“Ciudad homicida”. Así se titula
el
editorial de ayer del semanario Desde la fe, órgano oficial de
la Arquidiócesis Primada de México, en referencia, precisamente, al
Distrito Federal y al quinto aniversario de la despenalización del
aborto en la capital de la República. Para ese pasquín parroquial,
la interrupción del embarazo como un servicio gratuito de salud
pública es “más reprobable” que el baño de sangre por el que
atraviesa el país porque “de manera institucional y con el apoyo
de los recursos públicos, se ha asesinado a más de 75 mil seres
humanos en los últimos cinco años”. Adicionalmente, “el aborto,
tal como se practica en el Distrito Federal, se ha convertido en la
principal escuela de desorientación para los jóvenes y en el
principal motivo de irresponsabilidad en el ejercicio de su
sexualidad”.
El texto embiste a las organizaciones
no gubernamentales “que expresan, con toda razón, su indignación
ante la masacre que están causando los criminales en México” pero
que “no parecen estar tan convencidas de abogar por la vida humana
en su estadio más indefenso”, y se lanza con una enormidad:
“Algunos defensores de los derechos humanos guardan un cómplice
silencio ante el genocidio que se está practicando en el Distrito
Federal”.
“Más adelante, Desde la fe
afirma con falsedad: “Afortunadamente, la candidata y los
candidatos a la Presidencia de la República han expresado, en sus
encuentros con los obispos mexicanos, su rechazo al aborto”.
Alguien miente aquí, porque, guste o no guste, López Obrador no ha
expresado tal “rechazo al aborto” sino su determinación de
someter el asunto a
consulta pública, junto con el del matrimonio entre personas del
mismo sexo; Peña Nieto, por su parte, manifestó en una entrevista
reciente su
respaldo a la despenalización, si es que sus balbuceos son
correctamente interpretados*. En cuanto a Josefina Vázquez Mota,
bueno... ella es diferente.
La liebre salta cuando el texto
desemboca en una no muy velada exhortación a no votar por los
candidatos de la izquierda en el DF: “Entre aquellos que aspiran a
algunos cargos públicos en la Ciudad de México, se encuentran
quienes impulsaron estas leyes injustas e inhumanas en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal”. El Arzobispado, pues, se
encuentra en plena campaña contra el Movimiento Progresista, es
decir, a favor de las otras opciones. La priísta Beatriz Paredes
desempeñó
un papel activo en la penalización absoluta del aborto por las
legislaturas de varios estados y de Isabel Miranda de Wallace, basta
con verle el gesto para temer que recriminalice la interrupción del
embarazo y hasta toda práctica sexual y cualquier mal pensamiento.
Tal parece ser la razón de fondo para
que los chicos del Arzobispado hayan decidido salir con este
despropósito ofensivo y desorbitado de “ciudad homicida”. Uno se
los imagina, al pronunciarlo, envueltos en la bandera vaticana y
arrojándose del Cerro del Tepeyac. Lástima que en la Iglesia
Católica no haya niños héroes sino menores víctimas de abuso
sexual.
Por lo que a este escribidor respecta,
Valdemar y su jefe, Perverto, tienen todo el derecho de seguir
examinando, por los siglos de los siglos, la pertinencia de bautizar
una por una a sus respectivas células reproductivas y de recomendar
la realización del sacramento matrimonial entre un espermatozoide y
un óvulo antes de que el primero penetre la membrana del segundo.
A lo que no tienen derecho es a hacer
abierto proselitismo político a favor de la reacción en cualquiera
de sus vertientes –la priísta y la panista– ni a inducir el
sufragio de sus feligreses. Tal acción constituye una infracción a
la ley y es, por consiguiente, delictiva.
Tampoco tienen derecho alguno a
perpetrar esa obtrectatio ad urbem, esa calumnia a la capital de
la República. Por supuesto que no conformamos una “ciudad
homicida” Marcelo Ebrard tendría que demandarlos, a nombre de
quienes aquí vivimos y de la institucionalidad que nos representa,
por difamación y deshonra.
Por último, la legislación, señores
del Arzobispado, les prohíbe expresamente encubrir a delincuentes
como esos agresores sexuales a los que ustedes han escamoteado a la
mano de la justicia. Por su propio bien, dejen de hacerlo. Hace unos
años Perverto la libró de panzazo en una corte de Estados
Unidos, pero puede ser que un día no tengan tanta suerte y se vayan
al bote.
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* Transcripción literal de sus
palabras: “Mira, estoy en favor del derecho que tenga la mujer
–personalmente y en mi fuero interno estoy en favor de la vida– y
creo que las opciones... esta opción última del derecho... de darle
este derecho, de tener la mujer este derecho a decidir si
eventualmente aborta o no, que lo debe tener la mujer, y debe
despenalizarse eh... el que este tipo de práctica eventualmente sea
sancionada... pero debe ser una última opción”.
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