- Cómo unirse a la campaña
- A falta de votos, cartas a nuestros amigos del otro lado
LA CAPACIDAD DEL gobierno estadunidense de intervenir
en asuntos de otros países es tan vasta, aplastante y polifacética, que se ha
vuelto lugar común el que toda la humanidad debiera tener derecho a participar
en la política interna del país vecino, en cuyas contiendas se pone en juego la
manera en que llegarán los embajadores o los marines a tu casa
a pedirte que abras el sector público de la economía a la inversión extranjera,
los modales con que el Departamento de Comercio te solicitará que pongas de
cabeza tu agricultura, así como los términos en que tarde o temprano te
plantearán la disyuntiva: o quitas a tus gobernantes por las buenas o tu
población participa, en calidad de objetivo, en el test de inteligencia que se
aplica a los modelos recientes de misiles y bombas.
POR SUPUESTO, LA institucionalidad del país vecino no
está nada dispuesta a permitir que el resto de la humanidad sufrague en los
comicios locales. Si hace cuatro años Florida les negó el derecho al voto a
decenas de miles de estadunidenses negros, a ver cuándo nos lo conceden a los
que tenemos pasaportes de otros países. Así las cosas, los intentos de influir
en la política estadunidense desde el exterior se vuelven obligadamente
retorcidos: los fundamentalistas islámicos estrellan aviones llenos de gente
contra edificios neoyorquinos; en contraste con esa resolución homicida, los
latinoamericanos, menos truculentos y rencorosos, adoptamos una postura más bien
contemplativa y preferimos sentarnos a esperar a que el incierto vuelco
demográfico que podrían producir los hijos o los nietos de nuestros hermanos
que emigran al norte del río Bravo se traduzca en un cambio en la correlación
de fuerzas políticas en Estados Unidos y que ese cambio genere, a su vez, una
actitud nacional menos arrogante y abusiva hacia el resto de las naciones.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/9715191.htm
http://www.ciberoamerica.com/imprime/imprime.cgi?nota=/articulos/notas/fuentes.txt
http://www.guardian.co.uk/uselections2004/story/0,13918,1326033,00.html
UN OBSTÁCULO ADICIONAL para que los extranjeros
influyan en la política estadunidense es el escrúpulo natural ante cualquier
acción intervencionista. A diferencia del grueso de los gringos, que crecieron
con la idea de que su gobierno tiene el derecho (humano o divino) de hacer lo
que le dé la gana en el resto del planeta y que su Constitución es válida en
todo el mundo, los ciudadanos de otros países solemos otorgar un valor moral
importante al respeto a los asuntos internos de otras naciones. Pero esa
consideración tiene un límite, porque todo Estado que se erige en imperio acaba
haciendo pedazos, más temprano que tarde, su propia soberanía, en forma
parecida al Amo que, decía Hegel, abdica a su humanidad a favor del esclavo:
Roma sometió a los pueblos semitas de Palestina y terminó avasallada por las
creencias de una secta judía; el imperio ruso conquistó los pueblos del Cáucaso
y unos siglos después un georgiano se hizo con el poder en Moscú y mandó al
otro mundo a millones de rusos --y de polacos, ucranianos, uzbekos, kazakos,
armenios, letones y lituanos, más otros--; hasta la fecha, parte de los “asuntos
internos” de Rusia se dirimen en las montañas chechenas. Las antiguas
metrópolis europeas, por su parte, están siendo colonizadas por sus ex
colonias.
EN 1976 JAMES Carter fue víctima de los odios contra
Estados Unidos que sembraron sus predecesores en Irán. En los años 80
Washington patrocinó a los combatientes islámicos que se oponían a la presencia
soviética en Afganistán, lanzó cruentos ataques aéreos sobre Libia, bombardeó
sin piedad las montañas del Shuf, en Líbano, aprobó con una mano la “acción
preventiva” de Tel Aviv contra el reactor nuclear de Osirak mientras que con la
otra le daba a Saddam Hussein amistad, dinero y armas (convencionales y
químicas) para que las usara contra Teherán y los kurdos, respaldó bajo la mesa
las acciones terroristas del gobierno de Pakistán contra la India y a
principios de los 90, y con el pretexto de liberar Kuwait, descoyuntó a miles y
miles de iraquíes inocentes. George W. Bush no conoce la historia, ni siquiera
la historia inmediata de su país en tiempos de su papá, y tal vez por eso al
día siguiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001 se preguntó, con
acento seráfico (y puede ser que hasta con sinceridad) “¿por qué nos odian?”
Acto seguido, hizo todo lo que estaba a su alcance para consolidar y
multiplicar los odios contra el gobierno estadunidense en los cinco continentes.
Diversos sondeos reflejan la percepción internacional de que Bush es el peor
presidente gringo posible, pero hay una gran distancia entre ese sentir mundial
y las acciones para respaldar a los estadunidenses maravillosos que se empeñan
en echarlo de la presidencia.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/estados_unidos/newsid_3640000/3640544.stm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_3713000/3713580.stm
¿CÓMO HACERLO? ¿Cómo traducir el 5 por ciento de
popularidad de Bush en España en una desventaja electoral real en Estados
Unidos? The Guardian menciona una forma en la que los no
estadunidenses pueden hacer campaña de cara a los comicios de noviembre:
escribir cartas a votantes del país vecino, exponerles la preocupación ante la
catástrofe mundial que sería la reelección de su actual presidente y pedirles
que voten contra él en las elecciones del mes entrante. Consultado por este
columnista, el analista internacional Peter E. Nanukowsky señaló, sin embargo,
que la recepción de misivas de desconocidos extranjeros que incitan a votar
contra Bush podría ser contraproducente en el ánimo de muchos estadunidenses, y
recordó que “uno de los ataques de Bush contra su adversario demócrata ha
consistido en atribuirle actitudes internacionalistas y en insistir que Kerry
pretende darles voz y veto a los europeos en asuntos de seguridad interna de
Estados Unidos”.
HAY OTRAS POSIBILIDADES de influir en los comicios. La
organización Tell an american to vote (Dile a un estadunidense
que vote) menciona que hay más de 7 millones de ciudadanos de la Unión
Americana que viven fuera de su país, y contrasta esa cifra con los
537 votos que marcaron la diferencia (según los fraudulentos resultados
oficiales) en Florida entre demócratas y republicanos y que abrió a Bush las
puertas de la Casa Blanca. Tanto esa como Overseas vote (Voto
de ultramar), partidaria de los demócratas, piden que los estadunidenses que
viven en el extranjero sean exhortados a ir a votar.
https://www.youtube.com/watch?v=zC0i17OGCmk
http://www.overseasvote.com/
LA GENTE DE México y América Latina tiene una buena
posición para incidir de alguna manera en la elección próxima, porque cuenta
con parientes y amigos emigrados que han conseguido la ciudadanía
estadunidense. Este es el momento. Si lo piensas con atención, descubrirás que
muy posiblemente haya en tu entorno al menos una persona con derecho a votar en
Estados Unidos y que posiblemente puedas influir en el sentido de su sufragio.
Por lo que más quieras, por ti, por tus padres vivos o por la memoria de sus
padres muertos, por la paz para tus hijos, por amor a tu pareja, por simpatía a
tus amigos, por compasión a todos los humanos (incluidos, por supuesto, los
estadunidenses), por sentido de supervivencia y hasta por buen gusto, no dejes
pasar la oportunidad y manda todas las súplicas que puedas a todos los votantes
estadunidenses que conozcas para que echen del puesto de mando de la
superpotencia a un tipo tan inepto, ignorante, despiadado y peligroso como
George W. Bush. Haz acopio de toda tu capacidad de persuasión y dirígete a tu
destinatario con afecto y respeto; menciónale el centenar de soldados de origen
latinoamericano muertos en Irak y señálale que sus hijos, sus hermanos o él
mismo pueden aparecer un día en la lista de bajas; coméntale que, así como
invadió Irak para hacerse con el control del crudo de ese país, la mafia
petrolera que domina la Casa Blanca podría considerar conveniente para sus
negocios un ataque a Venezuela, a México, a Ecuador o a Perú; nárrale la
destrucción del barrio panameño de El Chorrillo, en donde, cuatro días antes de
la nochebuena de 1989, el padre del actual presidente de Estados Unidos probó
el poder de destrucción de los aviones F-117, “invisibles” al radar, sobre
casas de techo de zinc y estructura de madera; recuérdale que Bush, cuando fue
gobernador de Texas, y con tal de quedar bien ante sus votantes conservadores,
mandaba a la cámara de ejecución a mexicanos que no gozaron de juicios justos
ni de las debidas garantías legales. Estoy seguro de que tú encontrarás muchos
más argumentos que los referidos para pedir a tus familiares y amigos del otro
lado del río Bravo que contribuyan a sacar de la Casa Blanca al mamarracho
sanguinario que duerme en ella.
http://www.jornada.unam.mx/1999/dic99/991221/panama.html
http://www.cidh.org/annualrep/93span/cap.iii.estadosunidos10.573.htm
http://panamared-2002.americas.tripod.com/articulos/id10.html
Más links contra Bush en:
http://www.communityzero.com/nave
Ilustraciones tomadas de http://www.bushspeaks.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario