19.9.04

Estados Unidos, en resistencia

  • Un exhaustivo reportaje
  • La captura de Bush
  • El turno de los ofendidos


MI AMIGO WALID no entiende la animadversión y el odio que recorren el mundo a raíz de la ocupación de Estados Unidos por fuerzas de la coalición de Medio Oriente (CMO). Argumenta que esa operación bélica no tenía por propósito la muerte de treinta y tantos mil civiles ni la inimaginable destrucción material realizada hasta ahora en el país del norte, sino prevenir nuevos ataques contra la seguridad de los países árabes e islámicos y de sus habitantes, salvar al mundo del peligro de las armas de destrucción masiva acumuladas por Washington en seis décadas y liberar a los propios estadunidenses de un régimen corrupto y corruptor, represivo y opresivo, antidemocrático, belicoso y expansionista. Walid cree sinceramente que los combatientes estadunidenses que combaten a las fuerzas ocupantes y a sus aliados locales son integristas cristianos que deben ser erradicados porque amenazan la libertad, o imperialistas despiadados y ciegos o chovinistas occidentales empeñados en exterminar a todos los árabes. Más aún, piensa que la violencia de la CMO es legítima y que tiene probabilidades de conducir a una victoria. Para ofrecer a mi amigo iraquí algunos elementos de reflexión, redacté una brevísima recapitulación de esta guerra. Y justo cuando estaba en la corrección final, Miguel Alonso me hizo el favor de enviarme copia, en formato pdf, de un amplísimo reportaje que circula en Francia sobre este vergonzoso episodio de la historia inmediata. Aunque en un primer momento pensé en tirar mi texto a la basura para evitar acusaciones de plagio, a la postre decidí publicarlo, incluso con ilustraciones prestadas del reportaje francés, y de poner este último a disposición de los lectores (pueden encontrarlo con el título de “Reportaje” en la sección Files de nuestro foro en Communityzero) para que cada cual juzgue si es piratería o coincidencia. Entro en materia.

CUANDO, A FINES del año pasado, el mando de las tropas islámicas en Washington anunció la captura del hasta entonces prófugo George W. Bush, la mayor parte de la gente de buena voluntad en el mundo soltó un suspiro de alivio. El criminal de guerra fue descubierto en su guarida precaria construida al lado de una vivienda rural de Texas y poco después fue exhibido al mundo, sucio y desorientado, como animal en una jaula. “Lo agarramos como a una rata”, dijo el coronel Muhammad Hamza Zubaydi, en declaraciones que fueron festinadas por diarios y noticieros en Bagdad, Estambul, Teherán, Riad e Islamabad.

http://www.foxnews.com/story/0%2C2933%2C105706%2C00.html

EL ESCARNIO FUE considerado una muestra de inhumanidad, pero ello no empañó el regocijo por el hecho de que el gobernante violento, corrupto, cruel e ignorante había dejado de ser, al fin, un peligro para el planeta. Con su detención --y la perspectiva de que fuera sometido a juicio en su propio país, donde corría el riesgo de ser condenado a la pena de muerte de la que él mismo era ardiente defensor-- se desvanecía el riesgo de nuevas guerras, de nuevos atentados terroristas con bombas de precisión y de años adicionales de opresivo integrismo cristiano sobre su propio país; pero además se pensaba que la resistencia estadunidense a la ocupación iría en disminución y que el enorme país del norte podría, a la postre, encaminarse a un proceso de estabilización guiado, en un principio, por la autoridad militar del general Izzat Ibrahim al-Douri, y que podría concluir en la elección de un gobierno autóctono verdaderamente democrático y depurado de las mafias petroleras texanas.

http://www.cnn.com/2003/WORLD/meast/12/16/sprj.irq.main/ 

http://www.issues2000.org/George_W__Bush_Crime.htm 


ATRÁS QUEDO LA difícil y turbia negociación entre Saddam Hussein, Osama Bin Laden, Pervez Musharraf, Ahmet Necdet Sezer, Abdalá bin Abd al-Aziz y el ayatola Ali Jamenei para formar una coalición contra Estados Unidos, así como los disensos de Bashar al-Asad y Hosni Mubarak, quienes se opusieron siempre a participar en una aventura sin aval de la ONU y que generaba el rechazo mundial porque era vista como una guerra de sometimiento y rapiña más que como un intento sincero por destruir los pregonados arsenales estadunidenses de armas de destrucción masiva. Ante la sorpresa generalizada, los atacantes demostraron que, en lo referente a esas armas, habían tenido razón: tras las sucesivas rendiciones de las tropas que defendían Nueva Orleans, Baltimore, Atlantic City, Washington, Nueva York y Boston, fueron descubriendo cantidades delirantes de bombas atómicas con las cuales se habría podido borrar del mapa a todos los países de Medio Oriente y Asia Central, e incluso al conjunto de la civilización humana.

http://www.uscoldwar.com/ 

http://www.nukefix.org/ 

http://fas.org/nuke/ 

http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/americas/2779069.stm

EN ESE MOMENTO los inconvenientes de una hegemonía mundial islámica (incluso de sus componentes más radicales y fundamentalistas) fueron vistos por muchos como un mal menor, porque a la larga resulta más fácil deshacerse de una tiranía de ayatolas y de tiranos seculares que de un invierno nuclear como el que habría podido desatarse en caso de que Bush presionara el botón rojo.

EL OTRO ARGUMENTO de los invasores, la necesidad de poner un alto al hegemonismo político, económico y cultural de Washington en el mundo no obtuvo, en cambio, respaldo sustancial entre las sociedades no islámicas. Sí, muchos países han vivido los agravios del complejo militar-industrial-financiero de Estados Unidos, empeñado en imponer (mediante presiones económicas y diplomáticas, o bien por la fuerza de sus ejércitos) un modelo único --y a veces inviable-- de democracia representativa, una ortodoxia económica favorable al libertinaje comercial y financiero, generadora de desigualdad y miseria, y una organización social en la que el mall remplaza a la comunidad y en la que la singularidad étnica, individual o colectiva, se reduce a llenar un campo variable en la ficha de una base de datos con propósitos de marketing: “Select your minority”. Pero innumerables personas de buena voluntad piensan que ese odioso imperialismo político, económico y cultural puede y debe ser enfrentado por otros medios y no justifica, en todo caso, el bombardeo despiadado de la población civil de Minnesota, Vermont o California, la destrucción de la soberanía de Estados Unidos ni la rapiña de su economía. ¿Qué tiene que ver el antimperialismo con la concesión otorgada sin concurso a una firma afgana para que opere el servicio estadunidense de correos? ¿Cómo explicar que Amtrak y Greyhound estén siendo operadas por Uday Hussein? ¿Qué clase de “guerra justa” es ésa en la que un holding turco se hace cargo de las adquisiciones para los condados de Nueva Inglaterra?

LOS HABITANTES DEL país vecino están hartos de las “bombas de precisión” que caen en residencias privadas de los suburbios de Filadelfia (ha ocurrido ya en Wayne y en Villanova), de los pilotos iraquíes que arrasaron el One Time Warner Center en Nueva York o de los mandos militares que, en los días posteriores a la caída de Washington, permitieron el saqueo del circuito de museos alrededor del Mall y se quedaron viendo cómo las muchedumbres metían fuego a la Biblioteca del Congreso. Por lo demás, a la mayor parte de los habitantes del país ocupado les resulta un agravio la existencia del régimen títere que encabezan Ross Perot y Lyndon LaRouche, sujetos con tanta credibilidad en su país como la que puede tener --lo digo sólo para ofrecer a mi amigo Walid una dimensión de los agravios-- Ahmed Chalabi en los círculos políticos de Bagdad. Ese “gobierno provisional”, no hay que olvidarlo, ha volteado la vista a otro lado mientras los interrogadores saudiárabes e iraníes humillan, torturan y asesinan a los combatientes locales capturados en el centro de detención anexo al aeropuerto O’Hare, de Chicago y en otras prisiones militares.

http://www.disinfopedia.org/wiki.phtml?title=Ahmed_Chalabi


LA SEMANA PASADA los insurgentes estadunidenses volaron un transporte blindado iraquí cuando éste circulaba en el cruce de la avenida Nueva York y la calle 11, cerca del Centro de Convenciones de la capital ocupada. Varios ocupantes murieron en el acto y sus cadáveres quedaron tirados en el asfalto. Un grupo de civiles estadunidenses se congregó en el sitio y aplaudió y bailó frente a los cuerpos achicharrados de los soldados iraquíes. Me compadezco de la suerte de esos pobres muchachos enviados a una muerte estúpida por designio criminal de Saddam Hussein, quien de seguro enviará a los deudos de los caídos, en Ramadi y Bagdad, medallas póstumas, banderas y pésames, pero a quien en el fondo le importa un bledo la vida de sus soldados. Encuentro que toda muerte violenta es lamentable e injustificable, pero, al mismo tiempo, no puedo dejar de comprender la rabia y el dolor que empujan a las pequeñas muchedumbres estadunidenses a festinar cada baja sufrida por sus invasores. Es, para decirlo en palabras del poeta salvadoreño Roque Dalton, el turno de los ofendidos.

http://www.jornada.unam.mx/2004/09/13/027n3mun.php?origen=index.html&fly=1

http://1guanaco.blogspot.mx/2009/03/el-turno-del-ofendido.html

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dalton_roque.htm

http://amediavoz.com/dalton.htm

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