17.8.06

En vista del éxito obtenido



Hace mucho anoté en una servilleta diez remansos tristes y obsesivos de una décima de René Acuña. Estoy tratando de reunir en mi cabeza los fragmentos de ese papel perdido. En algún lugar de mi casa yace un maquinuscrito de Silencio habitado, uno de los dos o tres poemarios (des)conocidos de René. Mientras aparece algo de eso, o algo más, les contaré de un trabajo un tanto insólito realizado por este personaje: la traducción de las 9 cantigas de Pero Meogo del galaico-portugués del siglo XIII al castellano de esa misma época. Esos textos conocieron la imprenta, de modo que el vate no podrá reclamarme nada.

DE WIKIPEDIA: Pero Meogo foi un xogral galego-portugués do que non se ten case información. Sabemos que debeu ser contemporáneo do rei Don Dinís de Portugal (que reinou desde 1279 até 1325), xa este rei-trobador compuxo unha cantiga de seguir que está relacionada coa cantiga de Meogo Levantous´a velida. Consérvanse nove cantigas de amigo da autoría de Meogo.Os especialistas na lírica medieval galego-portuguesa Carlos Alvar e Vicente Beltrán sitúan a obra de Pero Meogo a medio camiño entre a cantiga narrativa e a de amigo. Neste autor vemos un amplo uso de símbolos da natureza, e sobre todo, do cervo.

DE LA “ADVERTENCIA” DE ACUÑA A SU VERSIÓN BILINGÜE: “La versión castellana, que viene frente a los textos, pretende usar un lenguaje contemporáneo al de Meogo; pero el traductor no sólo admite la posibilidad de que haya algunas incosencuencias y anacronismos, ssino que tuvo que trabajar con ellos conscientemente. Su ideal fue traducir el sentido, reproducir los ritmos, y preservar el sabor arcaico de los textos. Per ¿qué traductor puede escapar a su sino? La traducción de la traducción, que aparece al pie de la página, es para aquellos lectores que legítimamente condenan toda pedantería.”








La versión escaneada de las cantigas completas (no me hagan pasar por el escáner las treinta y tantas páginas que corresponden a la introducción, el prefacio, la advertencia, la bibliografía y el índice) están a su disposición. Entregas por pedido, a vuelta de correo.

5 comentarios:

alonso ruvalcaba dijo...

ja. qué buena onda! yo, que soy un anacrónico total, sí quiero más cantigas!

¿me las mandas?

alon.ruvalcaba@gmail.com

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Lo que hace Acuña con las cantigas de Pero Meogo es muy interesante. Su traducción se aleja de lo que se plantean a sí mismos la mayoría de los traductores.
Ehm... erathora01@yahoo.com

alonso ruvalcaba dijo...

mmm...

¿por qué crees, erathora, que se aleja de lo que se plantean los traductores?

me gustaría mucho oír eso, soy aficionadísimo a las discusiones sobre traducción.

un ejemplo de cómo me gusta, a veces, aproximarme a la trad [casi siempre de juego] está acá:

el espectador 23

que es traducción de éste:

the spectator 23

saludos

Pedro Miguel dijo...

Bien, esta noche me dedicaré al spam de cantigas. Y me permito adelantar mi respuesta a una pregunta que le corresponde a erathora: porque una de las motivaciones del traductor es compartir con sus próximos (contemporáneos, coterráneos, cohablantes) algo que está al alcance de él, pero no de ellos.

Para mí traducir es como regresar de Oaxaca con el veliz lleno de chapulines, o de Barcelona, con el macuto repleto de fuet: esos alimentos no son para ti, sino para los tuyos que no pudieron acompañarte al viaje. Y lo singular de la traducción de Acuña, a mi modo de ver, es que no iba dirigida a sus contemporáneos del siglo XX, ni para hispanohablantes difuntos del XIII (los muertos no saben leer, o más bien olvidaron esa habilidad), sino para sí mismo y, acaso, para un puñado de conocedores del español antiguo.

O no: Acuña tradujo para los hispanohablantes vigesimónicos no las cantigas de Meogo, sino la experiencia de los lusitanoparlantes contemporáneos al enfrentarse con el texto original.

Anónimo dijo...

Hey!! Me too! Plis!