9.5.04

Los toques de la red

  • Narcotráfico vs cultura de drogas
  • La Internet pacheca
  • “Farmacias” en línea

EL DOMINGO PASADO se realizó, en la explanada del Palacio de Bellas Artes y en la Alameda Central, un acto en demanda de la despenalización de la mariguana que, según la nota de La Jornada del día siguiente, reunió a un par de miles de adeptos, aficionados o simples librepensadores. Supongo que el acto fue convocado por diversos canales, pero uno de ellos fue la Asociación Mexicana de Estudios del Cannabis (Ameca), en cuya página se publicó este simpático volante:


http://www.amecamexico.org/

EN EL SITIO se promociona la Biblioteca Cannábica de la Ciudad de México con este lema: “Todo lo que quieres saber sobre mariguana y no averiguarás fumando”. La dirección de ese centro de documentación es, ¡oh!, el disputado Centro Cultural La Pirámide (Calle 24 esquina La Pirámide, colonia San Pedro de Los Pinos, a la sombra del distribuidor vial, Metro San Antonio, línea 7), y me pregunto si esa clase de documentación no constituye una de las razones por las cuales el jefe delegacional en Benito Juárez, el panista Fadlala Akabani Hneide, le trae ganas al centro cultural.

LA PÁGINA DE LA Ameca forma parte de una red mundial de sitios cannábicos que propugnan por una cultura de las drogas alternativa al prohibicionismo imperante y políticamente correcto, desde cuya lógica es fácil y tentador meter las propuestas de despenalización en el mismo saco que el tráfico de drogas.

HACE YA AÑOS que cunde la alharaca sobre la proliferación del narco en Internet y sobre la utilización, por parte de los grandes distribuidores, de sustancias ilícitas, de tecnologías de información.

EL SENTIDO COMÚN indica que el narco no tendría por qué hacerle ascos al correo electrónico, a la transferencia de archivos, a las transacciones en línea y a otros procedimientos tecnológicos modernos, como no se los hizo en su momento, al teléfono, al fax y a las calculadoras de bolsillo. La apropiación de tecnologías emergentes es una constante de todo quehacer humano, y dicha apropiación transforma maneras, usos y procedimientos. Un reporte de Oscar del Álamo, titulado España: El narcotráfico del siglo XXI y reproducido en Alfa-Redi, organismo de derecho informático con sede en Lima, señala:

“EL USO DE Internet por parte de los narcotraficantes, como una de las principales vías para hacer sus contactos, ha supuesto una de las principales dificultades para las fuerzas policiales en el momento de desenmascarar a estas bandas. En este sentido, las organizaciones vinculadas al narcotráfico no han dudado en aprovechar el hecho de que comunicarse por módem no sólo es más rápido y barato, sino incluso menos inseguro en comparación con otras opciones que anteriormente pasaban por el robo y tráfico de datos de todo tipo.

“AL MISMO TIEMPO, los narcotraficantes no sólo garantizan así su seguridad sino que, a la vez, gracias a los avances tecnológicos actuales, logran interceptar las propias señales de comunicación interna de los medios policiales, a través de teléfonos celulares y busca-personas destinados a ubicar física y electrónicamente a dichos efectivos.”

EL AÑO ANTEPASADO, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, organismo autónomo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), instó a los gobiernos a emprender acciones para limitar la expansión de las drogas en Internet, tras advertir de que las nuevas tecnologías “han facilitado ciertas actividades delictivas relacionadas con las drogas”.

http://www.alfa-redi.org/revista/data/45-4.asp

UNA DE LAS distorsiones más preocupantes de estos afanes es, como se decía, que muchos ponen en el mismo saco a los productores y distribuidores corporativos de sustancias mal vistas por la ley y a las asociaciones de estudio, de consumidores o de opositores al prohibicionismo legal. Los ámbitos de los primeros son, cabe suponer, necesariamente clandestinos y restringidos, y para tener acceso a ellos hay que ser dealer, consumidor asiduo o policía antinarcóticos. Los segundos operan de manera abierta, entre otras razones, porque no realizan ninguna actividad ilegal.


http://www.canamo.net/ASOCIACIONES/asociacionescanabicas.htm

OTRO SITIO MEXICANO interesante y movido en estas lides es Vive con drogas, en el que se plantea, con un diseño horrendo y una buena información, “construir una cultura de drogas positiva”.

http://www.vivecondrogas.com

UN FENÓMENO COMPLETAMENTE distinto, inscrito en el frenesí comercial y no en las reflexiones grifas, es la proliferación de farmacias en línea, la cual ha generado una suerte de “zona gris” en la venta de drogas si no prohibidas, al menos controladas. Un aspecto particularmente abominable de ese negocio es que opera mediante bombardeos de saturación a los buzones de correo electrónico. Antier, por ejemplo, el señor Elmer McKenna (mckenna@outblaze.com) tuvo la amabilidad de poner a mi disposición cantidades ilimitadas de valium, xanax, vicodin, viagra (en presentaciones de 50 o de 100 miligramos), carisoprodol, phentermine, adipex, tramadol, ambien, butalbital con cafeína, cialis (también llamado “superviagra”), ionamin, meridia, xenical, ciclobenzaprina, flexeril, skelaxin, zanaflex, celebrex, esgic, flextra, fioricet, ultram, ativan, vioxx, zebutal, propecia, diflucan, parches ortho evra, ortho tri cyclen, triphasil, vaniqa, acyclovir, famvir, levitra, valtrex, bupropion y wellbtur, todo ello sin receta médica, entregable a domicilio a cualquier lugar del mundo y pagadero, “mediante transacción segura”, con cualquier tarjeta de crédito.

EL SEÑOR EMANUEL Nicholson (ukbfyrszvcl@getlost.com), por su parte, me envió un vínculo a una suerte de farmacia en línea denominada Canadian Generics, en la cual se venden genéricos equivalentes a ambien, viagra, xanax, phentermine, valium, paxil, vioxx, lipitor y nexium.



REQUISITOS: TARJETA DE crédito vigente y llenado de un cuestionario de antecedentes clínicos, “que será revisado por uno de nuestros médicos”, ajá. Curiosamente, el ingreso al sitio se realiza en un dominio oculto (http://www.micomeds.com) que no está registrado por ninguna empresa canadiense, sino por el señor (o señora, perdón por la ignorancia) Huang Gui Fang, con domicilio en 101 Unit 1 No. 12 Century Garden, Long cheng Str. Shun Cheng district, Fu shun Liaoning 113006, China. Y hasta el jueves próximo.

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