Ilustración: Alejandro Magallanes
Cuando Felipe exhumó
de Hidalgo la calavera,
el cráneo resucitó
y le habló de esta manera:
“Te tengo que maldecir,
usurpador inmoral,
pues me vuelves a exhibir
como el poder colonial.
Mira nomás lo que has hecho
con este pobre país:
lo tienes todo deshecho,
hambreado y muy infeliz;
Mientras tú, con cobardía
estás blindado y chupando,
andan, junto con la mía,
muchas cabezas rodando.
Los que iniciamos la gesta
de 1810,
pedimos de forma honesta
que renuncies de una vez.
Porque si armamos bochinches
por fundar una nación,
tú y tus jodidos compinches
la tienen en postración.
Con entreguistas maneras
ante el gabacho te empinas
y entregas las posaderas
a las firmas gachupinas.
Te dicta la Casa Blanca
qué hacer con la delincuencia;
es extranjera la banca
y no hay austosuficiencia.
Siendo un país productor,
afuera compras el gas
(seguro hay un asesor
haciendo lana de más),
y como te desentiendes
de lo que el país refina,
el petróleo crudo vendes
y compras la gasolina.
Las gentes no son pendejas
y ven, que con indecencia,
tú entre tequilas festejas
el fin de la Independencia.”
El Chamuco
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