10.6.04

Sitios privados, vicisitudes públicas

  • Los portales del gobierno
  • ¿Murat, inmóvil?
  • Morelos: 100 litros de orina

TANTO HAN MACHACADO los neoliberales del mundo sobre la ineficacia de lo público y la eficiencia de lo privado que el resto de los humanos ha terminado por creérselo y ponerlo en práctica, y ahora vivimos al revés y de cabeza: las dependencias de Estado, que tienen la obligación de servir en forma satisfactoria, son en ocasiones un visible muladar, una velada cloaca de corrupción, un evidente monumento a la ineptitud, la apatía y la prepotencia, o todas esas cosas juntas; en cambio las corporaciones privadas, a las que ninguna ley --salvo las del mercado-- obliga a brindar atención correcta y a una presentación decorosa, pretenden ser templos de dedicación, servicio y compromiso, por más que su único compromiso real sea con la máxima ganancia. En las primeras el ciudadano no sufre más abusos que el cliente en las segundas, pero los empaques respectivos --que es lo que cuenta, según los mercadólogos-- suelen ser casi opuestos: de la mugre y letreros escritos con plumón sobre un fólder desdoblado y pegado con diúrex, al mármol impecable y la señalización corporativa en acrílicos tan asépticos que uno se los podría comer sin indigestarse. Por desgracia, según los propios hombres en el poder, el espíritu gerencial que llegó al gobierno para reducir esa brecha no acaba de pegar. En cambio, lo que sigue pegado en la mayor parte de las oficinas estatales de atención al público es el fólder garabateado sobre una pared que pide a gritos una mano de pintura.


EN LA RED OCURRE algo semejante, por más que el contraste no sea tan claro y que en este sexenio --hay que reconocerlo-- los sitios del ámbito federal han crecido notablemente en cantidad, han mejorado en calidad, han diversificado sus servicios y han echado mano de la tecnología, aunque no siempre con sensatez y buen juicio. Gob.mx, el “portal ciudadano del gobierno federal”, ganó recientemente el premio Stockholm Challenge en la categoría de gobierno electrónico, una distinción internacional importante. Ese y otros portales del Ejecutivo federal, como Precisa.gob.mx, Presidencia.gob.mx y E-mexico.gob.mx son, por así decirlo, la “primera plana” o puerta de entrada a un enorme y desigual universo de información de dependencias federales, estatales y municipales, ejecutivas, legislativas y judiciales, empresas privadas y organismos sociales. Allí puede encontrarse desde una utilísima y meritoria página sobre anticoncepción de emergencia (ojo clero: es hora de incorporar al derecho canónico el proceso de excomunión para servidores de Internet)


hasta el sitio institucional de la Procuraduría General de la República (PGR), confuso, farragoso, prolífico en foquitos, luces y efectos especiales; desde el maravilloso compendio de leyes federales de la Cámara de Diputados hasta el organigrama del Estado Mayor Presidencial (EMP); desde un vínculo a la página del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), feo a secas, pero eficiente, hasta una liga a la abundancia solemne, heroica y antimperialista de la agencia Prensa Latina en México. No confundirla, por cierto, con el portal Prensalatina.com, un buscador especializado en “los medios en Internet: diarios, televisión, la radio, revistas...” Al igual que la agencia cubana, esa empresa basa su nombre en la necia confusión entre “latino”, como puede llamarse a Tito Lucrecio Caro o a Cornelia, mujer letrada y madre de Tiberio y Cayo Graco (“más honrada por las sciencias que leya en Roma que por las conquistas que sus hijos hizieron en África”, apunta en su Reloj de príncipes Antonio de Guevara), con “hispanohablante”, como Hugo Chávez, Paquita la del Barrio o el propio Guevara, cuyas obras han sido ya colocadas en una hermosa edición digital por el Proyecto Filosofía en Español.


http://www.gob.mx/
http://www.pgr.gob.mx/
http://www.filosofia.org/
http://www.filosofia.org/cla/gue/guerp231.htm

HACE POCOS AÑOS, las páginas de los gobiernos de los estados eran meras vitrinas de exhibición del Señor Gobernador y de su Señora Esposa. A fin de cuentas, la mayor parte de ellos han transitado a lo que deben ser: medios informativos del quehacer de las autoridades, ventanillas de servicios digitales y portales de los recursos internéticos locales. Pero en los servidores estatales y municipales abundan las fallas graves. Van dos botones de muestra.

SEGÚN EL SITIO WEB del gobierno de Oaxaca, consultado el 8 de junio a las 11:00 y el día siguiente a las 01:20, al gobernador oaxaqueño habría que llamarlo, parafraseando al poeta nayarita, “Murat inmóvil”, pues no ha tenido una sola actividad desde el 11 de marzo de 2003; en esa fecha se interrumpe la reseña de su agenda. Pero, a juzgar por la agitada vida política, policiaca y judicial del ejecutivo estatal, hay que suponer que quien ha estado en la inactividad es más bien el encargado o la encargada del sitio de referencia.


LA PÁGINA DEL MUNICIPIO campechano del Carmen, visitada en las mismas fechas, resultó ser una hermosa fachada con nada adentro. La página de entrada del portal ostenta una barra de navegación horizontal con siete secciones y otra vertical con siete secciones y 28 subsecciones, además de un servicio (“contacta a nuestro presidente”). Ninguno de esos botones lleva a ningún lado, ni siquiera el correspondiente a “Créditos”, donde tendrían que estar los nombres de los responsables de semejante engaño a la (ciber)ciudadanía.


PARA VOLVER A LOS GOBERNADORES, la Conago dispone de un sitio muy mono, patrocinado al parecer por el gobierno de Veracruz y diseñado por el despacho Esquinna de Atizapán de Zaragoza, el cual tiene la simpática manía de traducir literalmente del inglés y denominar “hogar” (home) a lo que la mayor parte de los mortales llama página de inicio. Sergio Estrada Cajigal, gobernador morelense, no es un socio demasiado entusiasta de la Conago, pero eso no justifica que en el sitio de la organización el vínculo hacia la página oficial de Morelos esté mal escrito y no lleve a ninguna parte.


http://oaxaca.gob.mx
http://www.carmen.gob.mx/
http://www.conago.org.mx/

UNA NOTICIA RECONFORTANTE que las autoridades morelenses consignaron el martes en su página (boletín informativo 5507) fue la “evaluación química toxicológica sorpresa” realizada a 480 efectivos de seguridad pública estatales, de los Centros de Readaptación Social, del Consejo Tutelar para Menores Infractores y de la Procuraduría General de Justicia. “José Luis Domínguez Belloc, coordinador general del Colegio Estatal de Seguridad Pública, explicó que el propósito de esta evaluación química toxicológica es detectar si los policías consumen marihuana y cocaína, a través de muestras de orina que son procesadas por un sistema automatizado de inmunoensayo polarizado de luz fluorescente”, dice la nota.

UNA RÁPIDA NAVEGACIÓN por páginas médicas y de laboratorios permite realizar los cálculos siguientes: si un adulto realiza en promedio 4.5 micciones diarias y si la diuresis normal es de unos 40 mililitros por hora en un paciente promedio de 70 kilos de peso, ello da unos 213.3 mililitros por micción, lo que multiplicado por las 480 muestras de los examinados arroja a su vez un resultado total de 102.4 litros de orina, insumo principal --además de los reactivos correspondientes-- de ese operativo para lavar --paradojas aparte-- la imagen de los cuerpos policiales morelenses.

EL LECTOR EFRÉN PÉREZ Vázquez navegó en busca del origen de la palabra inglesa serendipity, mencionada en este espacio el domingo pasado, y gentilmente nos comparte sus hallazgos: “Está basado en el nombre antiguo de la isla de Sri Lanka: Serendip, que por cierto cuando nací todavía se llamaba Ceylán. Además, es un término acuñado de manera relativamente reciente, 1754, por Horace Walpole a partir del relato de príncipes que viajaban para encontrar, accidental pero sagazmente, cosas que no buscaban”.

http://espacestemps.revues.org/article.php3?id_article=170
http://livingheritage.org/three_princes.htm

Gracias, Efrén, por las referencias de aquí arriba, y hasta el domingo.

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