11.6.12

Tropiezo del metiche


No se pudo aguantar: Felipe Calderón está chípil porque ya nadie le hace caso, necesita llamar la atención a como dé lugar, y se metió al debate entre aspirantes presidenciales por la puerta de atrás, como acostumbra. En esta ocasión, la llave de la puerta trasera fue un tuit para desmentir el propósito de Andrés Manuel López Obrador de ahorrar 300 mil millones de pesos mediante un severo recorte a los ingresos de los altos funcionarios gubernamentales. Incontinente, pretendió enmendar la plana al tabasqueño:


Según sus propias cifras, Calderón miente. El 3 de diciembre de 2006, cuando fue impuesto en la Presidencia por las cúpulas empresariales y por la embajada de Washington, el usurpador saliente implantó un remedo del programa de austeridad de su contrincante: “se bajó el sueldo en 10 por ciento y decretó la misma medida para los secretarios de Estado, subsecretarios, oficiales mayores y titulares de unidad”; con ello, dijo el mismo Calderón, se lograría un ahorro por 25 mil 500 millones de pesos. La suma la confirmó el propio sedicente constitucional un año más tarde. Desde ese entonces se le dijo que mejor haría en plagiar bien y completo, reducir esos salarios en 50 por ciento –que era, y sigue siendo, la propuesta de López Obrador– y ahorrarle al erario 125 mil millones de pesos. Se hablaba únicamente de salarios, pero si se incluye el total de percepciones de esa casta dorada de servidores públicos y se actualiza las cantidades a 2012, la magnitud mencionada por Andrés Manuel (cientos de miles de millones) adquiere sentido.

De lo perdido, lo que aparezca. Incluso con sus mentiras, Calderón admite de manera implícita que las finanzas nacionales pierden mil millones de pesos anuales en el exceso remunerativo a la pandilla de funcionarios que integran su desgobierno. Si sus números fueran ciertos –que no lo son, como está demostrado– bien haría en rebajar 50 por ciento los salarios de su camarilla de aquí al 1 de diciembre y con ello el país se ahorraría 500 millones de pesos que buena falta hacen para educación y salud. No lo hará, por supuesto.

De todos modos, cuando comparezca ante un tribunal, se descubrirá que sus pillerías son infinitamente mayores que eso. Ya lo verán.

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