19.4.07

Algunas cosas extrañas


El ex pastor Ted Haggard


  • Ted Haggard, converso sexual

  • Ecos de la ejecución de Saddam

Para cuando lean esto es posible que el autor haya sido expulsado del Reino Mágico de Disney por vomitar encima del Pato Donald o que se lo haya comido un lagarto en los Everglades de Florida. Así que escribo por anticipado y aprovecho para hacer referencia a algunas de las rarezas o atrocidades que me habría gustado comentar en lo que va del año pero para las cuales no ha habido espacio.

La curiosa “sanación” del predicador estadunidense Ted Haggard: casado, 50 años, cinco hijos; hasta noviembre pasado, líder de la Iglesia de la Nueva Vida, presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos de su país, asesor de la Casa Blanca, homófobo radical y detractor furibundo de los matrimonios gay. Haggard se vio en problemas cuando apareció por ahí un trabajador sexual llamado Mike Jones, quien reveló que durante tres años el ilustre personaje le había porporcionado una iguala mensual por sus servicios y le había comprado metanfetaminas. Jones aportó como pruebas mensajes telefónicos grabados en su contestadora en los que se escuchan cosas que es mejor dejar en la intimidad, y dijo haberse sentido decepcionado cuando se enteró de que un cliente suyo que se hacía llamar “Art” era un influyente pastor que en público denostaba a los homosexuales. Acorralado, Haggard aceptó su doble vida, adujo que llevaba mucho tiempo luchando contra “fuerzas oscuras”, deploró su “inmoralidad sexual” y se definió como defraudador y mentiroso. Fue echado de todos sus cargos y se recluyó en un dudoso centro terapeútico de Arizona para someterse a un “programa de 12 pasos” con el objeto de superar lo que fue calificado en su círculo como “adicción sexual”. Luego de tres meses de silencio, el religioso emergió en febrero pasado asegurando que Jesús le había ayudado a tener un rencuentro consigo mismo, anunció que él y su esposa pensaban estudiar la carrera de sicología y dijo haberse vuelto “completamente heterosexual”. Su antiguo proveedor de servicios no está tan seguro: “Me cuesta creer que se haya ‘recuperado’ en tres semanas, cuando hemos practicado sexo oral durante tres años”, comentó. Imaginen la clase de carniceros sicológicos que han de medrar en el establecimiento en donde el religioso “se curó” la homosexualidad. Y pobre hombre el tal Haggard, que no consigue aceptarse a sí mismo. La monumental hipocresía es su pecado, no lo que ha venido haciendo en el clóset, y éste, su infierno terrenal.

Emile Vicale tiene muy mal gusto: la firma que preside y que lleva su apellido produce, entre otras porquerías, muñecos con los rasgos (dizque) de personajes relevantes de la escena mundial. En julio de 2003 lanzó a la venta una cosa que representaba al hijo mayor de Saddam Hussein, Uday, muerto y despedazado. Cuando el papá fue ejecutado en la horca Vicale no perdió un segundo y presentó su nuevo producto: un Saddamcito con un lazo alrededor del cuello. A Emile Vicale, presidente de la compañía, la idea le parece “genial”, pero yo no logro verle la gracia. Por cierto: en los días posteriores a la muerte del ex dictador iraquí murieron cuatro niños que quisieron imitar, en sus juegos, la ejecución, con cuyas imágenes fuimos generosamente bombardeados por los medios electrónicos. Los fallecimientos ocurrieron en Turquía, India, Pakistán y Estados Unidos.

El cadáver y el muñeco


A propósito de juguetes: la diseñadora canadiense Heather Kelley presentó Lapis, un prototipo de videojuego concebido para adiestrar a ambos sexos en el manejo de afectos y sensaciones placenteras a fin de facilitar el orgasmo femenino. Se trata de la imagen de un conejo (pues sí) que “vive” en la pantalla del aparato Nintendo DS, dotado de pantalla sensible al tacto. Es la misma idea de los arqueológicos tamagochis y aplicada ahora en los iDog: una mascota virtual que se alimenta con sonidos, apapachos y rozamientos en cantidad y variedad suficientes para que empiece a volar en la pequeña pantalla. “Pero Lapis es una criatura impredecible, necesita estímulos variados y a veces no bastará ninguna cantidad de estímulos.”

El conejo Lapis



Pero la tecnología moderna no lo es todo. Hace 28 mil años alguien tallaba penes de piedra en el sur del actual territorio francés, según puede inferirse del descubrimiento realizado hace no mucho en la región del Jura por Nicholas Conard, de la universidad alemana de Tubingia. En contraste con la abundancia de las Venus paleolíticas, con sus atributos sexuales muy acentuados, las representaciones de genitales masculinos del periodo de las glaciaciones son más bien escasas (será por el frío, que todo lo encoge), por lo que el hallazgo resulta de gran importancia para comprender la vida de los Sapiens cuando los Neanderthales todavía les hacían sombra. Según Conard, el falo, “además de ser una representación simbólica, también se utilizó para cortar lajas de piedra”, y no descartan que haya sido empleado también como “ayuda sexual”. Zas: el consolador más viejo del mundo. Ahora va a resultar que en la era de las cavernas Europa se hallaba en pleno auge de la pornografía, como lo sugiere el cibernauta Javier.


El descubrimiento



Y para terminar con el mismo asunto: hay alarma en la industria pornográfica estadunidense por la irrupción del video de alta definición (HD). Los productores, que usan y abusan del close-up, han caído en la cuenta que la HD resalta las imperfecciones, los granos, las espinillas, las cicatrices, la celulitis y los descuidos en la depilación y el afeitado, y que, así aderezadas, las escenas ya no se ven tan atractivas.

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