2.2.10
Preguntas
Enfrentémoslo, pues: ahora mismo, el servicio forense de Ciudad Juárez estará entregando los cadáveres de una quincena de muchachos a otras tantas familias, y otro tanto ocurrirá en Torreón. Para la realización de autopsias, el Estado de derecho funciona de maravilla: se ha conseguido que la investigación forense funcione de manera regular, eficiente, y acaso hasta con amabilidad para los deudos. Pongámosle, además, que ahora los expedientes respectivos serán archivados y conservados con pulcritud: ¿se acuerda usted, procurador Chávez Chávez, de lo que hizo con las investigaciones en torno a las niñas y mujeres asesinadas en Juárez? El país ha progresado.
¿Y qué dirán ahora las autoridades? ¿Qué probablemente las víctimas estaban metidas en algo turbio? ¿Y si, en una de esas, o en varios de los casos, o en todos, se trataba simplemente de chavos con ganas de festejar cualquier cosa? Pero aceptemos por un momento: los muertos se lo buscaron (eso han dicho de la mayor parte de los ejecutados en estos tres años) y quién les manda. Lástima. Qué pena.
Problema: si los muertos eran ajenos a cualquier delincuencia, aquí ha ocurrido un fallo mayúsculo de seguridad pública: los funcionarios municipales, estatales y federales encargados de garantizar que los habitantes del país se mantengan vivos, o al menos de procurar que no se mueran por una causa distinta a accidente o enfermedad, no hicieron su trabajo, y hoy, en vez de una treintena de organismos vivientes, tenemos otros tantos cuerpos, tratados (con pulcritud y profesionalismo, pongámosle) por los de las batas blancas. De García Luna y Chávez Chávez para abajo, esos servidores públicos les fallaron, en la madrugada del domingo, a una treintena de familias, o al doble, si contamos a los heridos. Y en el curso de los tres años últimos, les han fallado a dicecisiete mil familias, sin contar a las de los secuestrados y asaltados; sin contar a las que se han quedado, por ahora, en la zozobra permanente (que es algo parecida a la situación de los condenados a muerte, que arrastran su existencia incierta entre apelaciones y fallos adversos, entre suspensiones de última hora y pinchazos en falso): más o menos todas, en Juárez; quién sabe cuántos millones de hogares, en Michoacán, en Durango, en el noroeste, en el sureste, en el centro, en el Golfo...
¿Y si los chavos muertos eran narcos de poca monta, o burreros, o algo semejante? Entonces, señores funcionarios de seguridad pública y de procuración, ustedes no están solos. Tienen a su lado, como corresponsables, a sus colegas de Hacienda, de Economía, de Agricultura, es decir, a quienes han conducido la construcción de una economía en la que el única vía de realización personal posible e imaginable para cientos de miles de jóvenes del norte (pero también del centro, del occidente, del sur, del sureste...) es la delincuencia organizada. ¿Se acuerdan de cómo el salinato no les dejó otro camino que el de la rebelión a las comunidades indígenas de Chiapas? Eso fue hace 16 años. ¿Qué futuros, qué asideros al mundo, les han ofrecido ustedes? Éstos: la migración, la mendicidad, la subsistencia desesperada en el “sector informal” (gran fachada del desempleo) y la criminalidad.
Sigan gastándose el dinero de todos en campañas de autoelogio; sigan aumentándonos los impuestos para financiar cosas como el viaje de Calderón a Tokio, en donde fue a proferir mentiras gordas como cucarachas de tierra caliente (como si para ello tuviera que ir tan lejos y no las dijera también aquí mismo, en el jardín blindado de Los Pinos); sigan haciendo, a cámara, como que combaten no sé qué y descuartizando, en el intento, a no sé cuantos humanos y a sus derechos. Da igual, ya nadie les cree.
Enfrentémoslo, pues: en cualquier país, y bajo cualquier régimen, puede ocurrir una masacre como las que tuvieron lugar el pasado fin de semana en Juárez y en Torreón; pero si esa carnicería se repite una y otra vez (¿cuántas van ya? ¿Cinco? ¿Doce? ¿Cuarenta?), ello es indicio inequívoco de que la autoridad gubernamental ha dejado de existir. Y ese borrador de conclusión deja una estela de preguntas en el aire: Por ejemplo, señores funcionarios: ¿Quiénes son ustedes en la realidad? ¿Cuáles son sus designios reales?¿A quiénes sirven?
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14 comentarios:
Impactantes las últimas dos líneas.
Cosas que ya nos sospechamos pero que todavía nos resulta difícil admitir.
Cierto: las dos últimas líneas lo resumen todo. Y uno de los posible corolarios a esas dos líneas con tres preguntas podría ser: un gobierno así no nos ayuda, no nos sirve, no nos representa. México como país, como historia es mucho más grande que esta caterva de asesinos (cómplices, por omisión, pero cómplices) de toda la violencia, de todos los crímenes actuales. Es inevitable pensar: no están dejando opción para que el pueblo (sea lo que esto signifique)tome las cosas en sus manos. Y si empezamos a actuar: ¿qué tal si nos vamos ya por la revolución armada? Urge, ya, de vida o muerte, un cambio. Perdón si firmo como anónimo: no tengo ni deseo tener cuenta google ni ser blogger.
Ministry: Lo sabemos perfectamente desde hace algunos años, cuando menos, desde 2006: la mafia ha secuestrado al poder público.
Anónimo: El problema de las revoluciones armadas es que, como su nombre lo indica, se hacen con armas, que las armas matan, que la gente se muere y que, si se fue a los plomazos para mejorar sus condiciones de vida, una vez difunta no tiene mucha manera de lograrlo: las condiciones políticas en los panteones son mucho más inciertas que las del país, lo que ya es decir.
La mayor parte de quienes predican "patria o muerte" se refieren a la muerte pero de los demás, en tanto que ellos suelen morirse de viejos en su camita.
A mí, en lo personal, me interesa transformar la vida, no quitársela a otros ni que acaben con la mía, así que paso de la propuesta.
Abrazos.
La versión oficial: "La estrategia, esta siendo tan efectiva, que el hampa esta desesperasda y por eso realizan estos actos de desesperación"
Sigo sin comprender las conecciones neuronales que les hacen decir sendas estupideces, que se los digan a las madres de los jóvenes masacrados para que tengan el consuelo, de que la sangre de sus hijos fue derramada por la eficacia del gobierno, otra sería la historia si hubieran sido campeones goleadores, pero solo eran unos simpes chavillos divirtiendose...
Fé de érratas
Conexiones
Y agrego:
Patria o Muerte, frase celebre del Dr. Ernesto Guevara de la Serna alias "el che" que bien podría complementarse con "Vale más morir de pie, que vivir de rodillas".
Saludos
Ciudadano X: COn el debido respeto al Dr. Guevara de la Serna, echarse un volado entre la patria y la muerte es un disparate inmarcesible. Por lo demás, cualquier médico con dos dedos de frente puede confirmar que un deceso (ya sea que al protagonista le ocurra de pie, de rodillas, sentado o acostado) es un accidente mucho más grave que las lesiones que una postura de rodillas prolongada pueda causar en esas articulaciones.
Ayer leí este artículo en la Jornada (no la virtual, a veces el tacto con el papel es crucial -y no me refiero a cuando vas al baño- ops ya me perdí)
Volviendo al tema y ya en serio: he pensado lo propio, he leído y escuchado comentarios al respecto, ¡coincidimos señor! pero sobre todo sus letras me conmueven...
Gracias por el abrazo y más aún por la respuesta, sobre todo viniendo del admirado Pedro Miguel. Pero insisto y lo hago en el marco de un tema difícil y espinoso: sé que la opción violenta no es solución, pero a como están las cosas, sin un arma en la mano igual llegan, ahora hasta a domicilio, para quitarnos la vida o la de aquellos que son NUESTRA vida (pienso en los padres de los niños de la guardería ABC, pienso en los padres de los jóvenes de Cd. Juárez motivo de estas notas, pienso en mil padres más cuyas tragedias no han llegado siquiera a una nota en ningún periódico. Por supuesto vemos que la violencia no es respuesta fácil, pero a veces parece ser la última disponible. ¿Existen actualmente otras vías de solución, con estos partidos políticos cínicos y "perversos" en el sentido freudiano del término, con este IFE a modo, con esta Suprema Corte que NO trabaja en la búsqueda de la justicia? La solución está en la sociedad y sigo creyendo que una de las opciones es la que he mencionado. En las instancias de este gobierno que ha claudicado de su primera y más sustantiva obligación (velar por la seguridad pública)no encontramos siquiera lo que en este foro estamos haciendo:la posibilidad de plantear una dolorosa necesidad y acercarnos con el diálogo a una idea compartida y ADEMAS, a la posibilidad de dar pasos en firme en la búsqueda de una solución o al menos de una reacción, sin descartar la opción de la violencia. Cordiales saludos del Anónimo sin cuenta google ni deseos de ser bloger.
Gracias, Mengana, por las lecturas y las conmociones.
Anónimo: En el rechazo a la lucha armada confluyen una razón ética y una razón pragmática. Me parece que es realmente innecesario referirse a la primera; en cuanto a la segunda, es simple: no se puede derrotar, en su terreno, a un aparato para matar construido a lo largo de muchas décadas y con cuantiosos recursos. Lo que sí se podría hacer es una gran carnicería, pero la materia prima saldría de los cuerpos de los jodidos de siempre, no, por supuesto, de la carne de los oligarcas. Esa se va para Miami en cuanto empiezan los disparos.
El sentido común táctico recomienda llevar al adversario a pelear en un terreno en el que la correlación de fuerzas favorece al bando propio. En este caso, es el terreno de las ideas, de las voluntades, de las conciencias y de la organización popular, en donde las armas, por sofisticadas y poderosas que sean, no sirven para nada. Lo que me parece evidente es que con un arma en la mano no tienes la menor posibilidad de enfrentar, con éxito, a la policía, y menos a las fuerzas armadas, por una razón simple: ellos tienen más, saben usarlas mejor que tú y tienen menos escrúpulos que tú (espero)para servirse de ellas. Reza un viejo refrán ruso: "No pelees en el lodo con un cerdo; los dos acabarán inmundos, pero él lo disfruta".
Ideas, voluntades, conciencias, organización. Bueno, muy bien, pero nada de eso, aunque lo logremos, devolverá la vida a tantos que han muerto por ineptitud de quienes deberían haber velado por ellos. Entonces la posibilidad sería: si nos ponemos a trabajar en la construcción de ellas (ideas, voluntades, conciencias, organización) desde ahora, ¿podremos evitar más muertes estériles?
No sé, la lucha del pueblo con el mal gobierno siempre, en todo lugar no ha estado exenta de bajas para el pueblo mismo. Pero si no es bueno meterse al chiquero a luchar con el cerdo ¿podemos acaso sentarlo a la mesa para negociar?
Difícil dilema, no veo solución por lo que no renuncio del todo a mi idea original, la preparación para la violencia porque ese es el medio en el que nos están destruyendo como sociedad.
Y bueno: no podremos ponernos de acuerdo pero ya es un honor acceder a este intercambio con un Señor del calibre de Pedro Miguel. Cordiales saludos del Anónimo no goog(le) no blog.
...permisito...(de antemano disculpen la metichería).
Leyendo el diálogo entre Anónimo, no blog no goog, y vos Pedro, -cosa que resulta placentera por la defensa particular y el respeto mutuo pese a la diferencia de ideas-, vengo de metichita a comentar que estoy de acuerdo en lo que dices Pedro, es razonable, sensato y creo que así debería ser... sin embargo atendiendo a lo que dices Anónimo y agregando que los cambios habidos en México (que ya no sé si han sido honestos o manejados; a estas alturas dudas de todo) no se han dado por la vía pacífica ni la del consenso, siempre tras el pacto, la traición, la componenda o el manejo de los vecinos del norte, cuando no por el derramamiento de sangre (¿qué tal la decapitación y exhibición de las cabezas de Hidalgo y cía.? por ejemplo) etc, etc...Y sí, ¿cómo dialogas con cerdos?
Ok, me sigo de espectadora, que calladita me veo más bonita jajaja, saludos a ambos dos, interesante diálogo.
Menganita.
Anónimo y :
Nunca dije que fuese posible dialogar con el cerdo, y menos, que fuera deseable. Tampoco me parece buena idea pelear con él o intentar matarlo. Para llevar la metáfora a sus límites, si el animal ha adoptado el papel de señor de la casa, hay que devolverlo a su chiquero y dejarle claro quién manda:
"Artículo 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."
(Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos)
¿Cómo? Pues construyendo una organización social y popular que sea capaz de impedir (o de reveritr) un fraude electoral, y si eso no se puede, organizando un (de veras) paro nacional.
Cuando se habla de métodos no violentos y de resistencia civil pacífica llega la imagen de Gandhi y lo contamina todo. Se olvida que la Revolución iraní contra el Sha fue también pacífica, al menos, del lado de los revolucionarios, como lo fue también (en su tramo final y decisivo) la que encabezó Mandela en Sudáfrica.
O sea: desobedecerle al cerdo no implica que nos agarremos a balazos con él.
Abrazos.
Posdata: Y qué tienes en contra de la metichería, Mengana? Me parece que la idea de estos intercambios es, precisamente,que todos andemos de metiches en las ideas de los demás.
Ok Pedro, gracias por hacerme sentir bien de metiche...
Como ya dije, estoy de acuerdo contigo en que los cambios deben darse en forma pacífica, aunque nuestra historia nos relate que así no se han dado nunca, digamos que pese a ello podemos hacerlo como lo han hecho en otros lugares y situaciones.
Siendo realista, la primera opción que indicas: "...construyendo una organización social y popular que sea capaz de impedir (o de revertir) un fraude electoral..." no creo que pueda darse pero ni queriendo -como decimos en mi pueblo- al IFE no creo que podamos componerlo, es todo un aparato creado para beneficio de ya sabemos quiénes; a la Suprema Corte (de esto sólo le queda el nombre) que sería la encargada de sancionar la legalidad sobre conflicto de elecciones, ídem. Esto por construír sobre lo ya establecido, porque si pretendiéramos crearlo además de no tener validéz (a menos que todos, o la gran mayoría estuviéramos de acuerdo) estaríamos "violentando" el estado de derecho. Lo anterior, por mencionar lo que se me ocurre sin entrar a fondo del tema.
En cuanto a la segunda:"...organizando un (de veras) paro nacional". Para que lleguemos a esto, vamos a requerir de mayor cooperación del actual gobierno, -lamentablemente- que siga cometiendo más y más canalladas (ya estupideces suena poca cosa), porque digo yo que siendo realista aún pareciendo pesimista, la mayoría del pueblo de México está "ausente" de los problemas pese a todo, algunos por ignorancia, mala información, otros por desinterés, dejadez, etcétera, etcétera, lo que sea. Creo que una revolución (entendida como un cambio de cosas), si puede darse, por más pacífica que sea no resultará limpia de sangre y aún no están dadas las condiciones para ello, como ejemplo basta nuestra capacidad de aguante ante tantas cosas que suceden a diario, basta ser testigo de cómo se somete a quienes se manifiestan (pensando en el último de tus blogs publicados), basta ver a un sindicato de maestros reducido a lo que actualmente es (cuando los maestros han sido, históricamente, cabeza revolucionaria), etc...
De otra manera, apreciado Pedro, la veo muy difícil, y recurriendo a la misma Constitución en respuesta, suponiendo que los Constituyentes tenían una idea muy distinta cuando crearon lo siguiente:
"Artículo 136. Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se
interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno
contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta".
...me temo que usando y abusando de la fuerza pública, puedan los "cerdos" (siguiendo con la metáfora, claro)interpretar y aplicar este artículo de la forma que les resulte más conveniente.
Como leerás, me gusta y coincido ampliamente contigo en tu propuesta y aclaro que el hecho de que vea las cosas de esta manera no quiere decir que me rinda, al contrario, me proporciona mayor fuerza para, cuando menos informarme, informar, indignarme... y decir: ¡Ya basta!
Abrazo y gracias por tu atención,
Mengana.
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