20.11.15

Recordatorio


La peor oleada de ataques terroristas en nombre de Dios que ha tenido lugar en España se originó en el norte de África, contó con ramificaciones en Berlín, Roma y Lisboa, y no usó de pretexto al Islam sino al catolicismo cristiano. Se prolongó durante tres años, dejó medio millón de muertos y el gobierno de Estados Unidos acabó negociando –como es su costumbre– con los fundamentalistas. El impacto de esa derrota de la civilización perdura hasta nuestros días. Así, aunque el principal cabecilla de los terroristas murió hoy hace 40 años, un nieto ideológico suyo ejerce actualmente como presidente del gobierno español.

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