abajo, aspira a recuperar el país que le han quitado y destruido, tendrá que ser protagonista de una vasta y articulada insurrección cívica y pacífica. Ojalá que se decida.

3 comentarios:

La Tinta Azul dijo...

Quiero... públicamente agradecer al Señor Pedro Miguel, por sus brillantes participaciones tanto en la jornada como en sus aportaciones del blog, (al menos no he visto algo más de sus trabajos). La verdad estoy plenamente convencido de que en la jerga literaria….digamos suburbana, es uno de los mejores, ya que cumple cabalmente con su cometido.
Sr. Pedro Miguel, como seguramente usted ya sabrá, el día de ayer (11 de Abril) se registró una marcha de los incansables compañeros del SME para lograr que su lucha rinda frutos y les reintegren sus plazas laborales arteramente arrebatadas por el gobierno espurio (o algo así alegan). Sólo que un pequeño detalle surgió…. Mostraron su verdadera cara, dañaron, lesionaron, robaron, destruyeron, quemaron, se rieron de la desgracia, aterrorizaron, intimidaron, y todo ello en la más grande total y absoluta impunidad.
Tristemente, aún existen personas como usted, que se ufanan de detestar la facilidad con que se roba y agrede sin recibir castigo, pero, cuando por asomo esas personas que procuran agresiones y destrozos son sus simpatizantes, entonces habrá que excusarlos y elevarlos al papel de mártires… - pobres, han perdido su trabajo, como cientos o miles de personas que lo hacen diariamente y cientos o miles de personas encuentran uno igualmente-.
Pero es esta facilidad que le permiten los medios escritos la que le ayuda a alentar actitudes simiescas (que dicho sea de paso, usted es “un entusiasta del proyecto de transformación del mono en hombre y mona en mujer” no...?). Porque pretextos encontraremos muchos, no importará que le recuerde que a unos metros existen no sólo una si no dos escuelas primarias, y un kínder, claro , eso no es nada comparado con una turba de salvajes de los cuales el país estaría feliz de librarse, y como le digo, podrá esgrimir cualquier comentario pero será vacío, no hay absolutamente nada pero NADA que disculpe las barbaridades sucedidas el día de ayer, o vamos siendo claros, ¿Qué le parece si la próxima vez que levantan una barricada done su auto a la causa? Yo pongo la gasolina y la antorcha para encenderlo.
Justo como lo mencioné en el primer párrafo, le agradezco públicamente su labor chantajista, izquierdosa y tendenciosa que nos hace llegar con sus aportaciones, cumple con todas expectativas que se tienen de personas como usted, que viven en un universo paralelo y exigen que se cumplan las leyes de un país cuando abiertamente exhortan a romperlas.
Como comentario final Sr. Pedro Miguel, nuevamente el peje y sus idioteces han logrado que una consulta ciudadana en donde más de 300 mil personas votaron a favor de una alianza para romper al PRI, (decisión que tomaron LOS VOTANTES), pudo el señor Obrador desairarla y pasar de largo, sin importarle absolutamente NADA más que su propio beneficio, vaya con “EL AMIGO DEL PUEBLO”……
Excelente portada la de la “Jornada” el día de ayer eh?, viva TELCEL…viva GRUPO CARSO….viva CARLOS SLIM ….viva EL CAPITALISMO….viva MEXICO ¡¡¡¡¡¡¡ …..
Alberto Velázquez
albvelp@gmail.com

Javier dijo...

Que barbaridad, señor o señora tinta azul, lea con atención, no se deje llevar por sus prejuicios de clase, y si no le gusta lo que lee aquí, pues que pena me da su caso, lo suyo es mental...

La Tinta Azul dijo...

Leer bien, o no, no es cuestión de apreciación personal, yo podría alegar que USTED tampoco lee bien, ya que no ha tenido el tino de encontrar mi nombre y menos mi correo el cual por cierto pongo a sus órdenes para cualquier comentario que quiera dirigirme, pero no es sin embargo la idea de mi réplica ya que dicho sea de paso, no es un comentario sobre la aportación de arriba. Sabrá usted que hace algún tiempo ya había leído una aportación del Sr. Pedro Miguel en la Jornada en la que reiteraba airadamente su respaldo pleno al movimiento del SME, tendencia que por cierto no veo cambie sin importar lo que sus “rock stars” hagan digan o dañen. Cuando emití mi opinión al respecto fui sarcásticamente degradado a una especie de orate o loco (como precisamente usted lo hace) simplemente por no estar de acuerdo y expresarlo. Cuanta intolerancia señor ¡¡¡¡, no se preocupe y no sienta pena por mi persona, ya que da más vergüenza y tristeza ver que nuestros “intelectualoides” no son más que una parvada de intolerantes dictadores bananeros reprimidos. Solamente espero que no me busquen y me aten a un poste para hacerme arder como sus amigos del SME tienen por costumbre, simplemente por decir que no estoy de acuerdo con sus ideas, dejaré pues de molestarles y sigan su dulce camino ensimismados en su perfecta y diáfana mentecita.
Alberto Velázquez
albvelp@gmail.com