29.12.09

Carta a Monseñor


Emmo. Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera:

Usted y la mayor parte del alto clero están molestos por las reformas al Código Civil aprobadas en el Distrito Federal el 21 de diciembre, en virtud de las cuales dos personas del mismo sexo podrán unirse en matrimonio y gozar, en su condición de casados, de plena igualdad con las parejas heterosexuales constituidas ante el Registro Civil, incluido el ejercicio del derecho a la adopción de menores.

Comparto, en alguna medida, el malestar de ustedes: el matrimonio en general me parece una fórmula caduca, restrictiva y generadora de problemas en las relaciones amorosas. Encuentro, además, que la inclusión de una autoridad (sea juez o cura) en un ámbito tan íntimo como el del vínculo afectivo y erótico entre dos personas, así sea en calidad de testigo o garante, es un despropósito. Por ello, pongo distancia ante cualquier forma de promoción del matrimonio, independientemente de la raza, religión, nacionalidad, cultura, condición social, identidad de género y preferencias sexuales de los contrayentes.

Pero la vigencia y la defensa de los principios universales de la libertad y la igualdad me parecen mucho más importantes que la consideración anterior, personal y reconocidamente subjetiva, y no veo una razón por la cual el vínculo conyugal formal debiera prohibirse a gays, a lesbianas y a transexuales.

Estoy al tanto de las posturas eclesiales —formuladas por algunos padres de la iglesia, y consolidadas a lo largo de muchas centurias, hasta convertirlas en lo que el cardenal Lozano Barragán llama “palabra de Dios”— que pretenden reducir a los homosexuales a la condición de personas de segunda clase, a las cuales ha de privárseles de algunos derechos de los que gozan los heterosexuales. ¿Por qué? Porque, han sostenido ustedes, el amor erótico entre hombres y entre mujeres es “contra natura” (eso mismo me dijo un ilustre dignatario iraní al que conocí hace poco) y pone en riesgo a la sociedad en la medida en que se desentiende de la función reproductiva. Y si uno les replica que no es antinatural, y que están científicamente documentadas las prácticas homosexuales corrientes en centenares de especies de invertebrados, vertebrados y mamíferos superiores (véase, por ejemplo, Bagemihl, Bruce: Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity, St. Martin’s Press, 1999), ustedes responden: “¡Ah, animalidad pura!”

Qué desacuerdo, Su Eminencia. A mi juicio, un verdadero peligro para la sociedad no es el coito entre dos hombres o entre dos mujeres, sino el ayuntamiento entre el poder religioso y el secular, porque bajo ese maridaje han florecido métodos de lucha contra lo que el Santo Oficio llamaba “el pecado nefando de sodomía” tales como la hoguera, la castración en acto público, la confiscación de bienes, el calabozo y los azotes. En apenas cuatro siglos, la Iglesia se ha modernizado (lo admito sin cortapisas) y ha pasado de las parrilladas inquisitoriales (en tiempos más recientes, el reichsführer de las SS, Heinrich Himmler, prescribía la matanza sistemática de homosexuales porque éstos, decía “pueden aniquilar a Alemania”) a la simple discriminación social y jurídica, pregonada por usted (La Jornada, 22/12/2009 y 28/12/09), y a la segregación celestial que estipuló Lozano Barragán (La Jornada, 3/12/2009). Toda atenuación de sadismos históricos ha de ser recibida con alivio y aplaudo, por mi parte, el patente esfuerzo de moderación.

Por lo que hace a las adopciones, Monseñor, me complace anunciarle una buena nueva: dicen los especialistas Maribel Nájera, del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia, y Adrián Aldrete Quiñones, del Instituto de la Familia, que los niños adoptados por una pareja homosexual tiene las mismas probabilidades de verse afectados en su desarrollo integral que los menores que crecen en hogares formados por personas de sexos diferentes (Reforma, 27/12/2009). Más: “La Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, que agrupa a más de 50 asociaciones de educación, investigación y terapia sexual, afirmó que ‘ni la homosexualidad, ni la heterosexualidad, ni la bisexualidad, determinan la orientación sexual de los hijos, de acuerdo con numerosas investigaciones científicas internacionales según las cuales los hijos con padres o madres del mismo sexo no tienen por esta situación un desarrollo psicosexual negativo ni sufren daños a la salud mental’” (íbid).

El peligro de que un niño o una niña experimenten agresión sexual está en todas partes: en Internet, claro, y también, acaso, en un hogar formado por dos gays o por dos lesbianas; pero esa clase de violencia la hemos visto, desde siempre, en dominios de los poderosos económicos y políticos (recuerde Ud. la red de pederastas, formada por empresarios y funcionarios, evidenciada por Lydia Cacho), en familias ortodoxas y convencionales, en escuelas públicas o privadas y también, desde luego, en casas parroquiales, nunciaturas, seminarios y conventos.

Razonemos, señor Cardenal: no hay agresión ni barbarie que broten del amor, ya sea en su vertiente mística (agape), en su manifestación familiar y de compañerismo (storge) o en su expresión erótica; la violencia, el abuso sexual y la manipulación afectiva derivan, en cambio, del ejercicio indebido de un poder (el del padre, el del cónyuge, el del maestro, el del guía espiritual, el del patrón...) sobre una persona vulnerable. Permítase, pues, que las familias se formen como puedan y por los caminos que sus integrantes decidan, sin exclusiones ni discriminaciones, y establézcase un compromiso verdadero contra las agresiones sexuales a menores, ocurran en donde ocurran, y sea cual sea la condición social, económica o religiosa de los agresores.

Le expreso, por último, buenos deseos para el año que comienza.

19 comentarios:

Bogador y caminante dijo...

Saludos y un gran abrazo, Pedro Miguel.
Si me lo permites yo también firmo esa carta. Así, sin cambios.
Perdón por lo "llevadito".

Roque Nuevo dijo...

No funciona la moral de Kant de manera que se imagina qué pasará si todo el mundo actuara de tal o cual manera y después ver si el mundo estará mejor, peor o si se quedara igual?

De esta manera el matrimonio gay pasa la prueba y las sandeces emititos por Cardinales eminentes e ignorantes no.

¿O me equivoco?

Trajesdedías dijo...

Hola Pedro,

Agradecido con tu carta. Comparto la posición sobre el matrimonio. Algunas luchas que han buscado "tener los mismos derechos" a veces terminan por caer en no ser reconocidas; larga lista si pensamos con las feministas, el movimientos queer y el mov. homosexual. ¿Qué nos hace diferentes? Creo que nada en lo absoluto.

Pedro, gracias por tus palabras.
un abrazo fuerte,
tu amigo
isaac g.

Mariana dijo...

Estimado Pedro Miguel su carta es como agua fresca en medio del ambiente enrarecido que priva entre los que están a favor del matrimonio homosexual y los que lo reprueban.

En un mundo ideal, el Cardenal Rivera le respondería de la manera sensible y razonada con la que usted escribió esta carta e iniciaría una de esas discusiones que iluminan y que tanto nos hacen falta para dar el golpe de timón y navegar hacia un país mas justo para todos.

Se que con este deseo estoy pidiendo muchísimo...a ver si los reyes magos me lo cumplen y el 6 de Enero (o antes) aparece aqui (o en mi zapato) una respuesta civilizada y preclara del Cardenal ;-)

Saludos y un buen 2010!

Mariana

eMi dijo...

Se puede decir más alto, más claro, no. Enhorabuena por enviar la carta que nadie habría sabido escribir mejor.

Con tu permiso, añado mi firma.

Un abrazo y, soltero o casado, feliz 2010.

A dijo...

Pedro Miguel, querido gracias, gracias, gracias...

¿puedo copartir este texto? (usando, claro esta, los respectivos creditos y liga a tu blog)

Espero respuesta, gracias por si o por no, igualmente

Besos lesbicos
A.

Pedro Miguel dijo...

Bogante: Llévate, llévémonos, fírmale.

Roque Nuevo : Tú y yo empezamos a estar de acuerdo con cierta frecuencia. ¿No te escandaliza?

Issac: Muchas cosas nos hacen diferentes pero no hay ninguna que justifique la pretensión de hacernos desiguales ante la ley, ante la sociedad y, para quienes quieran creer (no es mi caso), ante Dios. De lo que se deduce que una cosa es la igualdad y otra, muy distinta, la uniformidad.

Mariana: La verdad, la verdad, te deseo que 2010 te traiga cosas más divertidas que una respuesta de Monseñor. Pero concedo que sería muy edificante que contestara.

aQuieSTásTú: Si muchos pensamos con claridad, lo de menos es quién lo formule. Bienvenida, tu firma.

A: El texto es tuyo. No, perdón: es de cualquiera que se reconozca en él. Gracias siempre por reproducir y difundir. Besos bugas, ja.

¡Abrazos pa’tod@s!

David H. dijo...

Una buena critica no estaria bien balanceada sin su contraparte.

En primera puedo decir que la redaccion de dicha carta es excelente.

Un trabajo de Dialectica.

Pero no siempre se llega a conclusiones ciertas, aun usando hipotesis verdaderas.
Resultaria paradojico que basandose en estudios citados se invalidara lo que muchos pensamos.

Los expertos en sociologia explican lo que los grupos sociales hacen, no dictan lo que los grupos sociales deban hacer.

Estando de acuerdo en que parejas del mismo sexo se casen o hagan con su cuerpo lo que deseen, me enfoco en la adopcion por parte de ellos.
Al ser parejas del mismo sexo saben implicitamente que no tienen como, hablando biologicamente, no tiene forma de reproducirse.
Ellos lo saben.
Y si asi escojen formar una pareja y ser familia, con o sin reconocimiento legal, es su desicion.
Ahora suena practicamente a imposicion el ponerlos a pensar si pueden, deben o tienen derecho en adoptar.
En lo personal estoy en contra de la adopcion por parte de parejas del mismo sexo ya que ellos mismos saben que no pueden tener hijos.
O acaso se piensa que deban adoptar para ser familia ? Claro que no. Desde el momento que son pareja ya son familia. Nos guste o no.
Usualmente se ha dado un peso considerable a los escrito por periodistas o columnistas en revistas o periodicos, en estos tiempo de internet su opinion es otra, muy respetable claro y con gran reconocimiento, pero es solo otra opinion entre las miles que hay ahora respecto al tema.

Entre las que he escuchado es el desacuerdo en que la ALDF haya aprobado las adopciones por parte de parejas del mismo sexo.

Espero que este escrito tenga a bien publicarlo y no sucumba ante lo mismo que usted critica. La intolerancia.

Un Saludo y Feliz Año

Un saludo

Roque Nuevo dijo...

Pedro: Es un honor para mi que te fijaste. ¿En serio pensaste que me oponía al matrimonio gay? He estado a favor desde antes que tú nacieras. Y tendría elucubraciones similares como las tuyas: si los gays quieren entrar al matrimonio, que normalmente es el cementerio de la pasión, bienvenidos. No le pueden hacer más daño que ya tiene y probablemente harían algo para renovarlo. De ahí mi elucubración sobre la moral de Kant.

Pero te tengo que aclarar que no empezamos acá a estar de acuerdo, ni siquiera en el pasado reciente. Siempre hemos estado de acuerdo en más que estamos en desacuerdo. Me atrevo a decir que estamos de acuerdo en las cosas más importantes y en desacuerdo en cosas no tanto, como ideología de gobierno.


Claro que no me escandaliza estar de acuerdo contigo. Estoy muy acostumbrado a estar de acuerdo con gente que nunca tendría por amigos. Lo contrario también es verdad, que es uno de mis problemas: estoy acostumbrado a no estar de acuerdo con gente que sí tendría por amigos. Nuestras discusiones anteriores están es esta categoría, según yo. Además que me has servido de inspiración con tu entrega al arte, sobre todo. ¿Quién más que tú pasará las horas escribiendo sonetos chistosos para publicar en un blog, donde se van a reír unos cuantos cuando mejor podrían hacer algo que les gane dinero? De hecho, creo que el escandalizado eres tú.

Cynthia dijo...

Como esos culeros de la jornada no pasan ningún comentario, te lo voy a poner aquí:

Te amoooo. Dame el sí.

Dolores Medel dijo...

Listo, Pedro!!

Ya mandé un chingo de mails con esta carta, porque podría casi asegurar que Veracruz es uno de los estados con más ciudadanos gays en este país. Es sorprendente, por ejemplo, cómo llegan personas de todo México a vivir al puerto porque aquí se sienten menos rechazados que en sus ciudades de origen. Me consta, conozco much@s.

Abrazos hartos por este nuevo año, saludos afectuosos y llenos de agradecimiento, admiración y cariño.

alberto dijo...

Lola, gracias por enviarme la carta!!! Aunke yo si soy oriundo de veracruz, jejejejeje...y no me parece ke aki haya mas apertura ke en otros lugares. Simplemente cuando pones "distancia", la perspectiva es otra!!! Ta' buena la carta Pedro...fuiste bastante educado con Norberto, por el simple hecho de responderle!!!
Supongo ke le tienes cierta compación; y más tomando en cuenta las denuncias por discriminación ke ya se han presentado!!!
Saludos!!!
P.D. A poco todos los matrimonios heterosexuales están obligados a tener hijos???!!!

Pedro Miguel dijo...

David H.: Las parejas homosexuales (de hombres o de mujeres) NO pueden reproducirse pero SÍ pueden, cada cuál por su lado, y de diversas maneras (cogiendo directamente con alguien del sexo opuesto o fecundando in vitro, por ejemplo), tener hijos biológicos o medio biológicos, si prefiere) que crezcan en un entorno familiar definido, o en dos. Así ocurre, de hecho, con varios gays y lesbianas que conozco, pero la situación legal es de graves riesgos y de desamparo. Esta precisión, me parece, junto con la que formula líneas abajo Alberto (la pater/mater nidad no son una obligación, sino un derecho de ejercicio opcional) deja sin asideros el resto de su argumentación. No me queda muy claro a qué viene eso de que mi opinión “es sólo otra entre las miles”; en todo caso, le aseguro que el hecho de ser corriente cruzado con callejero, sólo uno más (no entre miles, sino entre decenas de millones), y el no pertenecer a élite alguna, me resultan un honor que no cambiaría por nada del mundo.

Roque Nuevo: ¿Antes de que yo naciera? Uh, pues debes haber andado dando brinquitos, porque la Tierra aún no se enfriaba... Lo del escándalo era sólo una broma. Y ya verás: un día, Bill Gates se maravillará de mis “sonetos chistosos” y me ofrecerá la mitad de su fortuna a cambio del copyright, ja.


Cynthia: ¿Cómo le voy a dar el sí a un ojo, por hermoso que sea? ¿Y qué tal que es una emboscada y resultas ser el ojo de Dios?

Lola: Mil gracias por la difusión, y concuerdo con que hay, allá, una tolerancia social mayor a la homosexualidad que en otras zonas del país. Se le quiere mucho, niña.

Alberto: Ninguna compasión. Simple intento por ensayar una interlocución civilizada, más allá de las descalificaciones absolutas (casi anatemas, diríase) que suele lanzar el personaje y de las chungas que hacemos de él del lado de acá. Y para eso hay que expresarse en forma educada.

Abrazos a tod@s.

El Ciudadano X dijo...

Me uno a la felicitación por tan exquisita prosa y decente mensaje, en realidad en mi caracter de ciudadano encabronado, me salen mejor las mentadas de madre a todos los poderosos de la politica y el clero, pero tras esta relajante lectura (como dice Mariana) "agua fresca" me queda claro que los argumentos existen y se pueden expresar sin darnos con la mano del metate.
Ojalá y escuchara o leyera algo así de coherente por parte del clero para oponerse a las uniones entre dos personaes del mismo sexo, mas alla de la "exclusividad" de la palabra de Dios.
Un abrazo y me uno a la difusión

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Citando el comentario de David H:
"En lo personal estoy en contra de la adopcion por parte de parejas del mismo sexo ya que ellos mismos saben que no pueden tener hijos.
O acaso se piensa que deban adoptar para ser familia ?"

Tambien existen parejas heterosexuales que saben que no pueden tener hijos y aun así desiden casarse y adoptar, o acaso se piensa que deban adoptar para ser familia?? Me parece un comentario muy mocho de tu parte, no deberías hacer diferencias por las prefencias sexuales. Además me parece muy triste y frustrante que no se haga mucho por terminar con esta clase de comentarios por parte de las autoridades religiosas que si bien son libres de pensar las pendejadas que quieran, influyen sobremanera en el pensamiento de todos los que profesan la religión ya que supuestamente es aberrante porque así lo dice "el señor", hacen que me den ganas de vomitar.
Por cierto, buena carta del autor.
...Lo siento, tuve que corregir el comentario un par de veces ¬¬ es que tuve que suprimir las groserías casi inevitables.

Maik Civeira dijo...

Excelente texto: racional y respetuoso, todo lo contrario del cacareo intolerante de la derecha religiosa.

maría de lourdes aguirre beltrán dijo...

Pedro Miguel:

Coincido totalmente, hasta con los puntos y comas de tu texto.

Un abrazo