“CÁRDENAS, Tab.— Hastiada de la escasez de agua y del peregrinar en las calles en busca de cajeros con servicio, así como el de verse obligada a realizar fila para comprar gas y víveres, y ante la carencia del servicio de recolección de basura, doña Ximena Cano le exigió a su marido que la mandara con sus familiares mientras se normaliza la vida de esta capital. “Es imposible vivir así”, se queja la señora mientras espera en la fila para comprar los boletos de autobús para ella y sus dos hijos. Con domicilio en el fraccionamiento Usumacinta, que quedó a salvo de las corrientes desbordadas del río Grijalva, también dice que es imposible tener todos los días encerrados a sus hijos, mientras no hay clases. No soportó tampoco que durante el día y más en la noche, toda la ciudad se encuentre sin actividad. Además, sin cafés, ni restaurantes, ni cines, “es desquiciante”, expresa al comentar que ni ella ni sus hijos pueden aguantar que ninguna de las plazas comerciales de esta ciudad proporcionen servicio. Doña Ximena dice además que mejor se van para no correr peligro de contraer enfermedades producto de la anegación de aguas en las calles, pues considera que serán foco de infección.”
De El Universal, 5 de noviembre de 2007
4 comentarios:
Esta señora se oye sincera por lo menos, muchas personas que he escuchado y leido se quejan de la comida (como si comieran 3 veces al dia y lo que dicta la piramide nutricional).
Yo ya me coopere con latas de atun y leche en polvo.
Por cierto mañana se abre el centro de acopio de la UNAM.
Estara ubicado en el estadio Olimpico.
Sip, Caminante, hace un ratito vi que estaban instalando una tienda de campaña frente al Estadio. Oye, y el hecho de que la gente no coma bien en circunstancias normales no es justificación para darle, ahora que está damnificada, comida podrida, ¿no?
Lo de la comida podrida no tiene justificacion, aunque no he leido algo al respecto.
Aunque no seria sorprendente que ocurriera, es mas tristemente podria asegurar que es lo normal en este tipo de situaciones.
La información apareció ayer en La Jornada. Es una práctica usual también en circunstancias "normales".
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