24.9.06
A Selam
Niñita: aprendiste a caminar al mismo tiempo que la especie.Tú y tus papás nos dejaron cosas invaluables, como la postura erguida, la maduración lenta, la conquista de las planicies. Pero poco obtuvieron ustedes de sus esfuerzos por volverse humanos: vidas miserables y aterradas, hambre, desamparo nómada.
¿Recibiste un apapacho en tus tres años de vida precaria? ¿Alguien te regaló una piedra plana o un ala de mariposa para que jugaras? ¿Alcanzaste a mudar de dentadura?
Casi bebé, mitad simio y mitad humana, nos entregas ahora lo único que tuviste: unos huesos blandos, que se endurecieron no por el crecimiento sino por el paso de las eras, unos dientes de leche fósiles y unos dedos curvados, testimonio de que el árbol aún te era próximo, y que no te sirvieron para salvarte de la inundación. Tú, que no sabías nada, porque no llegaste a crecer y porque no había mucho que aprender en tu tiempo, ahora nos entregas un edificio de información y conocimiento.
Deberíamos colmarte de sonajas, de figuras de peluche y de rehiletes. Todos los niños de la historia se merecen una cama tibia, un montón de dulces y un dentista de mano suave que les cure las caries resultantes. Pero a estas alturas no hemos logrado la voluntad para dar esos beneficios elementales a nuestros cachorros contemporáneos. Cómo podríamos superar la barrera de tres millones de años para poner un toque de ligereza y bienestar en tu niñez ahogada.
Te quiero, muertita del tiempo.
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3 comentarios:
yo también.
Oh que conmovedora oda....
¿Cómo una pequeña pudo sobrepasar las barreras del tiempo a ese grado?, que hermosa es la vida... y que misteriosa la muerte
P.M.
Despertaste en mi, toda la ternura y amor que los adultos sentimos por los niños y cachorros. - de nuestra y otras especies-
Muertita, Selam: te quiero y mucho.
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