Hoy mi hija está por entrar a la secundaria y tiene una mentalidad tolerante, incluyente, responsable y respetuosa de sus semejantes. En un tiempo más, no sé cuánto, su su transformación hormonal la introducirá a la vida amorosa. Desde aquella primera charla, hemos tenido varias pláticas sobre el amor, el sexo, el embarazo, el aborto, la masturbación, las preferencias e identidades sexuales, el alcohol y las drogas, el sida, los antros, la pornografía, la vida y la muerte. Tengo la tranquilidad de que cuenta con los elementos de juicio necesarios como para no poner en riesgo su integridad física y sé también que, por fortuna y por desgracia, va a pasar por momentos muy dolorosos por culpa del amor, como nos ha ocurrido alguna vez a todos los seres humanos, tal vez con la excepción de Simeón el Eremita.
No voy a quererla más, o menos, en función del sexo de las personas a las que ame y por las que sea amada. Sé que sus impulsos afectivos y sexuales, independientemente de que sean bugas o gays, no le causarán conflictos morales, culpas ni sentimientos de exclusión social. También me hace muy feliz pensar que, gracias a las reformas al Código Civil del DF, si en un futuro comete la tontera de casarse –muy su derecho, aunque a mí el matrimonio me parezca una pésima idea– podrá hacerlo, con toda libertad, con quien le dé la gana, sea hombre o mujer, blanca o negro, católica o musulmán o seguidor de Tezcatlipoca, sordo u oyente, zurdo o diestra.
Mi hija tiene tres nombres y el tercero es Libertad. Creo haber honrado el propósito de ponérselo. No me es fácil encontrar un motivo mayor de orgullo.
6 comentarios:
Bien dicen por ahí que la verdadera libertad consiste en dejar a un lado conceptos e ideas.
¡Bravo!
Que afortunada tu hija.
Saludos.
Este es uno de tus textos que me han llegado muchísimo.
Aquí estoy, rompiendo el silencio y la timidez. Te veo en el FB, en el Twitter y aquí. Y tú también.
Pd. Sé que tienes mucha gente, pero para que me ubiques -o no me olvides- soy la de "la guapa trayectoria" de Helguera.
Abrazos fuertes.
Graciela.
Abrazos, niña Lola y LuisD.
Graciela, te ubico perfectamente, gracias por la visita y abrazos también para ti.
Hola Pedro, te comparto que mi hija también lleva Libertad como segundo nombre, y la tolerancia y el respeto como rasgos de su hermoso ser.
Compartiré este artículo-post con la familia. :)
Gracias!
afortunada tu hija y el mundo, uno menos repartiendo vileza por ahí, y todo gracias a la educación y la información : ) gracias!
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