10.1.09

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4 comentarios:

marichuy dijo...

Pedro

Decía ese hombre con corazón de niño, quien fuera muerto por el ataque de los nazis de ayer:

“La guerra no es una aventura, es una enfermedad, como el tifus” Antoine de Saint Exupèri

Flakushis dijo...

Definitivamente es una enfermedad, Marichuy, y muy grave.

Lo que no me explico es, si se supone que a Israel no le conviene desaparecer a Hamas, ¿por qué su insistencia en atacar civiles? ¿Acaso le interesa más el exterminio de palestinos? ¿Ya se les olvidó lo que el régimen nazi les hizo a los judíos? ¿Tan confiados están de su poder político-económico que creen que nunca nadie intentará algo en contra de ellos?

Pienso que si se uniese el mundo árabe para apoyar a los palestinos la situación empeoraría, porque además, tal vez ni así igualarían el poder militar que Israel tiene, aunado a que, seguramente, Bush les brindaría apoyo. ¡Qué bueno que ya se va!

¿Cuándo y cómo acabará esto? ¿Acaso no podrá el mundo vivir en paz nunca?

Anónimo dijo...

Hace años que no dejo aquí un comentario (aunque sigo viniendo) y ahora me decidí para felicitarlo por la nota de hoy en La Jornada.
Ojala salieran diario más artículos como el suyo. Una de las cosas que más me molesta de la tragedia en Gaza es que en todo el mundo no haya suficiente gente dispuesta a que todo se detenga (trabajos, comercio, escuelas) hasta que esa masacre se acabe.

maría de lourdes aguirre beltrán dijo...

Madre de Gaza

Lloro lágrimas de sal,
por mis hijos masacrados.
Brotes de flor arrancados
por largas garras del mal.
Mis ojos son manantial
que inunda toda la tierra.
La indiferencia me aterra,
ante dolor tan atroz.
Le pido a Alá que es mi dios
que acabe con esta guerra

María de Lourdes Aguirre Beltrán