10.7.07

La guerra de los ductos


Llevamos una semana de explosiones en gasoductos y oleoductos y hoy venimos a enterarnos que no se debieron a "pinchazos" ni a "bajas de presión", como dijeron las autoridades, sino a que el EPR ha lanzado una "campaña nacional de hostigamiento contra los intereses de la oligarquía y de este gobierno ilegítimo" y que ha decidido meternos a todos en la lógica de los flamazos. Me encantaría saber cómo fue que los señores del "COMITÉ ESTATAL DEL PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO PDPR - COMANDANCIA MILITAR DE ZONA DEL EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO EPR" (sí, así firman, con mayusculotas calibre .45) llegaron a la brillante (hasta ígnea y flamígera, de tan brillante) conclusión de que arruinar la infraestructura de Pemex es sinónimo de "hostigar los intereses de la oligarquía".

Tras la difusión del comunicado eperrista, la Presidencia emitió otro (vean el documento completo aquí, y comprueben que el vocero presidencial Max Cortázar y los subversivos tienen un enemigo común: el idioma) en el que afirma: "se realizan las investigaciones pertinentes para castigar a los responsables." ¿Pues no que la responsable fue la baja presión? ¿Cómo se somete a juicio a una caída de presión?

Hasta ahora, uno pensaba que los únicos interesados en reducir Pemex a chatarra eran los intereses transnacionales --que quieren hacerse de la empresa al menor precio posible-- y sus representantes en el poder político, que ya no encuentran argumentos para vender la paraestatal.

Hay datos adicionales que refuerzan mi teoría: el sentido común ha muerto.




9 comentarios:

grabiel dijo...

la imagen recuerda esta peli: toda una lección de oscuridad.

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no sólo ha muerto, sino que ya güele gacho desde hace un buen rato. mejor es darle santa sepultura y hacernos de otro aliado, más co$to$o y regañón, pero más fiel y sabio, como buen añejo...

abraziux.

Victor Castillo dijo...

Pedro Miguel:
Pareciera, creo, que el sentido común fue privatizado por algún casino transnacional o es que se ha vuelto el menos común de los sentidos.

Un abrazo.

Pedro Miguel dijo...

Gracias por el dato de la película, Gabriel. Ahora mismo me la agencio. Ja, defiendo tu defensa de la peda, pero tengo vedado el recurso: más de dos tragos me indigestan.

Pues sí, Víctor; y sin embargo, algo vivo andará el sentido común, que proliferan las esquelas que anuncian su fallecimiento. Ya me ocupo de eso en una entrega próxima.

Abrazos para ambos.

marichuy dijo...

Pedro
Quizá a causa de la propia pérdida del sentido común (si es que algún día lo tuve), no me creo mucho este asunto. La pequeña sospechosista que llevo dentro me hace ver demasiado “pertinente” la reaparición del, dicho sea de paso, siempre “oportuno” -para desviar la atención pública-, EPR.

No se, pero creo que con este cuento chino quieren que olvidemos al otro chinito. O sea, mucha casualidad ¿no?

Pedro Miguel dijo...

Coincido contigo, Marichuy. Las acciones eperristas parecen un doble complemento para el calderonismo: contribuyen el a destrucción de Pemex y son un buen pretexto para incrementar la represión contra las oposiciones políticas y los movimientos sociales.

No dejo de preguntarme si estamos ante una monumental miopía o ante el reflejo de una manipulación, pero al fin y al cabo da lo mismo.

Anónimo dijo...

Para mí se empieza a aclarar la lógica seguida por esta guerrilla al atacar Pemex, la industria paraestatal que abastece de combustible a todo el país.

Es más o menos sencilla, pegándole a Pemex justo en ese tramo, lograron un efecto de carambola que paralizó parcial o totalmente muchas industrias del Bajío. Dicha región es una zona de añeja influencia panista.

Si lo vemos así, compartamos o no dicha lógica, las acciones del PDPR-EPR cobran algún sentido, eso sí, no muy común.

Otra cosa, casi nadie menciona el objeto de dichos ataques, que es según la propia guerrilla, que el gobierno federal presente a dos de sus militantes, que fueron aprendidos en Oaxaca y desaparecidos el 25 de mayo.

Pedro Miguel dijo...

Si el cálculo fue causar espanto en una zona panista, Estereofónico, pues lo conseguirán, y reforzarán el anticomunismo primitivo e irracional de los panuchos, sinarcas y cristeros del Bajío. ¿Hay que felicitar a los preclaros eperretos?

Creo que exageras con eso de que casi nadie menciona a los dos desaparecidos de la guerrilla. Lo hicieron, por ejemplo, López y Rivas, Montemayor y el propio gobierno, que el mismo día del boletín del EPR anunció que investigaba y buscaba a las personas en cuestión.

Por mi parte, sigo encontrando coincidencias entre el calderonismo represivo y los autoproclamados salvadores de la Patria.

Anónimo dijo...

Supongo que los del EPR no esperan que los feliciten (yo tampoco), sino que el gobierno federal presente vivos a sus compañeros, que según ellos mismos fueron secuestrados por este último. Las últimas declaraciones del gobierno que niegan que estas personas esten detenidas, confirman de paso que están desaparecidas.

Y cierto, Montemayor, López y Rivas y algunas plumas más mencionaron el hecho, pero ¿cuantas más?..., no sé si exagero pero me siguen pareciendo pocas.

Por otro lado, yo por ahora no sé bien si condenar, absolver o no más quedarme viendo a los eperristas por sus sabotajes a Pemex, lo que sí es que trato de entender la lógica bajo la que operaron, aunque no la comparta. Como tú, yo también me pregunté ¿qué estaban pensando estos?

De más está decir que la tesis del "compló" me deja en las mismas, o sea, igual de confundido y creo que hasta con más dudas.

Finalmente, yo encuentro una coincidencia entre Fecal, AMLO, el PRI, PDPR-EPR, PRD, PT, PAN, etcétera; y es precisamente que todos de alguna u otra manera se han autoproclamado "salvadores de la patria".

Pedro Miguel dijo...

Estereofónico: tienes razón. Las desapariciones son u intolerable y ominoso agravio a los derechos humanos, independientemente de quiénes sean las víctimas y es necesario hacer mucho más ruido para atajar el regreso de esta práctica represiva (si es que se trató de eso en el caso de los eperristas); pero no ruido de bombas, porque ese no hace más que allanar el camino a la multiplicación de las desapariciones.

Ciertamente, el conjunto de los políticos y de los político-militares se proclaman salvadores de la Patria; el detalle está en que, como tú mismo lo dices, lo hacen "de alguna u otra manera", y hay maneras que son inaceptables: por ejemplo, robándose una elección o dinamitando ductos de Pemex.