31.12.11
Año Nuevo
20.12.11
Miedo al PRI
19.12.11
¡Felicidades, Julio!
“El siglo pasado ya fuimos a la Luna. Ahora, hay que ir al viaje más fascinante: nuestro propio cuerpo.”
Julio Collado Vides
Investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM.
Encargado del Programa de Genómica Computacional del Centro de Ciencias Genómicas.
Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en el rubro de Ciencias físico-matemáticas y naturales.
15.12.11
Nuevas del automóvil volador
El gran rival de los hermanos Wright, Glen Curtiss, diseñó un triplano que debía operar como vehúculo terrestre y aéreo, y que no logró volar. En 1926 Herny Ford presentó el prototipo de un “Modelo T del Aire”, el Flivver, un pequeño monoplaza de menos de cinco metros de largo y
“BE NOT INHOSPITABLE TO STRANGERS LEST THEY BE ANGELS IN DISGUISE”
Cuando era chavo cometí uno que otro robo sin violencia en un par de librerías. Pero no en Shakespeare & Co.
Shakespeare & Co. era la casa, el mundo y el corazón de George Whitman, y estaba abierta a tod@s. Siempre había en esa casita encantada y rancia un vaso de té para el errante, un libro para la extraviada, una colchoneta para el piojoso trotamundos, una historia bien contada para el que se asomaba a la vida. Y a París.
George Whitman recibió a mi padre en 1968, cuando los gases lacrimógenos flotaban sobre el Sena. En 1973, sin conocer el antecedente, fui a pasear mi pubertad por la Rue de la Bûcherie, me topé con el local, me llamó la atención y entré. El patrón me ofreció su plática, su té y sus libros. Cuando le conté mi vida (que en ese entonces era más que breve), rápidamente ató cabos y me dijo, mientras me miraba fijamente con sus ojos azules y deslavados: “Hace unos años estuvo aquí un hombre...” Creo que tenía en la memoria a todos y cada uno de sus huéspedes desde 1951 en adelante. Era memorioso y su lema era:
BE NOT INHOSPITABLE TO STRANGERS LEST THEY BE ANGELS IN DISGUISE
Volví un par de veces en los años 80. Luego, en 2008, llevé a Clara a que conociera aquel sitio y desde antes de salir de México urdí una travesura.
Ya no encontramos a George Whitman.
Ayer, a los 98 años, George Whitman se murió. Un mucho quedará en este mundo de su hospitalidad, su generosidad y su bonhomía, de tanto que las contagió a diestra y siniestra. A estas horas, los encargados del Cielo no han de saber qué hacer con tantos libros.
__________
* Esa no me la sabía: en mi última visita vi a unas chavas en el mostrador y asumí que eran sus nietas. Pues no: era su hija Sylvia, probablemente con una amiga. Gracias a @AlbertoRuy Sánchez por la corrección.
14.12.11
Peña Nieto en la FIL
13.12.11
El hijo de Kadafi
6.12.11
De la ignorancia
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* Corrección: El audio del primer video de la conferencia que circuló era muy deficiente. Luego, Carlos Cañedo Chávez me hizo notar que el aludido no dice "telenovelas" sino "desde novelas". Formulo una disculpa.
2.12.11
El robo del Teletón
Por catorceava ocasión,
en cruceros y pasillos,
anda saqueando bolsillos
ajenos el Teletón.No desperdicia ocasión
para despojar al pobre
de algún peso que le sobre
o, de perdis, de un tostón.
Cuando ha juntado un millón,exige, muy por sus destos,que le devuelvan impuestospor la dizque donación.
Cada moneda que dasva directo a su chequera,y por si poco no fuera,Hacienda le dará más.
Por eso mueren de risaBimbo, Carso y Coca-Cola,y también mueven la colaRadio Red y Televisa.Después, con lo que les sobra,
ponen un mísero centro
de ayuda, que es puro cuento
y que, para colmo, cobra.Benefactores sicarios
con grave incapacidad
para decir la verdad
y voraces empresarios:su mecanismo ratero
ya ni a los tontos engaña;
vayan buscando otra maña
para sacarnos dinero.
1.12.11
Silvestre en Annual
Como la corona de Madrid ya había dado demasiada guerra en el hemisferio occidental, esta parte del mundo no tuvo mucho ánimo para enterarse de las otras guerras emprendidas por España en décadas posteriores a las independencias latinoamericanas. Se supo, a lo sumo, de los pormenores de la causa independentista en Cuba, que venía muy atrasada del resto del continente, pero que le concernía: el hervor de los mambises, las andanzas de Martí, Maceo y Gómez, los gritos de Yara y de Baire, la intervención gringa con el pretexto del estallido del Maine... Una de las truculencias menores de la contienda fue el combate de Arango, ocurrido el 8 de mayo de 1896, en el que las tropas españolas cargaron a distancia corta contra el bando mambí. La lucha se degradó hasta volverse cuerpo a cuerpo y las filas independentistas tuvieron 28 bajas mortales por heridas de arma blanca. El propio jefe de las fuerzas coloniales en el encuentro sufrió cinco lesiones de bala, pero sobrevivió. Los mambises lo ataron a un palo, le dieron once cuchilladas y lo dieron por muerto. Sin embargo, el hombre no quiso fallecer; lo rescataron, casi desangrado, fue llevado a un hospital y para diciembre del mismo año ya estaba de vuelta en el frente de combate.
Se llamaba Manuel Fernández Silvestre y Pantiga, era oriundo de El Caney, en la propia Cuba, y llevaba las armas en la sangre: fue fruto del segundo matrimonio de un teniente coronel de artillería y desde los 17 años fue inscrito en la Academia Militar de Toledo. De allí pasó a la Academia de Caballería, en donde se graduó, con grado de Segundo Teniente, a la edad de 21 años. Habría dado la impresión de que Fernández Silvestre estaba destinado a ser, si no un estratega genial, cuando menos un militar competente.
Craso error. El joven uniformado (a quien en lo sucesivo denominaremos simplemente Silvestre, a la usanza peninsular) fue enviado a su Cuba natal, en donde de inmediato participó en las escaramuzas de la guerra de independencia. Salió bien o mal librado, pero vivo, de más de 50 combates en los que recibió balazos y machetazos al mayoreo, y fue condecorado por su incuestionable valor y acaso también por su buena suerte. Pero, con o sin organismos tan resistentes como el suyo, ante la resolución de los mambises y frente al poderío oportunista estadunidense, la guerra de Cuba estaba perdida para España. En 1898, tullido, tasajeado, perforado y ascendido, Silvestre emigró a la Península y se afincó en Alcalá de Henares. América Latina terminó de desentenderse de su antigua metrópoli y ésta se fue a buscar colonias a otra parte.
Concretamente, en el macizo montañoso del Rif, alrededor de Melilla, en donde proliferaban tribus o cabilas levantiscas, principalmente bereberes, pero también amaziges y árabes, que desde principios del siglo XX causaban serios quebrantos a los ocupantes europeos. La administración colonial del territorio fue subrogada en 1912 por París a Madrid, para que instalara en ella un protectorado de juguete. En febrero de 1921, ya con grado de general, nuestro amigo Silvestre fue declarado comandante general de Melilla, y decidió de inmediato extender las posiciones españolas para aplastar a los rifeños rebeldes y avanzar hasta la bahía de Alhucemas, en donde éstos tenían un centro de operaciones. Al principio, todo fue miel sobre hojuelas y entre mayo de ese año y junio del siguiente las tropas coloniales avanzaron 130 kilómetros, establecieron medio centenar de posiciones defensivas y derrotaron a sus enemigos en 24 ocasiones, en combates insignificantes. Cuando Silvestre encontraba la mínima muestra de resistencia, ofrecía dinero a los caciques locales a cambio de su sumisión. Así conquistó, o creyó conquistar, la mayor parte del insumiso Rif. A cambio, colocó a las fuerzas bajo su mando en una pavorosa dispersión: distribuidas en 144 posiciones y asentadas invariablemente en zonas altas desde las cuales ciertamente se podía dominar el entorno, pero carentes de agua, y dependientes de líneas de abastecimiento inciertas y precarias.
A fines de mayo, Silvestre recibió un aviso del desastre que se aproximaba: una posición colonial ubicada en el Monte Abarrán fue asaltada por los supuestos aliados que el mando español había comprado. 141 muertos, incluidos todos los oficiales de la guarnición, y la pérdida de varias piezas de artillería. Pero el militar de origen cubano pensó que se trataba de un hecho aislado y porfió en su empeño. Tras ocupar Igueriben, para resarcirse de la humillación, dejó al grueso de sus fuerzas estacionadas en Annual y se fue a Melilla, muy quitado de la pena, para pedir más dinero con el cual seguir comprando sometimientos.
En realidad, el ataque al Monte Abarrán formaba parte de la táctica del patriota rifeño Abd el-Krim, quien preparaba una emboscada mayúscula contra los ocupantes. El 17 de julio, las tribus presuntamente sobornadas por los españoles lanzaron un ataque simultáneo contra todas las posiciones coloniales. El día 22 cayó la guarnición de Igueriben, que había sido puesta bajo asedio. Alarmado, Silvestre concentró en Annual tres batallones, 18 compañías de infantería, tres escuadrones de caballería y cinco baterías de artillería: cinco mil hombres en total, tres mil españoles y dos mil rifeños. La plaza disponía de municiones para un día y de víveres para cuatro, pero no había agua, y sobre ella se abalanzaban 20 mil insurgentes. Al ver lo desesperado de su situación, Silvestre ordenó la retirada, pero ésta degeneró rápidamente en un sálvese quien pueda. La mayor parte de los efectivos locales empezaron a matar a sus jefes peninsulares, los heridos fueron abandonados a su suerte y los arsenales cayeron rápidamente en poder de los atacantes. En cosa de cuatro horas, unos dos mil 500 soldados ocupantes marcharon al otro mundo y otros 500 fueron hechos prisioneros. Silvestre desapareció en la catástrofe. Algunos contaron que se metió a su tienda de campaña y se voló la cabeza de un disparo y otros refirieron que había sido abatido a tiros por los rifeños. Juan Losada, autor de Batallas decisivas de la historia de España, afirma que sus últimas palabras fueron: “¡Huid, huid, que viene el coco!”
Como su cuerpo no fue hallado nunca, alguien ha dicho por ahí que Silvestre sobrevivió a las consecuencias de su propia arrogancia y que anduvo unos añitos más deambulando por este valle de lágrimas. Lo cierto es que jamás llegó a la Bahía de Alhucemas y que metió a España en un problemón del que sólo alcanzó a ver el principio: en los meses posteriores al desastre de Annual, las dispersas tropas españolas fueron de derrota en derrota a manos de las fuerzas de Abd el-Krim, quien proclamó una República del Rif en el territorio liberado. Entre julio y septiembre, el ejército español perdió más de 13 mil hombres, 20 mil fusiles, 400 ametralladoras y 129 cañones. En unas cuantas semanas, Madrid perdió cuanto había invertido en El Rif y vio reducido su dominio a la ciudad de Melilla y a algo más. Si el desastre no fue absoluto fue porque las tropas francesas acudieron en auxilio de las españolas y reprimieron a sangre y fuego a los alzados, incluso con armas químicas. Cuatro años después de la catástrofe, un desembarco másivo franco-español (más franco que español) en Alhucemas puso punto final a la insurrección y España pudo seguir ejerciendo su protectorado en el norte del actual Marruecos por tres décadas más. Pero en 1921-1922 la humillante derrota militar en el norte de Africa provocó, por añadidura, una honda crisis política en Madrid.
Silvestre fue un hombre valeroso, sin duda, además de arrojado y fuerte. Pero ninguna de esas cualidades está reñida, en principio, con la estupidez.
30.11.11
Promesas de Calderón
El pasado 14 de octubre, Felipe Calderón le prometió protección a Nepomuceno Moreno Núñez (de espaldas, en la foto) ante las amenazas de muerte que éste había recibido por buscar a su hijo, secuestrado por policías.
El lunes pasado, en Hermosillo, mataron a Nepomuceno. Y Calderón, como Johnnie Walker, sigue tan campante.
29.11.11
Carta abierta
En suma, señor Calderón, pienso que quienes “afectan terriblemente el buen nombre de México” son usted, sus principales colaboradores y los jefes de la delincuencia formal, y no quienes enumeramos las barbaries en curso –la oficial y la otra– y apelamos a una instancia internacional, en forma pública, transparente y legítima, en un intento de ponerle freno.
Por último, creo percibir, en el ominoso mensaje emitido por su oficina el pasado 27 de noviembre, mucho miedo en usted y en sus colaboradores. Proceda legalmente en contra nuestra, si eso lo reconforta, pero no nos tema a nosotros, los 23 mil denunciantes de su régimen, pues actuamos –estamos dando prueba incontestable de ello– por los cauces pacíficos, legales e institucionales. Témale más bien a la furia latente de un país defraudado, empobrecido, saqueado, ensangrentado, escarnecido y humillado por ustedes, los demandados el 25 de noviembre ante la Corte Penal Internacional.
25.11.11
24.11.11
Golpe de soberanía
Como se ha expuesto en entregas anteriores, la despenalización de los estupefacientes ahora ilícitos obligaría a un proceso de pacificación negociada con las organizaciones del narcotráfico más poderosas, y la desaparición total o parcial de las monumentales recursos que esta actividad inyecta en las finanzas mundiales impulsaría una nueva crisis económica o –depende de cómo se vea– empeoraría la ya existente. Los gobiernos involucrados no serán tan ingenuos o tan ignorantes como para desconocer esta perspectiva, y es probable que el temor a desatar una nueva crisis sea una de las consideraciones –además de moralinas medievales y de complicidades con el negocio– que los llevan a mantener, contra viento y marea, una estrategia antidrogas que no tiene la menor posibilidad de éxito y que, si bien
¿La paz bien vale una crisis? No, seguramente, a juicio de las industrias de la guerra y anexas: la de armamento, pero también la de servicios de seguridad e inteligencia, la de infraestructura (por aquello de ulteriores reconstrucciones de países previamente destruidos) y otras que también hacen pingües negocios en los conflictos bélicos: la farmacéutica, la de alimentos, la textil... El problema es que al amparo de las guerras actuales se realizan monumentales traslados de riqueza pública a unas cuantas corporaciones (como lo demuestra el enorme boquete que dejó George W. Bush en el Tesoro de Estados Unidos para pagar las facturas de sus socios y amigos que le brindaron bienes y servicios para la invasión y destrucción de Irak) y que eso, lejos de reactivar economías, termina por hundirlas más en circunstancias recesivas que, a su vez, suelen ser provisionalmente superadas mediante una nueva confrontación armada. En esta lógica, es probable que México y Centroamérica hayan sido escogidos como el siguiente eslabón del ciclo, una vez agotados los conflictos en Irak y en Afganistán.
A lo que puede verse, no hay la menor disposición, entre la clase política estadunidense, para abandonar el círculo vicioso, pero Washington podría verse forzado a ello por una iniciativa audaz por parte de un gobierno mexicano dispuesto a atacar de raíz el problema del narcotráfico.
Suele argumentarse que la despenalización, además de improcedente y peligrosa por razones de salud y de seguridad públicas (ya examinadas anteriormente), sería imposible, dada la oposición estadunidense. Si ese argumento fuera tan indiscutible y aplastante como parece, no habría habido Revolución Rusa, Lázaro Cárdenas no habría podido expropiar el petróleo, Vietnam no habría ganado la guerra y François Mtterrand no habría llegado nunca al Palacio del Eliseo, entre otros muchísimos sucesos que ocurrieron contra la voluntad de Estados Unidos.
La soberanía se defiende ejerciéndola. El paso audaz tendría que partir de un presidente de México, sin que importe su ideología. Habría podido darlo Vicente Fox, por ejemplo, si hubiese tenido mínima madera de estadista, o Miguel de la Madrid, si no hubiera desempeñado el cargo en forma tan pusilánime. Un presidente, pues, pide la comunicación telefónica con la Casa Blanca y le dice a boca de jarro a su contraparte:
–Señor presidente, vamos a despenalizar las drogas.
Tras aguantar el silencio incómodo y estupefacto del otro lado, y luego una retahíla de amenazas poco veladas, el mandatario mexicano tednrá que exponer con comedimiento, pero con firmeza:
–Haga usted lo que considere conveniente. Yo me limitaré a resumirle las posibilidades: o nos invaden, o rompen relaciones diplomáticas y comerciales con nosotros, y nos someten a embargos, bloqueos y sanciones económicas, o se resignan a colaborar con nosotros para minimizar la crisis económica que se nos viene encima.
El gobierno de Estados Unidos, por más que exhiba una adicción –un poco real y un poco ficticia– a las guerras, no puede invadir México. No es que se lo prohiba una pulsión ética o legal, sino que, simplemente, carece de las condiciones estratégicas y logísticas para emprender semejante aventura. El control militar de Irak resultó un espejismo inalcanzable y nuestro país tiene el cuádruple de población y casi cinco veces más territorio que esa nación árabe. Lo que sí podría hacer Washington sería desestabilizar (tiene vasta experiencia en ello), propiciar enfrentamientos internos e imponer a un gobierno pelele. Pero, un momento: es eso exactamente lo que ha venido haciendo desde 2006, hasta el punto de que México ya está desestabilizado, las autoridades nacionales operan en función de los intereses del gobierno vecino y el país está sumido en la guerra. Así que piensen en otra respuesta.
Estados Unidos tampoco puede romper relaciones comerciales y cerrar la frontera común porque, con ello, colapsaría de inmediato su propia economía: imagínense los alteros de exportaciones gringas que se quedarían en el lado norte de la demarcación, por no hablar de los incontables productos estadunidenses, “ensamblados en México”, que permanecerían de este lado. Sólo por decir algo.
Es probable que La Casa Blanca y el Capitolio hicieran el berrinche de su vida, pero éste es uno de los pocos terrenos en los que no podrían hacer mucho más que eso.
Hasta ahora, el narcotráfico ha sido una debilidad y una desventaja para México, que en su combate pierde decenas de miles de vidas, centenares de pueblos y decenas de instituciones, y una fortaleza para Washington, que con esa coartada puede ampliar sus márgenes de ingerencia, hacer grandes negocios y dotar a sus circuitos financieros con un flujo casi inagotable de recursos monetarios. La despenalización unilateral implicaría invertir bruscamente esa desigualdad e impulsar una medida análoga en Estados Unidos.
Al carajo con la hipocresía: la única explicación posible al hecho de que la guerra en torno al narcotráfico no se ha extendido a territorio estadunidense es que allá no se persigue tal actividad, aunque se jure y se aparente lo contrario. Una de las cosas más cínicas de cuantas han sido dichas en el actual contexto por las autoridades de Estados Unidos es que los narcos les temen, y que por eso “se portan bien” al norte del Río Bravo, y procuran no derramar sangre. El corolario inevitable es que las policías estadunidenses los dejan en paz, en premio a su buen comportamiento, y les permiten dedicarse a su negocio principal.
Si México despenaliza, coloca a Washington ante la disyuntiva de despenalizar, a su vez, o atestiguar el traslado, a su territorio, de la guerra que se ha venido librando en el nuestro. Pero la regla de oro es que los conflictos armados son oportunidad para grandes negocios, a condición de que se desarrollen en otros países.
Para terminar: ¿se acabaría la delincuencia con la despenalización de las drogas? Por supuesto que no. La delincuencia no se va a acabar con nada. El propósito de abolir el prohibicionismo es eliminar el narcotráfico, restituir el estado de derecho y acabar con organizaciones que están derrotando al Estado y a sus instituciones. Sin ellas, la delincuencia se reducirá a un problema de seguridad pública, dejará de ser guerra, y volverá a ser un problema policial.
22.11.11
Los dos Krauzes
“Marcelo Ebrard tampoco es parecido a Lula. Ni de lejos. Compararlos es una blasfemia: Lula creció políticamente al amparo de la lucha sindical metalúrgica en Brasil. Ebrard, paralelo a la dictadura política priista. Mientras Lula luchaba contra la injusticia social en su país, Marcelo operaba el fraude electoral salinista de 1988. Lula tiene entraña demócrata. Ebrard es de corazón y formación priista. Lula es demócrata de izquierda. Ebrard es falso izquierdista.”
Asunto de familia
El punto es que el domingo antepasado los priístas y otros, de peor fama pública, perpetraron allí algo muy semejante a lo que en 2006 hicieron Vicente Fox, el Consejo Coordinador Empresarial, Elba Esther Gordillo, Televisa y algunos más para asegurar que el propio Calderón lograra meterse al despacho presidencial. El pleito entre el desgobernante PAN y el rampante PRI se ha enconado con la vuelta de tuerca michoacana. Ante el recurso del tricolor a coaliciones de esas que no están consideradas en la ley electoral, el presupuesto federal no alcanzó para imponer en el terruño a la hermana desconsolada.
Puede ser que la reacción del calderonato no tarde mucho. Alejandro Poiré ya adelantó su disposición a meter la nariz en los asuntos electorales –normados por el IFE, se supone–, en cosas de la delincuencia organizada –que le tocarían a la PGR, si existiera– y en el subconjunto que se forme entre ambos. No se necesita mucha sagacidad para entender que el destinatario del mensaje es el PRI. El de Peña Nieto,
Pero así como es razonable suponer que el calderonato tiene bajo la suela algunas colas priístas, no se debe olvidar que el tricolor está entre los acreedores varios de Calderón, porque fue justamente ese partido el que le abrió la puerta trasera de San Lázaro para que se colara al poder. Por lo demás, la mutua capacidad de extorsión es consecuencia, y no causa, de la alianza fáctica que el PRI y el PAN han ido construyendo, con altibajos y retrocesos, desde tiempos del salinato, y que responde a la necesidad de administrar el poder público a favor de un puñado de actores corporativos locales y foráneos que lo mismo pueden estar inscritos en la legalidad formal que en el ámbito de la delincuencia. Esa confluencia de intereses empresariales, políticos, mediáticos y criminales es la que da cohesión a la auténtica y reinante familia. Lo demás son pleitos menores por ramificaciones estatales, capaces de causar irritaciones pasajeras.
Los priístas superarán pronto sus diferencias internas –nada que no se arregle con un buen reparto de cuotas– y los panistas, que ni siquiera han logrado tenerlas, acabarán renovando con ellos el pacto transexenal de impunidad y de aprovechamiento oligárquico del país. No les queda mucho tiempo, porque la alternativa de poder planteada por el Movimiento de Regeneración Nacional y del naciente Movimiento Progresista crece día con día e incorpora a sus filas a quienes no quieren padecer otros seis años de destrucción del país a cargo de la voracidad oligárquica.
Aunque se empeñen en ocultarlo, lo veremos. Dentro de poco, panistas y priístas –más las franquicias agregadas que brincan como ardillas, abejas y tucanes entre unos y otros– olvidarán los mutuos agravios, dejarán de lado sus diferencias, se unirán en contra de la candidatura unitaria de las izquierdas y empezarán a trabajar, codo a codo, en la planificación del próximo fraude, el trasvase y trapicheo pactado de sufragios, operativos de propaganda negra y otras de las artes que dominan, como miembros que son de la verdadera familia. A ver si en esta ocasión lo logran.
21.11.11
Va por las Patronas
18.11.11
Drogas: despenalización
y crisis económica
El volumen de dinero que las actividades ilícitas inyectan en las economías formales es uno de esos temas de obligada imprecisión y en el que los enterados no logran ponerse de acuerdo. No lo lograrán nunca, por la simple razón de que no hay forma de medir en forma exacta un fenómeno que escapa, por su propia naturaleza, a los mecanismos estadísticos gubernamentales, los cuales no pueden medir negocios no declarados. Por ello, el tamaño de esos recursos y el de las consiguientes operaciones de lavado que requieren para ser aprovechados en gran escala por sus poseedores, forman parte de las “cifras negras”, al igual que la cantidad de delitos que no se denuncian.
Pero el lavado de dinero no es tan inescrutable como el número de ángeles que caben en la punta de un alfiler; hay maneras de calcular, si no sus cifras precisas, sí sus magnitudes. Por ejemplo, a mediados del año pasado, el entonces secretario de Economía, Ernesto Cordero, afirmó que anualmente los bancos que operan en el país reciben 10 mil millones de dólares de procedencia “oscura o desconocida”, cantidad que, dijo, “va más allá de la que se pudiera explicar por las actividades y la dinámica de la economía en México”. El director de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores contrapunteó: la suma era consistente con la estimación estadunidense de que cada año entran a México entre 19 mil y 29 mil millones de dólares (mmd) en efectivo procedentes del norte, aunque “no sabemos exactamente cómo se hicieron” los cálculos. Tres años antes, Yuri Serbolov había estimado en 42 mmd anuales la suma “blanqueada” anualmente en la economía mexicana. Stratfor calculó que cada año las empresas dedicadas al trasiego de dólares invierten 42 mmd en sobornar a funcionarios. A mediados de la década pasada, el Observatorio Europeo de las Drogas y la Toxicomanía (OEDT) estimaba en 60 mmd el lavado de utilidades procedentes del narcotráfico en México. De modo que, sin dar por bueno uno de esos montos, podemos asumir que el comercio de drogas ilegales aporta a la economía nacional decenas de miles de millones de dólares; entre 10 y 60, algo equiparable a las remesas (unos 20 mmd) y a las exportaciones de petróleo (entre 14 y 24 mmd).
Sería un gran negocio, si se considera que de no ser porque la inseguridad y la violencia –que tienen su componente principal y articulador en la “guerra contra la delincuencia organizada”, centrada, a su vez, en el narco– le cuestan al país 130 mil millones de dólares, según estimación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Una consideración ineludible es que, mientras que las utilidades del narcotráfico, del lavado y de la guerra (por ejemplo, las inversiones corporativas y gubernamentales en inteligencia, armamento, sistemas de vigilancia y comunicaciones, por ejemplo) son altamente centralizadas, y su mayor parte se queda en manos de capos, funcionarios corruptos y empresas proveedoras de bienes y servicios, los costos de la violencia se reparten con amplitud entre extensos sectores de la población. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) calculaba en agosto de 2008 que 500 mil personas estaban vinculadas, en el país, al narcotráfico, y desagregaba esa cifra de esta manera: 300 mil sembradores, 160 mil narcomenudistas, transportistas, distribuidores e informantes, y 40 mil líderes de diversas jerarquías.
Dicho sea de paso, por los mismos días que se anunciaba el “descubrimiento” de Cordero, éste y los organismos cúpula de los banqueros fabricaron una graciosa historia acerca de un “lavado hormiga”: se trataba de “un rudimentario pero eficaz operativo de lavado de más de 20 mmd sin que ni los bancos ni las autoridades del gobierno federal se percataran” que, según esto, funcionaba por medio de “una serie de operaciones hormiga en los bancos de Jalisco, Sinaloa, Michoacán y en la zona fronteriza. La gente vendía dólares en pequeñas cantidades en varias sucursales bancarias, así no tenían que identificarse, no generaban reportes y podían cambiar muchos dólares en un día”. Dice la calculadora que la explicación es poco verosímil porque la suma anual de 20 mmd dividida entre 365 da 54 millones de dólares diarios, y si eso se subdivide en cantidades de, digamos, 500 dólares, hay que realizar casi 11 mil operaciones diarias.
De cualquier forma, las cifras mexicanas, en éste como en otros tópicos, son de juguete comparadas con las correspondientes a Estados Unidos: allí las decenas de mmd que el narco inyecta en México se convierten en centenas de mmd. A octubre de 2011, la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNOCD, por sus siglas en inglés) estima en 1,6 billones de dólares (es decir, mil mmd) el monto total de “dinero negro” –procedente de actividades ilícitas– que se blanquea anualmente en el mundo. De esa suma, es posible que un tercio corresponda a lo que deja el narcotráfico en el sistema financiero estadunidense. 500 mmd, dijo el OEDT. Según un reporte al Congreso de Estados Unidos (Wyler, LS: Internacional Drug Control Policy), las utilidades globales del narco son de un billón de dólares anuales.
La magnitud de centenares de mmd nos coloca en el terreno del presupuesto de defensa del país vecino (700 mmd) y en proporciones del 2, 4 o 6 por ciento del PNB de la superpotencia. Con estos datos, y aunque no nos sea dable contar el número de ángeles que caben en la cabeza de un alfiler, pero sí podemos estar razonablemente seguros de que el narcotráfico es una parte imprescindible de las finanzas mundiales.
En la medida en que el negocio del narco no consiste en vender drogas, sino en agregarles valor eludiendo la prohibición de ellas, una iniciativa nacional orientada a su despenalización desembocaría en la ruina de algo que es, más que un negocio lucrativo, un sector completo de la economía planetaria. En la medida en que los estupefacientes perdieran el 99 por ciento o más de su valor agregado actual, los volúmenes de lavado de dinero se reducirían en esa misma proporción y se crearía, con ello, un boquete monumental en el sistema financiero. Incluso si la pérdida afectara sólo un tramo sustancial del negocio (el que representa el territorio mexicano, por ejemplo), la contracción de las ganancias sería monumental. Es de dudar, pues, que, moralinas y autoritarismos aparte, los gobiernos de México y de Estados Unidos estuvieran dispuestos a dar un mazazo de ese calibre sobre la mesa de las cuentas, especialmente en tiempos de recesión intermitente.
¿Vale la pena jugarse una nueva crisis económica para terminar de raíz con el problema del narcotráfico? La respuesta a esa pregunta variará en función de quien la responda: si se trata de uno de los beneficiarios del negocio en cualquiera de sus aspectos, probablemente dirá que no. Pero la mayor parte de la sociedad, que sólo sufre los perjuicios de la inseguridad, la militarización, el empoderamiento de los cárteles y la multiplicación de las adicciones, posiblemente responda que sí.
Sea como fuere, la despenalización de las drogas obligaría a la elaboración multilateral de una estrategia para salir del nuevo abismo económico. Esa estrategia tendría que ser tema del enlace telefónico entre Los Pinos y La Casa Blanca. Seguimos la semana entrante.
15.11.11
Por una república amorosa
Discurso de Marcelo Ebrard Casaubon
Muy buenas tardes, amigas y amigos; Andrés Manuel, Octavio, René; compañeras y compañeros que están aquí presentes; licenciado Manuel Camacho, coordinador del DIA.
En mayo de este año propuse una encuesta, para determinar la candidatura a la presidencia de las fuerzas progresistas, entre Andrés Manuel López Obrador y un servidor. Eran entonces varios los objetivos estratégicos:
El primero, garantizar una candidatura unitaria; el segundo, asegurar que la selección del candidato fuese entre nosotros, a partir de los electores y su opinión, y el tercero, sentar las bases para una nueva etapa en la vida política de las fuerzas progresistas.
Desde entonces recurrí al apoyo de la Fundación de Equidad y Progreso, Demócratas de Izquierda, personalidades destacadas de la vida nacional y numerosas organizaciones civiles y sociales. Representamos una propuesta para cambiar el rumbo del país hacia la igualdad, la construcción de la paz, la prosperidad y el cambio de régimen político.
La propuesta ha crecido y ganado presencia y apoyo. Se fundamenta en una concesión incluyente, basada en una visión de largo plazo, y alejada de la cortedad de miras y mezquindad, que tanto daño le hacen a nuestra convivencia.
La encuesta –como se ha informado el día de hoy– se realizó conforme a lo previsto y se presenta a la opinión pública tal y cual resultó. De las cinco preguntas, yo gano dos y Andrés Manuel gana tres; el saldo de opinión me es favorable y el potencial de crecimiento de mi candidatura sería alto. La intención del voto favorece hoy a Andrés Manuel.
Sería posible argumentar que estamos en posiciones de equilibrar, o podría yo argumentar que no he estado en campaña mediática, o que las diferencias no son las suficientes; podría yo empecinarme, el día de hoy, en llamar a ir a las internas, a partir de diciembre. Sí, se podría, pero entonces, cabría preguntarse: ¿en dónde quedó la congruencia? ¿Dónde quedaron los objetivos estratégicos planteados en la encuesta?
La izquierda dividida sólo iría al precipicio, y no seré yo, nunca, quien conduzca las posibilidades de cambiar el rumbo de México al fracaso.
Acepto y acato los resultados de las encuestas, cumplo lo que he dicho, así sea la diferencia que sea, pequeña o no; hago honor a mi palabra con dignidad y optimismo.
Soy optimista porque creo firmemente en el futuro progresista de México; soy optimista, porque el acto que hoy nos congrega es el principio del mañana para la izquierda, en lugar de hacer otro conflicto y el principio del fin de los sueños de nuestra generación.
Soy optimista, porque sé que quienes simpatizan conmigo y la propuesta que encabezo, respetan ante todo la congruencia y la altura de miras. Le he propuesto a Andrés Manuel que demos paso a un frente amplio que, en su momento, pueda transitar a un partido frente, capaz de incluir a los partidos de la izquierda, superar la recurrente lucha de facciones que tanto daño han hecho y capaz sobre todo, de representar a la amplia gama de colectivos, causas y aspiraciones que se han alejado de los partidos progresistas.
Le he propuesto que vayamos a un frente amplio en el que se respete a todos, pero sobre todo, que vayamos a una dinámica política colegiada y de consenso, que pueda atraer a intelectuales, a empresarios, a clases medias, causas ambientales, la defensa de los derechos humanos y las libertades, de la equidad de género, y las nuevas y muy diversas reivindicaciones de las generaciones más jóvenes.
Le he propuesto también que cese el conflicto con el PRD y sus dirigentes, que la campaña del 2012 incluya a todos, que se intensifique el diálogo con el sector privado, las clases medias y el exterior; no veo otro camino para el triunfo.
Hay acuerdos sobre esas bases; no he buscado en estos días otra cosa, que actuar con el patriotismo y la altura de miras que, quienes me han seguido y apoyado, siempre han esperado de mí; hoy deseo (ser) y soy leal.
El futuro de la causa que nos anima está antes y por encima de los deseos personales y la vanidad.
Andrés Manuel, le deseo el mejor de los éxitos; sabe que contará con mi sincero apoyo y solidaridad. Seamos optimistas, construyamos el futuro.
Muchas gracias.
Discurso de Andrés Manuel López Obrador
Agradezco a ustedes, integrantes de los medios de comunicación; agradezco a la doctora Ana Cristina Covarrubias y a Luis Woldenberg, de las empresas encuestadoras Covarrubias y Asociados y Nodos, Investigación y Estrategia; agradezco a los dirigentes, militantes y simpatizantes del PRD, del PT y del Movimiento Ciudadano; agradezco el apoyo de los integrantes del Movimiento Regeneración Nacional, Morena; agradezco con todo mi corazón a los ciudadanos que me han dado su confianza y apoyo, les aseguro que nunca los traicionaré.
Amigas y amigos todos:
Hoy cumplimos el compromiso de que sería el candidato de izquierda para las elecciones del 2012 el que estuviera mejor posicionado. Siempre sostuve, por honestidad y congruencia, que no sería candidato sin el respaldo de los ciudadanos independientes y de los sectores progresistas del país.
El resultado de las consultas, como aquí se ha dicho, me beneficia. En consecuencia, haciendo uso de mi libertad de expresión, manifiesto que voy a participar en la contienda electoral del 2012. Lo haré con apego a las decisiones que adopten de acuerdo a sus estatutos los partidos progresistas, PT,. PRD y Movimiento Ciudadano, y en conformidad con los tiempos y procedimientos que establece la ley electoral vigente. En cuanto a Marcelo Ebrard, con quien acordé resolver de manera responsable este importante asunto, deseo expresar que, además de ser un buen amigo y compañero, es un dirigente político extraordinario, excepcional; ha demostrado con hechos poner, por encima de sus legítimas aspiraciones personales, el interés general, los anhelos de millones de mexicanos de que, con la unidad de la izquierda, se facilite, sea posible, la trasformación de la vida pública de México. Marcelo, como Ulises, el de la Odisea, no se dejó cautivar por el canto de las sirenas; se puso cera en los oídos para continuar la travesía con la mira puesta en los ideales de libertad, justicia y democracia.
Marcelo nos está dando una lección como ser humano y como un político; además, como gobernante, es reconocido por todos. Por eso he aceptado su recomendación de crear, en lo inmediato, un frente amplio progresista, invitando a participar al PRD, al PT, al Movimiento Ciudadano, así como a Morena y a quienes están convencidos de que México y su pueblo merecen un mejor destino; Se trata de construir, ahora sí, un Estado social y democrático de derecho (…), un lugar para todas y todos los mexicanos.
El Frente Amplio deberá tomar decisiones colegiadas y fortalecerse con la participación de los líderes de opinión más reconocidos que simpatizan tanto conmigo como con Marcelo, incluyendo también a integrantes de movimientos cívicos que defienden los derechos humanos y sociales; en lo especifico, he acordado con Marcelo que respetuosamente propongamos a los partidos progresistas. que se unirán para las elecciones de 2012, que dicha coalición lleve el nombre de Movimiento Progresista.
También expreso que respaldaré a Marcelo Ebrard en la orientación política que él defina, en el marco de la legalidad y de la democracia, para seguir gobernando la ciudad de México, esta gran ciudad, los mejores ciudadanos, mujeres y hombres, honestos y comprometidos con el bienestar del pueblo, con el bienestar de todos los ciudadanos.
Asimismo, abro el compromiso con Marcelo de convocar a todos los ciudadanos de todos los sectores productivos, de todas las clases sociales, de todas las corrientes del pensamiento, a la construcción de un nuevo pacto social para la equidad y el progreso, estoy consciente de que Marcelo representa a amplios sectores de las clases medias y empresariales, promueve nuevas causas ciudadanas como la ambiental, libertades y nuevos derechos, una mayor cooperación internacional en materia de seguridad y desarrollo económico; por lo mismo, al ir juntos, nos vamos a complementar, y eso se los aseguro, nos permitirá potenciar nuestras fuerzas con el objetivo superior de transformar a México.
En suma, amigas y amigos, aspiramos todos, mujeres, hombres libres, conscientes, a vivir en una sociedad más justa, más humana y más igualitaria. Vamos todos juntos, sin odios ni rencores, a construir una República amorosa, con dimensión social y con grandeza espiritual.
Muchas gracias.